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El estéreo en el barco; elegir lo correcto

 

 

El equipo de música del barco puede ser elegido de muchas maneras diferentes; por tamaño, por el tipo y la forma, por la potencia o por las prestaciones. ¿Cuál es el más adecuado para usted?

 

La música es una parte importante del ocio que disfrutamos a bordo en el barco. Conseguir una buena calidad de sonido no es algo evidente como podemos comprobar en la gran mayoría de los

barcos de “serie”. Tenga en cuenta las consideraciones que comentamos a continuación para conseguir disfrutar de verdad de una buena calidad sonora en su barco.

 

UNO: El tamaño

Si estamos sustituyendo un equipo antiguo o estropeado, debemos adaptarnos a la forma y tamaño del hueco que tuviera el anterior. En muchos casos el equipo viene en estándar DIN como el utilizado en los equipos de los coches. Si este es el caso, existen infinidad de modelos disponibles con diferentes potencias, características y prestaciones. En cualquier caso no siempre es necesario troquelar sierra en mano y recortar una ventana en la que panelar el equipo, y a veces se pueden montar dentro de un armario o en un hueco no tan a la vista.

Si la idea es montar el estéreo en el exterior del barco tenga presente que allí fuera el ambiente marino es mucho más agresivo que en el interior del barco. Al margen de las posibles salpicaduras y lluvias, el ambiente es mucho más oxidante y agresivo al exterior que en el salón del barco. Por ello sin duda el equipo tendrá una vida más corta y comprometida. En estos casos es imperativo contar con un sistema de tapa hermética que lo proteja de los rociones y demás inclemencias meteorológicas.

 

 

DOS: La potencia

 

Hay que tener en cuenta la potencia y  también el voltaje de alimentación. Muchos equipos de música, como los que utilizamos en los coches, funcionan a 12 voltios, lo cual nos facilita el asunto pues la mayoría de los parques de baterías de los barcos van a 12 voltios.

La mayoría de los equipos integran el amplificador de potencia por lo que podremos conectar los altavoces directamente desde el equipo. Pero es perfectamente posible diseñar una instalación con una etapa de potencia, como de hecho también se hace en los coches. Funcionan a 12 voltios por lo cual no tendremos problemas con la alimentación. Los equipos de coche tienen normalmente salida para 4 altavoces que podemos distribuir en el salón o bien poner dos en el salón y dos al exterior, para lo cual debemos elegir altavoces que aguanten la intemperie.

Tenga presente que la potencia a la que hacen referencia los fabricantes es a la potencia total de las 4 salidas, y por ello si usamos una sola pareja en un equipo preparados para dos parejas, estaremos aprovechando solo la mitad de la potencia.

La potencia puede ser medida en potencia de “pico” que indica la máxima potencia que entrega el equipo en un momento puntual y que no debería ser inferior a unos 50 watios de pico “Peak”. Pero normalmente la potencia suele ser medida en potencia RMS o potencia media, que indica la entrega de potencia media que es capaz de ofrecer el amplificador. No debemos admitir potencias por debajo de los 15 ó 20 watios en cada canal.

Pero… ¿cuánta potencia necesitamos? Eso dependerá del tamaño del salón del barco, y también del tipo de altavoces elegidos. Normalmente un equipo de música de automóvil es suficiente para sonorizar un barco de tamaño medio, aunque como ocurre con todo en la vida, para gustos hay colores… Sea como fuere, con un equipo de buena calidad de automoción y con unos buenos altavoces conseguiremos resultados satisfactorios.

 

 

Tenga bien presente que los altavoces significan la mitad de la ecuación y por ello una correcta elección es fundamental. Debemos encontrar un sitio correcto para la instalación panelada o bien unas cajas de pequeño tamaño que puedan pasar disimuladas y que no ocupen excesivo sitio.

En caso de necesitar/querer potencias elevadas debemos tener presente que las calas son compartidas con otros aficionados que normalmente no querrán oír sus gustos musicales. No hay nada más desagradable que estar fondeados cerca de algún barco “fiesta” que decide hacernos partícipes involuntarios de su animada juerga.

Tenga presente que al instalar un equipo de potencia el consumo de amperios sube de forma drástica y por ello debemos tener dimensionado un potente banco de baterías capaz de soportar la fuerte corriente que “comen” estos amplificadores. Si esta es su idea, es conveniente comprar un equipo de música que ofrezca salidas de audio RCA desde las que conectar la señal hacia el amplificador de potencia. Los amplificadores de potencia suelen tener también entradas con control de ganancia, a las que podemos conectar la salida de altavoces del equipo de audio, aunque lo suyo es utilizar las señales de preamplificador para conseguir una mejor calidad de sonido.

 

 

TRES: Las prestaciones

 

No sólo debemos tener presente la capacidad de reproducir desde diferentes fuentes de sonido. En el barco una de las decisiones fundamentales es si necesitamos que el equipo sea o no estanco. Siempre que pueda intente instalarlo en la cabina o en el interior del barco. Además de valernos la gran mayoría de los equipos, lograremos la mejor calidad al menor precio, pues podremos utilizar los equipos de audio de los coches que por economía de escalas son siempre mejores y más baratos.

Aunque es cierto que existen diferentes fabricantes que ofrecen equipos marinos capaces de aguantar los peores chaparrones de agua salada. Las tapas protectoras también protegen de los dañinos rayos UV y del calorazo que lo quema todo bajo un sol de justicia en pleno Agosto.

Tenga presente que aunque algunos equipos vienen con mando a distancia este sólo funciona cuando apuntamos al equipo pues emiten una señal de infrarrojos. Por ello no valdrá para manejar el aparato desde otro camarote o desde el exterior. Es cierto que algunos mandos a distancia funcionan por radiofrecuencia en cuyo caso si valdrían pero estos son los menos.

 

 

CUATRO: La fuente de sonido

 

Radio, CD-Audio, Mp3,… Ahora que los iPod, iPhones y demás dispositivos digitales hacen furor, es prioritario que el equipo sea capaz de leer música en formado MP3 mediante una toma de tipo USB o directamente permitir el enlace a través de “bluetooth” con un dispositivo móvil. Desde nuestro punto de vista esto es mucho más cómodo y por tanto importante que el hecho de poder leer o no CDs de música.

Hay un buen número de equipos que o bien a través de toma USB o por enlace sin cables son capaces de ofrecer música en formato digital. Pero si este no fuera el caso existen dispositivos receptores por “bluetooth” que pueden enchufarse mediante un cable de audio RCA a la entrada de potencia de un amplificador. Considere esta posibilidad.

 

CINCO: Los altavoces

 

Son tan importantes como el equipo de audio, pues el mejor equipo con unos malos altavoces es como tener el mejor barco de regatas pero unas velas pésimas, o un jardín sin flores… Para el exterior existen altavoces marinizados con membranas de plástico que no pueden humedecerse y estropearse con la humedad, y construidos con materiales inoxidables.

Si vamos a montarlos en el interior del barco, las opciones son tan variadas como diversos sus precios y calidades. Nos valdrán los altavoces de coche o los de bafles de equipos domésticos. Como regla general un altavoz de mayor tamaño consigue un mejor sonido de bajos especialmente en los altavoces para empotrar. Cuando busque el sitio tenga presente también el fondo que tiene en la zona a montar y el volumen de la zona considerada. Es importante tener presente este volumen alrededor del altavoz, para lograr una buena resonancia.

La orientación del altavoz es también de suma importancia. Estamos hartos de ver astilleros de gran renombre que montan altavoces de buena calidad en sus barcos de serie, pero panelados en sitios disimulados que fuerzan la orientación del altavoz en una dirección equivocada. El resultado es una degradación TOTAL del sonido con un resultado muy pobre especialmente en las frecuencias medias y altas.

La calidad del altavoz será la finalmente responsable de la calidad del sonido. Y la calidad del altavoz responde a su capacidad para reproducir con fidelidad todo el rango de frecuencias sonoras. Las más sencillas de reproducir son las gamas medias como las que escuchamos en un teléfono, mientras que los bajos profundos y los agudos cristalinos marcan la diferencia entre un buen altavoz y uno peor calidad.

 

 

SEIS: La instalación

 

Cada fabricante ofrece consejos diferentes, y sin embargo debemos tener presente que la gran mayoría no permiten instalaciones que superen un ángulo mayor a los 30º. La causa está en la reproducción de CDs que podría quedar afectada por una posición inadecuada del equipo, que invalidara la capacidad de absorción de pantocazos y golpes durante la navegación. Todo esto carece de importancia en los equipos capaces de reproducir en formato digital MP3 u otros.

La instalación de los altavoces puede resultar a veces complicada o cuando menos comprometida. Hay que buscar una distribución y geometría adecuada dentro del salón para conseguir una correcta dispersión del sonido y poder apreciar el estéreo. Casi siempre tendremos que recortar alguna moldura para montar en su interior el altavoz protegido por la rejilla adecuada. Este tipo de altavoces debe tener suficiente volumen alrededor del cono para poder sonar correctamente en todo su espectro de frecuencias. También es importante que el espacio posterior esté sellado sin salida a la estancia, pues en caso contrario las perdida de bajos puede ser significativa.

El otro camino es el de instalar unos bafles o cajas que fijaremos en el salón para que no salgan “volando” en las escoradas o pantocazos, y sin necesidad de cortar molduras y paneles, evitando tener que estudiar la reflexividad sonora de los altavoces. Existen algunos modelos de bafles de tamaño muy reducido que consiguen una potente sonoridad en las bajas frecuencias gracias a una caja de graves que podemos “esconder” en cualquier lugar sin importar la direccionalidad o geometría del lugar, pues los sonidos graves se difunden con mucha facilidad.

 

 

SIETE: La posición

 

Es de suma importancia estudiar la direccionalidad del sonido para conseguir una buena calidad y disfrute. Salvo las bajas frecuencias, el sonido es MUY direccional. Por ello un altavoz con la rejilla mirando hacia el suelo del salón o atornillados en el arco de radar mirando al cielo es tan estúpido como poner un foco luminoso enfocado hacia donde no miramos. Y sin embargo es así como se entregan demasiados barco de importantes astilleros.

En el salón de casa esta cuestión es menos importante, pues hay paredes en donde el sonido pueda rebotar con facilidad. Pero en los barcos hay que estudiar cuidadosamente el lugar y la posición en la que colocamos los altavoces. Naturalmente nuestros oídos deben estar expuestos a dos fuentes sonoras para que podamos apreciar correctamente el efecto estéreo.

 

 

OCHO: El Cableado

 

El cableado de los altavoces es también asunto de gran importancia. El cobre es vulnerable a la oxidación especialmente en ambientes marinos. Por ello es buena idea utilizar cables denominados “libres de oxigeno” que sellan los hilos de cobre para que no pueda penetrar en ellos la humedad.

La sección del cables es también de gran importancia. Si usamos un cable de poca sección, tendrá una alta y mala resistividad especialmente para la bajas frecuencias que provocará fuerte distorsión del sonido. También es importante conectar la polaridad de forma correcta (rojo con rojo y negro con negro) para que todos los altavoces trabajen en “fase” y no se atenúen los sonidos graves. Si no tenemos identificados los colores, podemos utilizar una pila de 1,5 voltios conectada al otro extremo de los cables de cada altavoz, para comprobar como las membranas de todos los altavoces se mueven en la misma dirección, por ejemplo hacia delante.

Los altavoces naturalmente deben ser capaces de absorber toda la potencia entregada por el amplificador de su equipo, pues en caso contraria los acabaríamos quemando. Si utilizamos altavoces de gran potencia no tendremos mayor volumen, ya que es el amplificador el que “mueve” los altavoces.

Existe una cualidad llamada “impedancia” que caracteriza a los altavoces. La mayoría de los altavoces suelen ser de 4 Ohms, y sin entrar en detalles, lo importante es recordar que debe coincidir con lo que aconseja el fabricante del equipo. A un mismo canal de salida podemos poner varios altavoces lo cual altera la impedancia global. Si los ponemos en serie, se suman las impendancias conectando el negativo de unos de ellos con el positivo del segundo. Es decir, por ejemplo dos altavoces de 4 ohmnios en serie se comportarán como si tuviéramos un único altavoz de 8 Ohmnios, pero capaces de absorber el doble de potencia. Por ejemplo el amplificar es capaz de entregar 50 watios de potencia, cada altavoz recibirá 25 watios.

Si los conectamos en paralelo, la impedancia total quedará reducida según la inversa de la suma de los inversos de las impedancias de los dos altavoces. En la práctica recuerde que para dos altavoces conectados en paralelo, rojo con rojo y negro con negro, y de por ejemplo 4 Ohms, se comportarán como si fuera un único altavoz de 2 Ohms. Como la impedancia es más baja el amplificador irá más forzado y por ello debe comprobar las impedancias que admite el equipo.

 

 

 

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