Existen muy pocos fabricantes que ofrezcan
productos tan sofisticados, con una tecnología heredada de la
investigación militar y cuyo fin es el de poder ver incluso en
plena oscuridad. Para ello estos sistemas electrónicos altamente
especializados utilizan sensores capaces de ver la luz
infrarroja invisible al ojo humano. Cualquier cuerpo por el mero
hecho de estar caliente emite “luz” de radiación infrarroja sólo
visible para estas cámaras ultra sofisticadas. Es lo que
llamamos el “calor”. La imagen se forma a partir del calor
emitido y no mediante la luz. Algunos fabricantes como el
norteamericano FLIR, monta además en sus cámaras estabilizadores
giroscópicos para que la visión sea muy estable incluso
navegando en una mar movida.
Las cámaras de visión infrarroja son
especialmente útiles para poder “ver” y detectar por la noche
rocas y afloramientos en baja mar, basuras flotantes, maderos y
otros objetos que representan verdaderos peligros para la
navegación y que son virtualmente indetectables por el radar. Al
acercarnos a un puerto desconocido por la noche el radar es de
gran ayuda, pero la imagen de visión nocturna es otra historia,
pues veremos prácticamente como si fuera de día. Por ello es muy
útil para entrar en canales con boyas, o realizar el
acercamiento a una zona de fondeo en donde debemos sortear
cuidadosamente la maniobra entre otros barcos.
Modelos como el Voyager II montan hasta 4
sensores en una misma cámara con distintas lentes para poder ver
objetos alejados o imagen de gran angular en imagen infrarroja y
otras dos cámaras de distinta sensibilidad para luz de día y
capaces de tomar imágenes en color. El sensor de imagen de vídeo
permite ajustar el zoom óptico hasta x26 y de forma digital con
un radio de ampliación de hasta x312 aumentos. El estabilizador
giroscópico automáticamente corrige los movimientos del barco
incluso en fuertes oleajes. El control direccional de la cámara
se realiza mediante un joystick desde el cual se accede también
a la mayor parte de las funciones de la cámara, como giro
derecha izquierda, ángulo de elevación, selección del tipo de
imagen, o botón “home” para posicionar la cámara rápidamente a
su punto neutro que normalmente será hacia la proa del barco.
Con la opción de conexión remota a Internet, es
posible controlar la cámara desde cualquier ordenador en
cualquier sitio, de modo que podemos utilizar el sistema para
controlar nuestro barco y ver si todo está correcto.
En la visión infrarroja aparece nítidamente un
puente que atraviesa una bahía, casi imposible de ver por la
noche. La seguridad que ofrece es espectacular.
La visión
infrarroja puede evitar graves peligros en caso de navegar por
la noche. La imágenes obtenidas son muy nítidas incluso aunque
no haya luna. Representan un plus muy importante de seguridad en
caso de que algún tripulante se caiga por la borda en la noche.
Lo que sería una búsqueda imposible, ahora se torna viable.
Desde el software de control podemos modificar la ganancia de
cada sensor para oscurecer una imagen demasiado iluminada o
aclarar las más oscuras.
¿Qué
es la radiación infraroja?
La energía infrarroja forma
parte del espectro de radiación electromagnética. Los
rayos gamma, los rayos X de las radiografías médicas, los
ultravioletas que nos queman durante el verano, la luz, la
radiación infrarroja, las microondas del horno de su
cocina o de la antena del radar, y las ondas de radio, son
sencillamente lo mismo. Sólo cambia la frecuencia de la
radiación electromagnética. La parte del espectro
electromagnético que corresponde a la luz y los colores
que vemos corresponden a una banda de frecuencias
verdaderamente muy pequeña si lo comparamos con el resto
del espectro de toda la radiación electromagnética.
Como cualquier objeto tiene
alguna temperatura, tiene un determinado calor y emite,
por tanto, una radiación de calor llamada ondas
infrarrojas tanto de día como de noche. Esta es la energía
que captan los sensores infrarrojos para formar la imagen.
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Uno de los
fabricantes más importantes es el norteamericano FLIR, que
propone 4 equipos diferentes y cuyos precios comienzan a partir
de los 4.000 €. Son inversiones caras para equipos muy
sofisticados. Afortunadamente a la velocidad que avanza la
tecnología y bajan los precios, es más que probable que salten
al rango de equipos asequibles para muchos aficionados en un
futuro próximo.
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