En la mayoría de
los barcos y especialmente en los veleros de serie, la profundidad de
los cofres de popa hace que sea imposible organizar su contenido.
Allí se estratifican históricamente mangueras, defensas, depósitos,
cabos, trapos, aletas de buceo y un sinfín de trastos imposibles de
recuperar en el momento oportuno.
Llega el tiempo de cambiar las
cosas y hacer un poco de brico para solucionar esta situación...
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Y es que en
muchos de estos cofres uno llega a caber de pie, pues en ellos se
suma la altura del casco y el francobordo de la cubierta.
Afortunadamente en muchos barcos, el mamparo trasero de los
camarotes de popa tiene una apertura interior hacia estos espacios
de volumen casi |
ilimitado lo cual
sugiere la posibilidad de "cortar" el cofre a media altura para
hacer 2 "capas", una accesible desde el interior a modo de armario,
y otro desde el exterior por el acceso tradicional.
La idea
era evidente desde el día uno en el que adquirimos la
embarcación, pero la cosa se fue demorando por años y más
años, hasta que al final le llegó su turno. Es importante
dilucidar la altura a la que vayamos a hacer este "suelo"
artificial, pues debemos dejar espacio suficiente para que
quepan, por ejemplo, las defensas. Pero también debemos
tener presente que el hueco ha de respetar las
instalaciones ya montadas en estos cofres como a veces son
el cargador de baterías, la bomba del piloto automático,
el hidráulico del pitón del timón, o el computador de
navegación que también se monta a veces en estos sitios,
lo cual desapruebo, pues a ser posible, que lo es, estos
equipos deberían ser montados en el interior para
prolongar su vida y que esté sometidos a una atmósfera más
seca como lo es la del interior del barco.
Otros huecos "perdidos"
El espacio es
bien escaso y muy apreciado en un barco. Por ello es
conviene buscar y aprovechar. En los barcos de "serie"
los astilleros no se "comen la olla", al menos, tanto como deberían, y
esto desemboca en el desperdicio de
pequeños espacios que podremos encontrar y aprovechar, creado
accesos y tapas que en muchos casos obtendremos justo del mismo
recorte que practiquemos con la sierra caladora.
La carpintería de
los barcos de serie da por perdido pequeños volúmenes de algunos
litros de capacidad que sin embargo pueden ser perfectos para
estibar pequeñas cosas por el doble motivo de ganar espacio y
organizar. Esta es la palabra clave. La organización permite
localizar cada cosa en su sitio, y aunque el espacio sea nimio, este
puede ser bien empleado para guardar en él algo bien concreto que a
partir de entonces se haga dueño de su hueco en que siempre estará
disponible.
Buen ejemplo de
ello es este Oceanis 393 en el que el volumen desperdiciado bajo el asiento
auxiliar del camarote de proa simplemente queda condenado por
Bénéteau. Un espacio pequeño que el astillero
sacrifica como perdido porque el hueco tiene un perfil triangular
debido a la inclinación o curvatura del casco. Sin embargo pudimos
imaginar que bajo este asiento se escondía un preciado espacio en el
que poder estibar, por ejemplo,
calzado o cualquier otra cosa propia del vestuario.
El trabajo es
fácil, rápido y evidente. Debemos marcar la forma de la "ventana"
o nueva conejera. Cortar con sierra caladora y cierto "mimo". Pegar dos
listones que hagan las veces de soporte de la tapa recortada para esta
conejera. Perforación de un orificio en la tapa, y un poco de barniz a los cantos recién cortados…
¡Voila! Ya tenemos un nuevo sitio que si además sellamos en su
interior nos permitirá almacenar cosas muy pequeñas sin riesgo
a que se desperdiguen por las sentinas.
Cada modelo de
barco es diferente y por ello cada armador tiene que hacer el
ejercicio de "imaginar"
que esconde cada rincón de su barco y qué puede hacer con él. Es un
entretenido trabajo de imaginación y "descubrimiento".
Como realizar un "‘suelo"
en los cofres de popa
La cuestión es
asegurar un buen anclaje para las "vigas"
que van a soportar las nuevas planchas del suelo de los cofres. En
el proyecto de los cofres de este Beneteau
Oceanis, el suelo ha sido realizado con varias planchas de
contrachapado marino de 20 mm, cortadas en varias piezas de forma
que puedan ser retiradas siempre que deseemos, para poder trabajar
con toda la altura inicial.
Esto es
importante porque en la "zona" se esconde el sector del timón y sus
guardines. En caso de reparación o revisión del sistema de gobierno
es importante poder desmontar el conjunto en pocos minutos y dejar
el cofre diáfano desde el "sótano" hasta la azotea para poder
trabajar a gusto y con espacio.
Hemos utilizado
dos vigas de madera de 7x5 cm dispuestas en paralelo al mamparo que
soportan el peso de las tablas sobre las que tranquilamente podemos
pisar con todo nuestro peso. Y los extremos de estas dos vigas
soportan sobre un par de piezas también de madera fijadas con una
generosa cantidad de pasta realizada con epoxi a la estructura que
soporta el tintero del timón. En cada barco este diseño deberá
variar y adaptarse a la forma de cada barco. Lo importante es que
toda la estructura pueda desmontarse en unos minutos por si
necesitamos acceder a los sistemas mecánicos del timón, en caso de
una hipotética avería durante la navegación.
Con ello hemos
mejorado tanto en orden como en capacidad. En casi todos los barcos,
el gran volumen de los cofres de popa queda desperdiciado además de
ser extremadamente incómodo el acceso a todo lo que en ellos se
llega a depositar desordenadamente. Una vez finalizado esta útil y
fácil "reforma" los
camarotes de popa gozan de dos nuevos y amplios armarios a los que
se accede desde el interior del camarote y al fondo, detrás de la
cama. En muchos barcos de serie, este mamparo lleva practicado una
apertura para el acceso desde el interior, que en nuestro caso hemos
adaptado a puerta de armario, con lo cual hemos facilitado aún más
este proyecto.
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