Las herramientas a
bordo
En el barco, más vale saber de todo y poder
arreglar cualquier asunto sin requerir ayuda exterior pues la
avería nos puede pillar navegando. Pero
para detentar el grado de "brico-man" avanzado,
debemos contar con la caja de herramientas ideal. Sin ella
seríamos como un cirujano sin bisturí, como un músico sin
instrumento.
Si se hace
a la mar, más vale saber de mecánica, de
costura de velas, de electricidad, de fontanería, y de otros
interesantes oficios. No es tan complicado, pues no necesitamos
ser especialistas, aunque si saber lo suficiente para
podérnoslas apañar por nosotros mismos.
Es
fundamental un buen conjunto de herramientas. No se
trata de ir al centro comercial de la esquina y hacer la compra
de unos alicates y algunos destornilladores. Debemos llevar una
colección bien meditada y completa que nos permita afrontar
cualquier eventualidad.
No hay
nada más frustrante que saber reparar, por ejemplo una bomba de
agua y no poder desmontarla porque nos falta una llave de tipo
Allen, sobre todo cuando estas herramientas no cuestan
prácticamente nada. Es importante saber seleccionar un buen
conjunto de herramientas entre las que no debe faltar además de
las típicas, un buen taladro de baterías
recargables, alguna mordaza de presión, gatos, remachadora,
galgas para las válvulas del motor, extractor de filtro de
aceite, papeles de lija, soplete de gas, juego de brocas de
metal, juegos de pasadores de repuesto… Las llaves fijas deben
estar de dos en dos, pues para aflojar o apretar algunas tuercas
apretadas a modo de contratuerca, será necesario manejar dos
llaves del mismo tamaño y de forma simultánea. Un juego de
llaves codadas no está de más pues ocurre con frecuencia que
trabajar en el estrecho hueco del motor requiere adoptar
posiciones malabaristas y acceder a tuercas en posturas
contorsionistas.
El destornillador de impacto es importante en cuanto trabajemos
con tornillos oxidados. El golpe del mazo se convierte en un
terrible par de torsión capaz de aflojar los tornillos más
endemoniadamente oxidados.
En un
barco podemos lograr grandes fuerzas de tracción aprovechando
los winches y algunas poleas, pero cuando se trata de ejercer
una gran fuerza de presión o empuje el tema se complica. Por
ello la necesidad de llevar algunos gatos o incluso un pequeño
tornillo de banco. Una cincha como las que utilizan los
camioneros para fijar las cargas puede resultar muy útil, además
es económica. Las hemos empleado satisfactoriamente para
fijar alguna madera mientras se encola, o para doblar alguna
pieza que deba tomar una curvatura.
Para cada
barco necesitaremos posiblemente alguna herramienta especializada
con la que poder desmontar o realizar alguna reparación que de
otra manera no podría llevarse a cabo. Quizá un destornillador
codado para acceder a alguna pieza de la botavara o un extractor
específico para nuestro motor. Por ello debemos repasar vuelta a
vuelta todo el barco y tener claro, si con el equipo de
herramientas finalmente adquirido somos capaces de poder
desmontar cualquier elemento de nuestro barco.
Los taladros recargables resuelven muchos problemas
en el barco. Elija uno de 14 ó 20 voltios pues los de menos
tensión tienen poca fuerza y no son tan prácticos.
Una remachadora es muy útil para fijar piezas de aluminio al
palo o incluso para poder realizar reparaciones de emergencia en
una botavara.
Aunque no
se traten puramente de herramientas, podemos considerarlas
dentro del equipo necesario para realizar reparaciones. Por
ejemplo la silla para subir al palo es totalmente necesaria para
arreglar alguna driza. Al subir conviene tener una bolsa que
ataremos al amantillo para subir con nosotros y de la que poder
ir cogiendo o dejando las herramientas que necesitemos en las
alturas.
Es importante
saber cómo organizar y guardar
nuestras herramientas.
Pueden ir distribuidas en
varias cajas, y también podremos tener otra caja dedicada a los
pegamentos. En el fondo un buen pegamento es como una
herramienta más. Nunca deben faltar los botes de resina epoxi ,
un poco de tejido de fibra de vidrio, y un bote de polvos de
talco. El talco con el epoxi hace una masilla con la que poder
reparar de todo. El epoxi con la fibra nos permitirá reparar o
reforzar piezas más grandes e incluso cerrar vías de agua.
En la
misma caja de pegamentos nunca debe faltar un rollo
de cinta americana, otro de los “comodines” de reparación. Menos
conocido pero sorprendentemente efectivo son las varillas de
aleación de aluminio para soldaduras semi-frías. No me lo creía
hasta que lo probé. Estas varillas de aleación, que al menos he
podido encontrar en ferias de barcos como la de Miami, permiten
soldar aluminio con aluminio, con un simple soplete de gas
butano! El truco consiste en limpiar las piezas a soldar son un
cepillo de púas de inox para abrir el “poro” en el metal a
soldar.
En esta
caja de los pegamentos aconsejamos llevar un par de cartuchos de
poliuretano en vez de silicona. Son más eficaces a la hora de
conseguir taponar una filtración, o para cerrar un agujero hecho
con una broca al colocar cualquier elemento auxiliar.
No hace falta ser un experto
frigorista para conseguir realizar una reparación de emergencia
en la nevera del barco. La mayor parte de los problemas procede
de una pérdida del gas refrigerante. Aunque finalmente deba ser
comprobado por un especialista o por alguien equipado con equipo
más sofisticado, existen “kits” con bombonas de gas, y
con los que poder echar a andar una nevera que haya perdido el
gas refrigerante.
No olvide
dedicar una caja de herramienta para tornillos de diferentes
métricas, tuercas, pasadores, arandelas, gomas, tóricas,
grilletes de varios tamaños, remaches y demás “metralla”, eso
sí, toda en acero inoxidable (salvo los remaches de aluminio). Con ella conseguiremos poner en práctica nuestros proyectos de
reparación y reforma de emergencia. Es nuestra ferretería
particular sin la cual estaríamos perdidos.
La caja de
los cabos
Realmente
debemos hablar de las cajas de herramientas. Ya hemos comentado
que debemos tener una o dos cajas para las herramientas mecánicas como
son los destornilladores alicates, limas y martillos, además de otra dedicada a los pegamentos.
Ahora debemos añadir una dedicada en exclusiva a los cabos, cordinos, redecillas, agujas de costura de varios tamaños y
formas, un pequeño punzón de velería, hilo encerado, hilo de
bramante o nylon de gran solidez, cierres de nylon tipo clip,
ganchos, tejido autoadhesivo para reparación de velas, y retales
de lona. No olvide llevar un par de “cutter” con cuchillas de
recambio, validos para cortar cabos o cien cosas más. También es
muy útil llevar algunos metros de tejido de velcro con los que
podremos “inventar” cierres o reparar los que ya no funcionen.
Esta caja de “herramientas” debe contener el kit de reparación
para el tejido de PVC de la neumática sin el cual podemos dejar
inutilizada la embarcación auxiliar debido a un tonto enganchón o
pinchazo.
En la caja
de cabos no deben faltas varios grupos de bridas de nylon, las
cuales pueden valer para cientos de tareas a bordo. Son otro de
los “comodines” del perfecto "brico-man". Permiten sujetar piezas
mientras las pegamos con epoxi, unirse entre sí para formar una
brida de mayor longitud, y naturalmente para apretar mazos hilos
eléctricos, permitiendo realizar instalaciones
eléctricas limpias y claras.
El mechero es una herramienta más de la caja de cabos que
utilizaremos para rematar los extremos de los cabos, cordinos o
hilos.
En un sitio muy accesible deben
guardarse dos o tres pequeñas herramientas con las que poder
hacer alguna cosilla rápida sin tener que abrir todo el armario
de bricolaje. Aflojar un grillete, apretar la bisagra de una
puerta, cortar una etiqueta, quemar el chicote de un cabo para
que no se deshilache… Con un juego de pequeños atornilladores,
alicate, mechero, una pequeña llave inglesa y un cúter podrá
afrontar muchas labores de mantenimiento.
El
bricolaje eléctrico
Tan
importante como los demás. En la caja de cacharros
eléctricos no deben faltar varios rollos de cable eléctrico, la
cinta aislante de toda la vida, un polímetro sencillo con el que
poder ver si un cable no tiene continuidad, un juego de fusibles
de varios amperajes y las bombillas de repuesto del barco.
Además de la cinta aislante es necesario tener un rollo de cinta
de goma auto-vulcanizante. Se utiliza de forma parecida a como lo
hacemos con la cinta aislante. Cortamos una tira de varios
centímetros y debemos sobre estirar del orden de un 50%
respecto a su longitud inicialmente cortada para activar la
vulcanización de la goma. Al dar vueltas unas encima de otras,
las capas de “sueldan” entre sí haciendo una capa de goma que
jamás de podrá despegar. Es muy segura para aislar cables en
entornos marinos ya que aísla de maravilla haciendo el empalme
muy seguro. Pero lo mejor, es que esta cinta autovulcanizante nos
permitirá “hacer” pelotitas de goma que podemos utilizar a modo de
tapón, o conseguir hacer una pequeña junta tórica de emergencia
del tamaño que necesitemos, etc…
En la caja
de herramientas eléctricas nunca debe faltar el soldador de
estaño. Pero olvídese de los típicos que utilizamos en casa.
Aquí en el barco, lo suyo es tener uno de gas de los que
ofrecen fabricantes como “Dremel”. No necesitan electricidad y
se recargan con una bombona de gas butano como las que utilizamos
para los mecheros, y tiene mucho más poder calorífico que los eléctricos.
Esto es muy ventajoso cuando reparamos un cable en
cubierta mientras sopla la brisa que tiende a enfriar el
soldador. Con los eléctricos no se
alcanza la temperatura correcta para que el estaño suelde
correctamente.
Y hablando
de soldaduras y empalmes, también debe llevar en la caja de
"brico" eléctrica varias tiras de tubo termo-retráctil. Se trata
de una especie de macarrón de aspecto de goma que cortaremos a
la medida necesaria y que se contrae con fuerza al aplicar un
chorro de aire caliente o la llama de un mechero. Al
fin y al cabo es la mejor manera de aislar un empalme en un cable
o de conseguir forrar una varilla o cualquier pieza con un
aspecto más suave. Existen de muchos colores y diámetros y valen
poco dinero en las tiendas de material electrónico.
Guardar las
herramientas
Una de las formas más lógicas de organizar las diversas
herramientas en el barco es mediante cajas estancas de plástico, como las
que se pueden encontrar por poco dinero en los centros comerciales.
Protegen el material de la humedad y permiten organizar el
material de forma funcionalidad.
Al ser estancas no hay problema en llevarlas cerca de la sentina
pues al ser pesadas, este es el mejor lugar para no contribuir a
degradar las prestaciones de estabilidad del barco.
En la foto se aprecia una
gran caja para las herramientas mecánicas, otra para los
materiales y herramientas eléctricas, otra para los pegamentos,
otra para los tejidos y cabos, juego de brocas, maletín de
desatornillador eléctrico, varias cajas de tornillos y material
de ferretería inox, así como correa de alternador y varios
repuestos del motor.
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Todo vale
para todo.
En el mar
el objetivo es ser autosuficiente y para ello vale cualquier
cosa. Un material que normalmente dedicaríamos para la
electricidad, como por ejemplo la cinta aislante, puede valernos
para muchas más cosas, como por ejemplo para aumentar el
diámetro de un candelero y que este encaje mejor, o para llevar
a cabo cualquier otra reparación de emergencia. Lo importante es
alcanzar el objetivo. Y para ello lo mejor es cultivar buenas
dosis de ingenio ya que la solución siempre existe. Usted debe
encontrar la mejor de todas ellas y para ello no descarte a priori
ningún camino. Se sorprenderá de lo que su perspicacia es capaz
de resolver!
La
potencia eléctrica
Disponer
de 220 voltios a bordo con una capacidad de carga de 1 ó 2
kilowatios abre las puertas para todo un grupo de utillaje con
el que poder realizar tareas que en otras condiciones
resultarían imposibles. Y el caso es que disponer de un pequeño
generador o inversor para obtener durante cortos espacios de
tiempo de estas potencias es algo bastante barato y fácil de
conseguir. En muchos distribuidores de electrónica encontrará
inversores de corriente capaces de entregar un kilovatio a 220
voltios a partir del parque de baterías y por muy pocos cientos
de euros. No hay porqué recurrir a los inversores “alto de gama”
que venden los distribuidores náuticos por 6 veces el precio. No
es necesario.
El otro
camino pasa por tener un generador de gasolina. Los hay muy
baratos y capaces. Si se trata de sacar corriente de vez en
cuando, no hace falta comprar uno carísimo. Le aconsejo pasarse
por centros comerciales especializados en herramientas para
descubrir como por 300 ó 400 € aparecen frecuentemente
generadores de 4 tiempos que son réplicas exactas chinas de los
más avanzados japoneses, pero a un precio 3 ó 4 veces inferior. A veces son
tan parecidos que cabe pensar que salen de una misma línea de
producción en China pero vendidos como “marca blanca”…
Por 20 ó
30 euros podrá encontrar una pequeña amoladora de 700W a 220
voltios, taladros
de más potencia, o incluso soldadores de arco eléctrico con tecnología electrónica y de poco peso. Estas herramientas abren
el campo del mega-bricolage. ¿Por qué llevar una cizalla si una
radial con disco de corte de acero puede cortar cable y todo lo
que se la ponga por delante y por muy poco dinero?
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