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El barco perfecto para la aventura

 

 

Cruzar el Atlántico es un desafío en el que sobre todo, medimos nuestra capacidad para resolver problemas sobre la marcha y por nuestra cuenta.

Requiere una cuidadosa preparación para que todo vaya bien y la experiencia sea perfecta. Unos 5.000 veleros cruzan todos los años desde Europa hasta el Caribe en lo que para algunos será la aventura de su vida.

Significa la culminación de años de preparación y toma de decisiones. En los últimos 30 años de ARC, que cruza el Atlántico en grupo, se han producido numerosos cambios en el diseño de barcos y en los equipos de seguridad y comunicaciones que han

cambiado la forma en que podemos enfocar la aventura. Aunque ahora existe el AIS, el MOB, el IRIDIUM, la EPIRB, el radar se ha popularizado, y otras tantas cosas más, lo cierto es que navegar en mitad de un océano a vela sigue siendo un desafío que requiere una minuciosa planificación. Y el primero de ellos es la elección del velero que se amolde a nuestro presupuesto y que pueda cumplir con las expectativas esperadas.

Y tan importante como preparar el velero, es nuestra propia preparación técnica, para conocer el mantenimiento de nuestro motor diesel, conocer cómo funciona cada sistema de nuestro barco, y tener conocimientos sobre supervivencia y primeros auxilios.

 

Elegir el velero

Años atrás un yate oceánico debía ser un ketch, con piloto de viento y un diseño de carena con quilla corrida y grandes afinamientos. La realidad es que ahora la mayoría de los barcos que cruzan el Atlántico son barcos de serie con equipamientos de serie y eso sí, algo más equipados que los barcos que encontramos en chárter.

No hay nada de complicado en hacer el cruce del Atlántico y lo más importante es la preparación del barco y el conocimiento en detalle de todos sus aspectos técnicos, para que seamos totalmente autosuficientes. En alta mar no abundan las ayudas a no ser por radio.

Cualquier barco puede hacer el cruce, a poco que lo preparemos con seriedad. Y esto no significa necesariamente que tengamos que montarnos una potabilizadora, una BLU, o un generador, lo cual está muy bien, pero implica costos elevados y complicaciones posteriores en mantenimientos.

Eso sí, debemos equipar un velero que sea de nuestra confianza, que hayamos probado, por ejemplo en el Mediterráneo durante unas buenas semanas de navegación, para asegurar que en caso de mal tiempo no hace agua, que las llaves de fondo son estancas y que su jarcia puede soportar golpes de viento.

 

¿De qué eslora?

Las condiciones que encontraremos a la ida hacia el Caribe suelen ser muy diferentes a las que, normalmente, vayamos a encontrar durante el regreso por las Azores. Por ello no se requieren las mismas prestaciones para un barcos que cruce hacia Caribe y permanezca allí, a otro que regrese a España, especialmente si la meteo no acompaña. Pero las estadísticas pueden ayudar a decidir, y por ejemplo en la ARC en la que se junta el mayor grupo de barcos en hacer el cruce del Atlántico, la eslora media es de 46’’. Solo el 13% de la flota está por debajo de los 40’’ y la mayoría escoge barcos entorno a los 50’’ de eslora, quedando los barcos entre 50 y 60’’ relegados a un escaso 5%.

Ya tenemos por tanto un indicador relevante, lo cual no quiere decir que si tenemos un 30 pies no podamos afrontar la aventura. De hecho hay barcos de esloras inferiores a los 30 pies que hacen el cruce para viajes en pareja o solitario, aceptando recortes en la comodidad y cambiando el enfoque del viaje.

Un velero entre los 45 y 50’’ es una buena elección, pues el barco es suficientemente grande para que un grupo de amigos viaje con comodidad y con capacidad para afrontar un temporal, pero lo suficientemente pequeño como para poder ser manejado por una tripulación reducida sin que sean profesionales. Pongamos por ejemplo un 46 pies en el que ya tenemos suficiente espacio para instalar una potabilizadora o un generador, si tenemos presupuesto para ello, y espacio de estiba más que suficiente para no llevar el barco saturado en todos sus rincones. Para una buena preparación debemos prever llevar repuestos de muchas cosas y un montón de alimentos y por tanto el espacio es importante. Lo suyo es ordenar en caja de plástico estancas los repuestos típicos necesitados en cada uno de los sistemas que tengamos instalados a bordo.

Si va con 4 ó 6 personas y exige un mínimo de comodidad, no tiene mucho sentido buscar un barco por debajo de los 40’’. Por encima de 50’’ tendrá que lidiar con escotas bastante gruesas y jarcia importante. En caso de tener que realizar reparaciones o mantenimientos es mucho más sencillo solucionar un problema en un barco de 40’’ que en un 55’’ en donde todo es mucho más pesado, voluminoso y complicado.

 

¿Barco de serie o clásico oceánico?

No está de más comentar que los veleros de serie de marcas como Jeanneau, Beneteau, Dufour, Bavaria y otros por el estilo son ligeros y van bien en ventolinas pero durante el regreso por las Azores, tendremos peor meteo al estar en latitudes más altas. Es preferible un barco más viejo y por tanto más asequible pero pero de construcción más robusta y oceánico como son Amel, Oyster, Hallberg-Rassy, X-Yachts, Moody y otros tantos más... Un barco de producción en serie, que aunque se comportará como debe, será más incómodo al tener que aguatar peores pantocazos en ceñidas con mares fuertes.

Dicho esto, y a pesar de todo, la inmensa mayoría de los barcos que cruzan todos los años rumbo al Caribe son veleros modernos de serie tipo Jeanneau o Bénéteau, aunque los hay también de renombradas marcas como las ya comentadas. La media de edad de los barcos de a ARC es de unos 7 años y por tanto poco usados y sin vicios ocultos. Debemos tener presente que algunos barcos modernos están demasiado orientados para la vida en el puerto o para condiciones suaves y de poco viento, con espacios muy abiertos y poco protegidos, lo cual puede ser un problema si las condiciones se ponen feas en el Atlántico.

Incluso las situaciones más complicadas pueden ser superadas siempre y cuando hayamos previsto cómo solventarlas. Por ello aunque tengamos que improvisar (que lo haremos), es importante tener una buena preparación , conocimientos y herramientas, para esa futura y necesaria improvisación. Para ello debemos llevar manuales de los equipos, saber un poco cómo hacer un mantenimiento y llevar repuestos y herramientas completas y adecuadas para poder ponernos a la obra. No hay nada más frustrante que saber cómo resolver un asunto y no tener los medios necesarios para ello. Además de llevar una bien ideadas cajas de herramientas, debemos llevar también material en bruto para poder hacer o montar lo que podamos necesitar. Es decir, llevaremos unas piezas de contrachapado marino, alguna barra o listones de madera, una tiras de aluminio en chapa de por ejemplo 2 milímetros, cintas americanas, kit de epoxi completo con cargas, alambre inox, etc...

 

 

Simplificarse la vida

Una exitosa navegación Atlántica consiste básicamente en tener una buena previsión meteo para poder subir o bajar de latitud buscando las condiciones más idóneas a nuestro barco. Navegar y navegar 24 horas al día, sin detenernos. NO hacen falta dobles velas en proa, asimétricos o Spis. Está bien, pero no son necesarios. Una mayor y un génova atangonados son suficientes. Pero es muy conveniente echar un vistazo casi a diario a los posibles puntos de rozadura en las escotas del génova y en las zonas de las velas contra los guardamancebos, obenques y otros puntos conflictivos, pues el roce continuado hace verdaderos estragos en los tejidos.

Es también muy conveniente montar una retenida a la botavara para evitar golpetazos con los vientos portantes. Convienen manter un montaje simple con mosquetones rápidos, o como sea necesario, para poder enrollar la génova a toda velocidad cuando nos sorprenda un chubasco nocturno en la Zona de Convergencia Intertropical (que seguro que nos ocurrirá).

 

Ojo con los amperios

Siempre consumirá un poco más de lo que tenía pensado. Por esta razón es importante montar unos paneles solares de más potencia a la inicialmente calculada y si puede combinarlo con un aerogenerador pues tanto mejor. Las luces LED ayudan sin duda. Tenga presente que estaremos la mayor parte del tiempo con la electrónica encendida, y el piloto automático haciendo el trabajo diário. El radar y la VHF encendida también tiran del consumo, como lo hacen las neveras y el congelador. Si a esto le añadimos el teléfono, el iPad, el ordenador, los cargadores de las cámaras, y otras tantas cosas más, tendremos claro que el asunto de la energía eléctrica y los amperios generados, debe ser tenido muy en cuenta.

Instalar un generador marino es buena idea si tiene presupuesto para ello, claro está... En este caso debemos pensar en el combustible diesel extra que habremos de consumir. Una solución muy buena es sobredimensionar una instalación de paneles solares montados por ejemplo en un arco en popa.

 

Y si elegimos un catamarán

Una excelente idea que aunque continúa teniendo sus detractores, lo cierto es que cada vez tiene más adeptos entre los transmundistas. Y yo el primero de ellos... Conozco armadores que han navegado toda la vida en Sloops, y que habiendo renegado durante años de lo catamaranes, al final han acabado dando la vuelta al mundo en un catamarán. Y es que a pesar de que muchos multicascos no navegan al viento como un monocasco, exceptuando algunos modelos con orzas, lo cierto es que ofrecen tantas ventajas....

Navegar en un monocasco, especialmente con los diseños ligeros actuales, con vientos de popa significa tener que soportar balanceos durante semanas seguidas con la consiguiente e intensa incomodidad, y esto desaparece totalmente en un cata, pues su navegación es totalmente estable y horizontal. Las 3 semanas de cruce se convierten en un relajado paseo en el que tanto las práctica de las actividades de ocio, como los trabajos de mantenimiento se realizan con total comodidad.

Y cuando estemos en destino, sea en el Caribe o en las Seychelles, tendremos un amplio y espacioso apartamento con vistas increíbles y superficie a raudales en donde poder disfrutar cómodamente del lugar. La vida a bordo de un cata es un punto y a parte, respecto a la que estamos acostumbrados a practicar en un monocasco. Un catamarán tiene espacio en sus entrañas para soportar la instalación de cualquier equipamiento que queramos instalar, como por ejemplo una instalación de compresor de buceo.

Y son rápidos especialmente con vientos del segundo y tercer cuadrante. Una diferencia de 2 ó 3 nudos a lo largo de semanas hace una enorme diferencia. No solo se trata de llegar antes. Se trata de tener controlada una buena meteo y esto es más difícil, cuanto más tiempo tengamos que estar en mitad de la mar sin posibilidad de refugio. Por este motivo es especialmente importante tener un barco un poco más rápido, para alcanzar el objetivo dentro del plazo de previsión, y para poder "escapar" con mayor velocidad a donde estimemos que debamos "huir" en caso de acerarse unas malas condiciones. 

 

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