En un barco de crucero la barbacoa es una
delicia y aunque existen otros equipamientos y elementos del
barco más importantes, este puede ser un “plus” que puede llegar
a convertirse en el más utilizado! De entre los diversos
modelos que se pueden encontrar adaptados para los barcos, la
mayoría son de inox y están pensadas para funcionar con carbón vegetal
al modo tradicional, aunque también las hay que funcionan con
cartuchos de gas, para aquellos que no quieran complicaciones
sin por ello prescindir de una buena barbacoa.
El ceremonial saleroso y divertido
que rodea a toda barbacoa en el jardín de casa es idéntico al
que viviremos en caso de hacerlo a bordo. ¡Una fiesta!
Y no tenga miedo con los olores ya
que se encuentra fuera del barco. Todavía recuerdo el día en el
que un amigo nuestro nos regaló unas generosas rodajas de
riquísimo atún recién pescado. Dios mío que buenas estaban, pero
todavía no habíamos instalado la barbacoa en la barandilla de la
bañera de modo que las freímos a bordo..… Y el barco insistió en
oler a pescado frito durante el resto de la semana!
Sardinas y otras viandas en
chuletas o brochetas y naturalmente algunas gambas acompañadas
por tomatitos, pimientos y otras sanas verduras. Lo importante
es comer bien.
Ojo con lo que digan las
ordenanzas locales, ya que por ejemplo en determinados puertos y
países como Turquía no están permitidas. En cualquier caso se
trata de tener un poco de respeto y sentido común con nuestros
vecinos fondeados en la cala.
No es nada agradable recibir un
pestazo a sardina frita del barco vecino si nos encontramos
tranquilamente reposando en nuestro barco. Por ello lo lógico es
ponerse a sotavento de otros barcos y alejarse un poco si fuera
necesario.
En cuanto a los riesgos de
utilización, también debemos, como para todo en la vida, emplear
el sentido común. La barbacoa se pone muy caliente, de modo que
cuidadito con ella mientras esté encendida. Lo importante es
buscarle un buen sitio y siempre por fuera de la borda de modo
que minimicemos los riesgos cuando salte alguna chispita. De
paso evitaremos ensuciar la cubierta y por tanto limpiar menos.
Un buen lugar es la escalera de
baño que previamente habremos descolgado un poco y sujetado
mediante un cabo desde el balcón. En esta posición la barbacoa
queda notablemente separada del barco evitando riesgos
originados por el carbón ardiente además de evitar manchar el
barco. Y la “zona del baño” de la popa del barco le servirá al
cocinero como espacio de trabajo sin estorbar a los demás
invitados.
La próxima vez que piense pasar la noche
fondeado en una preciosa calita no olvide su nueva barbacoa…
¡Y que aproveche!
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