Como es lógico, es
imposible acceder al interior de las mangueras en donde puede
reproducirse una ejército de baterías malolientes. Por ello, lo
mejor es tirar por el retrete medio litro de producto desodorante y
bombearlo hacia fuera para impregnar el interior de las mangueras.
Los desodorantes a base de formaldehidos (el formol de toda la vida
utilizado para la conservación de muestras biológicas o cadáveres)
son peligrosos y deben ser eliminados de la lista de la compra, pues
son muy contaminantes y cancerígenos.
Algunos tipos de mangueras
pueden dejar pasar olores con el paso del tiempo. Para comprobarlo
podemos frotar un trapo y comprobar si se ha transferido olor. Si es
así límpiela por fuera con algún detergente y repita el proceso. Si
el olor persiste la única solución es la sustitución de la manguera
por alguna de tipo PVC flexible que es totalmente impermeable.
Salvo cuando
estemos haciendo uso de la taza del retrete al encontrarnos en el barco,
durante la hibernación el retrete debe permanecer seco y limpio, para lo cual podremos
utilizar un desincrustante que elimine las manchas calcáreas pero
sin dañar las juntas de goma. Por ello olvídese del salfumán que
puede estropear las gomas.
En los inodoros
que funcionan por vacío, debemos fijarnos en la junta de goma de la
taza que permite hacer el sello estanco. Limpiaremos el borde una
vez apagado la bomba que hace el vacío mediante un limpiador no
abrasivo y evitaremos las sustancias cáusticas. Por último, en este
tipo de retretes por vacío es conveniente dejar un dedo de agua
limpia para que la goma de sellado no se reseque.
El agua salada
Muchos retretes utilizan el agua salada al 'tirar de
la cadena',
lo cual está bien pues ahorran agua dulce de los depósitos. Pero
debe saber que el agua del mar contiene partículas orgánicas que con
el paso de las semanas llegan a descomponerse y generar por tanto
mal olor.
Si nos vamos del barco por más de una semana lo mejor es
tirar un par de cubos de agua dulce y bombearlos hacia fuera para
desplazar el agua de mar y purgar el agua salada del circuito.
En el agua dulce podemos echar
un chorro de algún producto desinfectante y deolorificante.
Posteriormente deje el retrete seco sin agua para evitar cualquier
putrefacción de esta, salvo que sea un sistema de vacío en cuyo caso
lo mejor es dejar una pequeña cantidad de agua para evitar que se
endurezcan las gomas de sellado.
Desmontar, limpiar y lubricar
Si tiene tiempo,
lo mejor es una vez efectuado estos enjuagues, desmontar la bomba,
sea manual o eléctrica, para limpiar y secar las juntas de goma que
se encuentran en el interior. En las bombas de Jabsco esta labor
sólo lleva unos minutos, y con las gomas fuera, podremos lubricarlas
ligeramente en vaselina antes de proceder al montaje. Si lleva
varios años sin sustituirlas, es el momento perfecto para montar un
kit de recambio que hará que el sistema funcione como si fuera nuevo
y por poco dinero.
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Si
podemos vaciar a fondo el tanque de aguas negras previa limpieza y
enjuague de su interior, habremos eliminado una de las principales
fuentes de malos olores. A veces el gas putrefacto escapa por una
mala conexión en el entronque con estos depósitos, de modo que
apretar las abrazaderas es siempre una revisión aconsejable.
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