Algunos lo
consideran como un equipo básico del que no podrían prescindir, y
las personas acostumbradas con su manejo son capaces de "leer"
información muy valiosa en la pantalla. En momentos de visibilidad
reducida el radar mostrará todo el perfil de la costa a su alrededor
y la posición en los demás barcos, peligros y boyas. Es una
extensión del sentido de la vista que le permitirá "ver" desde
grandes distancias y bajo cualquier condición meteorológica. También
podremos ver las zonas en las que se están produciendo
precipitaciones y fuertes tormentas, pudiendo utilizar estos datos
para "huir" de la zona. Muchos equipos permiten proteger el barco
mediante una zona de blindaje de forma que si algo penetra en ella
provoque el disparo de una alarma sonora. Las prestaciones son cada
vez mejores a la vez que los precios bajan poco a poco, dejando de
ser un elemento de seguridad caro a uno de los componentes
importantes que debe llevar instalado cualquier barco de recreo de
cierta importancia. Cada vez es más usual encontrar equipos de radar
que combinan la información grafica del eco con la imagen del Chart-Plotter
de la cartografía digital conectada al GPS, permitiendo contar con
una ayuda inestimable a la navegación.
Un radar
funciona un poco como lo hace un sonar emitiendo una señal y
escuchando el eco reflejado. Básicamente, la antena en una posición
determinada y dirigida por tanto en una única dirección emite una
señal de radio en la frecuencia muy alta de las microondas.
Inmediatamente se deja de emitir y la antena pasa a modo recepción y
escucha el eco. De esta manera los circuitos electrónicos pueden
saber el tiempo que ha transcurrido desde que emitió la señal, hasta
que se recibió el eco. Como la velocidad de la luz es constante e
igual a 300.000 Kilómetros por segundo, es posible conocer la
distancia al obstáculo que produjo el eco. Inmediatamente después la
antena gira un poco y entonces se vuelve a repetir el proceso, hasta
cubrir toda una vuelta completa recogiendo la información de ecos a
distintas distancias para cada ángulo, que es representada en la
pantalla gráfica.
La capacidad
de resolución de los objetos que "ve" el radar dependerá de la
longitud de onda emitida. A mayor frecuencia las ondas se hacen más
pequeñitas pues todas viajan a la misma velocidad, y al ser menor
estas ondas se gana en capacidad de resolución. Ocurre lo mismo que
si quisiéramos medir por ejemplo el tamaño de un reloj de pulsera
pero con una regla cuya medida más fina fuera de 1 centímetro. La
medida sería muy imprecisa o simplemente no podríamos, debiendo
utilizar correctamente para ello una regla con marcas de milímetros.
Por esta razón existen dos frecuencias en las que pueden trabajar
los radares que son la banda X a 9.000 Mhz y la banda S a 3.000 Mhz.
La banda X es de menor longitud de onda y requiere antenas radomo
más pequeñas ofreciendo una imagen más nítida de los obstáculos
identificados. Por el contrario la banda S tiene mayor poder de
penetración y por tanto es capaz de "ver" mejor las precipitaciones
y las condiciones meteorológicas, así como detectar mejor los
obstáculos con mala climatología.
La energía
emitida por la antena se proyecta sobre un ángulo vertical de unos
25 grados, lo que permite que el radar pueda seguir funcionando en
el palo de un velero incluso con respetables ángulos de escora y
cabeceos en los mares bravíos. Pero está claro que por poco que se
mueva el barco, el horizonte que "vé" el radar no coincide con el
horizonte real, a lo que se suman cambio en la atmósfera que varían
la capacidad de penetración del haz de microondas, dando como
resultado ecos de diferente intensidad y que al final producen
problemas de refracción.
¿Cómo se calcula la distancia de cada eco?
La señal
emitida en el tren de pulsos viaja a 300.000 kilómetros por
segundo pues ésta es la velocidad a la que viajan las ondas
electromagnéticas en el vacío. (En el aire es prácticamente la
misma pero por ejemplo en una estructura cristalina disminuye
notablemente). Lo que es lo mismo, en cada millonésima de
segundo o microsegundo, el haz avanza 300 metros. Supongamos
que el contador electrónico mide un intervalo de 20
microsegundos desde que emitió hasta que escuchó el eco. La
señal ha recorrido entonces (20x300metros) 6 kilómetros ida y
vuelta, y el obstáculo está entonces a la mitad de distancia y
junto enfrente de donde esté mirando la antena de radar (radomo)
en ese momento.
Como la antena da unas 24 vueltas por
minuto, está claro que en 20 millonésimas de segundo el cambio
de ángulo de la antena es prácticamente despreciable, por lo
que ésta es perfectamente capaz de escucha la señal que acaba
de ser emitida.
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