En el barco a veces
toca soldar en sitios complicados y en donde llevar corriente
eléctrica es difícil. El soldador de gas es una herramienta de gran
ayuda.
El soldador de gas
No es muy
diferente a un gran mechero con depósito de gas más importante que
podemos rellenar con una bombona de gas de las que podemos conseguir
en los estancos.
En la punta
del soldador se encuentra un catalizador que debemos encender una
vez abierto la llave de gas, dando llama con un mechero. Veremos que
sale del soldador una llama que calienta la rejilla metálica que
actúa como catalizador y que se pondrá al rojo vivo al cabo de unos
segundos. Cuando ésta toma la temperatura de trabajo, la combustión
del gas continúa pero esta vez sin llama, como lo hacen por ejemplo
las antiguas estufas de butano. Ajustando la llave de paso podremos
regular la temperatura del soldador. Así de sencillo.
El Estaño
Pero tan
importante es el soldador como utilizar un estaño de buenas
características. Es normal ver a los más inexpertos intentando
soldar con un rollo de estaño conseguido en alguna tienda de
fontanería de grueso diámetro y lo que es aún peor, con una
composición que para nada tiene que ver con el estaño que debemos
utilizar para soldar cables eléctricos.
El rollo de
estaño debe ser fino, de un diámetro de 0,5 mm, y contener una
aleación de 60% estaño y 40% plomo y quizás un poco de plata, como
en el estaño 62%36%2% en estaño, plomo y plata respectivamente. Los
buenos rollos de estaño para soldar conexiones eléctrica llevan en
el interior del hilo un alma hueco y relleno de resina decapante
para soldar, lo cual hace que el metal a soldar se limpie y suelde
mucho mejor.
Cómo hacer una buena soldadura
Lograr una
buena soldadura es fácil pero para ello debemos cumplir una serie de
normas sin las cuales sería imposible lograrlo. Los cables a soldar
deben estar limpios y sin grasas. Si el cobre está oxidado, es mejor
cortar un par de centímetros del cable y pelar un poco de cobre
nuevo. La punta del soldador también debe estar limpia, y para ello
podemos utilizar un trapo ligeramente humedecido que pasaremos
rápidamente sobre la punta caliente para eliminar el estaño fundido
y oxidado que tenga la punta del soldador.
Podemos
estañar los dos extremos que vayamos a unir y solo entonces ponerlos
juntos uno con otro para volver a calentarlos y fundir un poco más
de estaño sobre ellos para lograr la soldadura. Estañar es
simplemente, calentar la pieza previamente para fundir estaño sobre
ella. Este es el caso típico en el que debamos soldar un componente
electrónico o un contacto de un pulsador. Si se trata de unir
simplemente dos cables es buena idea con el cobre limpio, unirlos
previamente de forma trenzada y suelo aplicar estaño a esta unión
física.
Si tenemos que
sujetar las dos piezas o cables a unir con unos alicates, debemos
tener presente que el metal del alicate puede absorbernos el calor
impidiendo una buena soldadura. Por ello hay que lograr sujetar las
piezas de tal forma que no se disipe el calor que vayamos a aplicar
con el soldador.
Cualquier sistema es
bueno para sujetar la pieza antes de soldarla.
Cuando hayan
pasado unos segundos con la punta del soldador sobre la unión a
soldar, aplicaremos estaño a la unión que al fundirse debe fluir
sobre la zona a soldar. Con medio centímetro de estaño debería ser
suficiente aunque la práctica y la experiencia nos indicará la
medida que debemos utilizar, pues dependerá mucho del tipo de unión
que estemos realizando.
Solo entonces
debemos retirar el estaño y luego el soldador. No debemos soplar
para enfriar la soldadura, y dejaremos que ésta se enfríe por sí
sola en 4 ó 5 segundos, pues sino ésta podría quedar quebradiza y de
mala calidad.
El soldador de gas
viene también con una punta que permite lanzar una antorcha de gas.
En cables de sección gruesa la antorcha permite alcanzar
temperaturas de forma más rápida, y soldar uniones difíciles de
realizar de otra manera.
El manguito termorretráctil
En ambiente
marino, tan importante como hacer una buena soldadura, es cubrirla
para protegerla de la oxidación. El manguito de plástico
termorretráctil es perfecto para las trabajos eléctricos y se puede
adquirir en diferentes diámetros y colores por poco dinero. Es
importante acordarlos de cortar la pieza que vayamos a utilizar y
meterla en el cable antes de proceder a la soldadura. Una vez
acabada, bastará con llevar la funda de termorretráctil sobre la
zona soldada y aplicar calor con un mechero, o mejor aún con una
pistola de aire caliente para que este tubito encoja a menos de la
mitad del tamaño original tapando de forma apretada la soldadura
realizada.
El manguito
termorretráctil se vende también en color transparente lo cual nos
permite antes del retraído meter un pequeño papel en el interior
para, por ejemplo, indicar alguna información interesante que
queramos conocer en un futuro. Y tenga presente también, que podemos
superponer diferentes capas de termorretráctil para aumentar la
protección o el espesor del aislamiento. Las posibilidades y los uso
que podemos dar en un barco al termorretráctil son muchas, y no
siempre relacionadas con el aislamiento eléctrico. Una vez retraído
la textura es parecida a una goma, de tal forma que varias capas de
manguito termorretráctil nos pueden valer para forrar el mango de
una herramienta. Un cable que queramos proteger, una palanca de un
mando, etc…
La cinta autovulcanizante
Tan
interesante como el manguito es el royo de cinta aislante
autovulcanizante. A diferencia de la cinta aislante de siempre de
PVC, la cinta autovulcanizante es una cinta de goma que una vez
aplicada se funde consigo misma creando una protección flexible y
muy segura frente a la humedad y los ambientes agresivos del mar
(UVA, salitres…).
Cortaremos
unos 5 a 15 centímetros de cinta según la aplicación de protección
que vayamos a realizar y ANTES de empezar a dar vueltas para llevar
a cabo la protección debemos pre-estirar esta cinta hasta el doble o
incluso algo más de la medida original. La cinta cambiará
ligeramente de tono desde un negro brillante a un gris mate mientras
que se alarga y reduce notablemente su espesor. Este acto "activa"
la goma que quedará lista para comenzar a dar vueltas y proteger la
soldadura. A los pocos segundos de montar capas unas encima de las
otras estas se "‘fundirán" entre sí haciendo que el conjunto quede
como una pieza de goma única y manteniendo la flexibilidad.
Con este tipo
de cinta es posible realizar un anillo toroidal sobre un cable para
poder por ejemplo sellar de forma muy efectiva un cable al atravesar
un pasacascos en una cubierta. Para ello basta actuar como hemos
descrito en el párrafo anterior y acto seguido girar con los dos
pulgares la cinta aplicada como si quisiéramos hacer correr la goma
sobre el cable, para que esta se amontone sobre sí misma, formando
un anillo de sección circular a modo de junta tórica. Muy fácil de
hacer y efectivo.
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