El segundo punto importante que debemos tener en cuenta es que,
aunque el muelle trabaje, tenemos que utilizar una pequeña cadena de
seguridad por si el muelle se rompiera. Es tan sencillo de hacer
como seguro por si acaso. Los muelles pueden fallar al utilizar unos
de tamaño inferior al requerido para los esfuerzos de compresión que
serán proporcionales al desplazamiento o tonelaje del barco que tengamos.
Los amortiguadores de muelle pueden trabajar a tensión constante o
ser progresivos. En estos segundo, cuanto más tira la racha más
"duros" se ponen. Para ellos los muelles progresivos presentan una
distribución de espiras irregulares de tal forma que las centrales
trabajarán primero a poca carga y según se fuerzan más la
deformación del muelle se distribuye en toda su longitud.
Amortiguadores de goma
Si duerme en un camarote cerca del muelle, puede escuchar en los
días de viento, el ruido de los muelles. Al comprimirse estos
generan pequeños chirríos que para más de uno pueden resultar molestos. La solución consiste en utilizar amortiguadores de goma en
vez de muelles de acero.
Los hay de varios tipos tanto trabajando a compresión como por
estiramiento; En unos, el propio cabo de amarre va zigzagueando por
varios pasos en la pieza de goma, de tal forma que aunque ésta
falle, el cabo seguirá sujetando la embarcación. Aunque esta
solución parece ingeniosa, con el tiempo estos amortiguadores acaban
dando problemas. En la gama de amortiguadores de goma trabajan mejor
aquellos en los que el cabo se enrolla sobre la propia pieza
elástica que es capaz de producir una elongación más amplia, o lo
que es lo mismo realizar un trabajo de amortiguación más efectivo.
Redundancia y duplicidad
Con independencia del tipo de amortiguador utilizado, usar amarras
dobles es una buena idea especialmente en marinas en donde las
condiciones puedan ponerse muy duras durante los temporales de
invierno. En caso de utilizar una amarra de seguridad, debe dejarla
algo más larga para dejar que sea el amortiguador el que trabaje, y
solo en caso de fallo sería cuando entraran en carga. Naturalmente
las amarras de seguridad no tienen que (o deben) llevar sistema
alguno de amortiguación.
También es buena idea proteger la segunda amarra con manguera para
que sea esta la que sufra y se desgaste en vez del cabo utilizado
para amarrar. Cada 3 ó 5 años podremos cambiar 30 centímetros de
manguera sin tener por ello que renovar toda la amarra.
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