son muchos
los meses que han pasado desde que Google presentara al público sus
famosas
“Google-Glass” con las que poder ir por cualquier sitio viendo
superpuesta a nuestra visión, los datos que estimemos convenientes.
La primera
adaptación al mundo náutico viene de la mano de una empresa
norteamericana, con un producto que no dejará
a nadie indiferente. El resultado es tan interesante, que con
seguridad otros fabricantes se sumarán al carro del negocio, haciendo
aparecer réplicas más o menos sofisticadas. Quizás sea directamente será uno
de los grandes como Garmin, Navico o Raymarine el que licencie,
absorba o compre la tecnología ya disponible por Afterguard.
¿En qué consiste?
No son unas
gafas de sol cualquiera… En ellas están escondidos además de la
mini-batería, dos microprocesadores miniaturizados, Wi-Fi
y bluetooth, receptor GPS, y un visor de alta definición, además de
una cámara con la que registrar todo lo que vivimos, veamos o
hagamos, incluido el micrófono y un micro-altavoz.
Así las cosas,
nos ponemos las gafas y elegiremos la pantalla de datos que deseamos
ver superpuesto a nuestro campo de visión; Velocidad del velero con
los datos de viento, el rumbo actual, información de los motores,
datos del entorno. De hecho los skippers de la última
edición de la Copa América ya utilizaban algo parecido a este tipo
de gafas, para poder tomar decisiones instantáneas sin tener que
mirar los displays.
Para su
funcionamiento Afterguard dispone de un módulo que se esconde en el
interior del barco y es conocido como CCU (Central Communications
Unit) que recibe y emite para establecer una comunicación Bluetooth
con las gafas y con un radio de alcance de algunas decenas de
metros. El CCU además del cable de alimentación de corriente dispone
de varias tomas de datos, por lo que es capaz de digerir datos en
formatos NMEA-0183, NMEA-2000 o incluso directamente en Seatalk, en
un guiño hacia el fabricante Raymarine y sus numerosos clientes,
aunque a través de NMEA es posible conectarlo con los más
importantes fabricantes como B&G, Furuno, Garmin,
Lowrance, …
Es decir la
información digital de la red del barco pasará directamente a las
gafas inteligentes según nuestro criterio y a través del CCU. Incluso los
datos AIS pueden ser procesados en la CCU, aunque el dispositivo
actualmente ofrece tres pantallas diferentes que pueden ser
seleccionadas por el usuario gracias a un sensor óptico de las
gafas. En las gafas corre una versión de Android y aunque para
algunos los datos ofrecidos en estas pantallas son demasiado
“regateros” veremos mejoras en el software que permitan particular
la información ofrecida en poco tiempo.
Al publico
estarán disponibles esta misma primavera por unos 1.900$,
aunque parece razonable pensar que bajen de precio. Por ejemplo unas
gafas parecidas para ciclistas están ya disponibles por unos 450€
(en USA) y
las ofrecidas como las Google Glass son netamente más asequibles y
podrán soportar aplicaciones de terceros con lo que conseguir
resultados parecidos.
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