TRES: Las
prestaciones
No sólo
debemos tener presente la capacidad de reproducir desde diferentes
fuentes de sonido. En el barco una de las decisiones fundamentales
es si necesitamos que el equipo sea o no estanco. Siempre que pueda
intente instalarlo en la cabina o en el interior del barco. Además
de valernos la gran mayoría de los equipos, lograremos la mejor
calidad al menor precio, pues podremos utilizar los equipos de audio
de los coches que por economía de escalas son siempre mejores y más
baratos.
Aunque es
cierto que existen diferentes fabricantes que ofrecen equipos
marinos capaces de aguantar los peores chaparrones de agua salada.
Las tapas protectoras también protegen de los dañinos rayos UV y del
calorazo que lo quema todo bajo un sol de justicia en pleno Agosto.
Tenga presente
que aunque algunos equipos vienen con mando a distancia este sólo
funciona cuando apuntamos al equipo pues emiten una señal de
infrarrojos. Por ello no valdrá para manejar el aparato desde otro
camarote o desde el exterior. Es cierto que algunos mandos a
distancia funcionan por radiofrecuencia en cuyo caso si valdrían
pero estos son los menos.
CUATRO: La
fuente de sonido
Radio,
CD-Audio, Mp3,… Ahora que los iPod, iPhones y
demás dispositivos digitales hacen furor, es prioritario que el
equipo sea capaz de leer música en formado
MP3 mediante una toma de tipo USB o directamente permitir el enlace
a través de “bluetooth” con un dispositivo móvil. Desde nuestro
punto de vista esto es mucho más cómodo y por tanto importante que
el hecho de poder leer o no CDs de música.
Hay un buen
número de equipos que o bien a través de toma USB o por enlace sin
cables son capaces de ofrecer música en formato digital. Pero si
este no fuera el caso existen dispositivos receptores por
“bluetooth” que pueden enchufarse mediante un cable de audio RCA a
la entrada de potencia de un amplificador. Considere esta
posibilidad.
CINCO: Los
altavoces
Son tan
importantes como el equipo de audio, pues el mejor equipo con unos
malos altavoces es como tener el mejor barco de regatas pero unas
velas pésimas, o un jardín sin flores… Para el exterior existen
altavoces marinizados con membranas de plástico que no pueden
humedecerse y estropearse con la humedad, y construidos con
materiales inoxidables.
Si vamos a
montarlos en el interior del barco, las opciones son tan variadas
como diversos sus precios y calidades. Nos valdrán los altavoces de
coche o los de bafles de equipos domésticos. Como regla general un
altavoz de mayor tamaño consigue un mejor sonido de bajos
especialmente en los altavoces para empotrar. Cuando busque el sitio
tenga presente también el fondo que tiene en la zona a montar y el
volumen de la zona considerada. Es importante tener presente este
volumen alrededor del altavoz, para lograr una buena resonancia.
La orientación del
altavoz es también de suma importancia. Estamos hartos de ver
astilleros de gran renombre que montan altavoces de buena calidad en
sus barcos de serie, pero panelados en sitios disimulados que
fuerzan la orientación del altavoz en una dirección equivocada. El
resultado es una degradación TOTAL del sonido con un resultado muy
pobre especialmente en las frecuencias medias y altas.
La calidad del
altavoz será la finalmente responsable de la calidad del sonido. Y
la calidad del altavoz responde a su capacidad para reproducir con
fidelidad todo el rango de frecuencias sonoras. Las más sencillas de
reproducir son las gamas medias como las que escuchamos en un
teléfono, mientras que los bajos profundos y los agudos cristalinos
marcan la diferencia entre un buen altavoz y uno peor calidad.
SEIS: La
instalación
Cada
fabricante ofrece consejos diferentes, y sin embargo debemos tener
presente que la gran mayoría no permiten instalaciones que superen
un ángulo mayor a los 30º. La causa está en la reproducción de CDs
que podría quedar afectada por una posición inadecuada del equipo,
que invalidara la capacidad de absorción de pantocazos
y golpes durante la navegación. Todo esto carece de importancia en
los equipos capaces de reproducir en formato digital MP3 u otros.
La instalación
de los altavoces puede resultar a veces complicada o cuando menos
comprometida. Hay que buscar una distribución y geometría adecuada
dentro del salón para conseguir una correcta dispersión del sonido y
poder apreciar el estéreo.
Casi siempre tendremos que recortar alguna moldura para montar en su
interior el altavoz protegido por la rejilla adecuada. Este tipo de
altavoces debe tener suficiente volumen alrededor del cono para
poder sonar correctamente en todo su espectro de frecuencias.
También es importante que el espacio posterior esté sellado sin
salida a la estancia, pues en caso contrario las perdida de bajos
puede ser significativa.
El otro camino
es el de instalar unos bafles o cajas que fijaremos en el salón para
que no salgan “volando” en las escoradas o pantocazos, y sin
necesidad de cortar molduras y paneles, evitando tener que estudiar
la reflexividad sonora de los altavoces. Existen algunos modelos de
bafles de tamaño muy reducido que consiguen una potente sonoridad en
las bajas frecuencias gracias a una caja de graves que podemos
“esconder” en cualquier lugar sin importar la direccionalidad o
geometría del lugar, pues los sonidos graves se difunden con mucha
facilidad.
SIETE: La
posición
Es de suma
importancia estudiar la direccionalidad del sonido para conseguir
una buena calidad y disfrute. Salvo las bajas frecuencias, el sonido
es MUY direccional. Por ello un altavoz con la rejilla mirando hacia
el suelo del salón o atornillados en el arco de radar
mirando al cielo es tan estúpido como poner un foco luminoso
enfocado hacia donde no miramos. Y sin embargo es así como se
entregan demasiados barco de importantes astilleros.
En el salón de
casa esta cuestión es menos importante, pues hay paredes en donde el
sonido pueda rebotar con facilidad. Pero en los barcos hay que
estudiar cuidadosamente el lugar y la posición en la que colocamos
los altavoces. Naturalmente nuestros oídos deben estar expuestos a
dos fuentes sonoras para que podamos apreciar correctamente el
efecto estéreo.
OCHO: El
Cableado
El cableado de
los altavoces es también asunto de gran importancia. El cobre es
vulnerable a la oxidación especialmente en ambientes marinos. Por
ello es buena idea utilizar cables denominados “libres de oxigeno”
que sellan los hilos de cobre para que no pueda penetrar en ellos la
humedad.
La sección del
cables es también de gran importancia. Si usamos un cable de poca
sección, tendrá una alta y mala resistividad especialmente para la
bajas frecuencias que provocará fuerte distorsión del sonido.
También es importante conectar la polaridad de forma correcta (rojo
con rojo y negro con negro) para que todos los altavoces trabajen en
“fase” y no se atenúen los sonidos graves. Si no tenemos
identificados los colores, podemos utilizar una pila de 1,5 voltios
conectada al otro extremo de los cables de cada altavoz, para
comprobar como las membranas de todos los altavoces se mueven en la
misma dirección, por ejemplo hacia delante.
Los altavoces
naturalmente deben ser capaces de absorber toda la potencia
entregada por el amplificador de su equipo, pues en caso contraria
los acabaríamos quemando. Si utilizamos altavoces de gran potencia
no tendremos mayor volumen, ya que es el amplificador el que “mueve”
los altavoces.
Existe una
cualidad llamada “impedancia” que caracteriza a los altavoces. La
mayoría de los altavoces suelen ser de 4 Ohms, y sin entrar en
detalles, lo importante es recordar que debe coincidir con lo que
aconseja el fabricante del equipo. A un mismo canal de salida
podemos poner varios altavoces lo cual altera la impedancia global.
Si los ponemos en serie, se suman las impendancias conectando el
negativo de unos de ellos con el positivo del segundo. Es decir, por
ejemplo dos altavoces de 4 ohmnios en serie se comportarán como si
tuviéramos un único altavoz de 8 Ohmnios, pero capaces de absorber
el doble de potencia. Por
ejemplo el amplificar es capaz de entregar 50 watios de potencia,
cada altavoz recibirá 25 watios.
Si los
conectamos en paralelo, la impedancia total quedará reducida según
la inversa de la suma de los inversos de las impedancias de los dos
altavoces. En la práctica recuerde que para dos altavoces conectados
en paralelo, rojo con rojo y negro con negro, y de por ejemplo 4
Ohms, se comportarán como si fuera un único altavoz de 2 Ohms. Como
la impedancia es más baja el amplificador irá más forzado y por ello
debe comprobar las impedancias que admite el equipo.
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