Los pilotos
automáticos actuales no pueden "ver" ni anticiparse a las
circunstancias y están diseñados para reaccionar en caso de roladas
de viento o para corregir un rumbo cuando tiene lugar un cambio, lo
cual podría ser demasiado tarde en determinadas circunstancias.
A pesar de lo
grande que es el mar, siempre me ha sorprendido el aparente poder de
atracción de los obstáculos. Lo cerca que sin querer pasaremos de
una gran boya metálica en mitad de la mar, el rumbo de colisión que
inevitablemente habremos de alterar para esquivar un choque seguro
contra otro barco que se encuentra a rumbo de colisión.
En un futuro
cercano el piloto automático reaccionará adelantándose a los
acontecimientos para evitar situaciones de peligro y posibles
colisiones. Google y ahora muchas grandes compañía de automóvil,
tienen sumamente avanzados diferentes sistemas que permiten conducir
el coche por si mismos sin ayuda humana, y podemos asegurar que esto
es infinitamente más complicado que hacerlo para la navegación de un
barco.
La cuestión es;
¿cuánto tiempo pasará hasta que los sistemas de navegación
totalmente autónomos lleguen al mercado de la náutica de recreo? Es
ya una realidad en la automoción y por tanto es sólo cuestión de tiempo. La
universidad de Buffalo (USA) ya tiene listo un prototipo de sistema
de navegación preventivo, que solo en el sector de la náutica
norteamericana podría evitar unos 4.000 accidentes anuales con 610
aficionados muertos y 2.700 lesionados. Los datos son muy
relevantes, ya que los porcentajes de las causas de estos accidentes
serían similares a los producidos en nuestras costas españolas. Lo
más significativo es que la mayoría de estos accidentes se
produjeron por pilotajes descuidados, o simplemente olvidados de
mirar por donde iba el barco y patrones sin la experiencia adecuada,
o velocidades demasiado altas.
El prototipo de
navegación autónoma ha sido montado en un pequeño catamarán de 16
pies de eslora pero podría funcionar en cualquier barco por grande
que fuera.
¿Cómo funciona?
Está formado por
un conjunto de sensores y cámaras que permiten monitorizar lo que
ocurre a nuestro alrededor, así como detectar cambios de
meteorología. Cualquier obstáculo que pase a nuestro alrededor será
captado en tiempo real y tenido en cuenta junto con la cartografía
digital así como datos estadísticos sobre el barco y la zona de
navegación en la que nos encontráramos.
Si el sistema
inteligente detecta cualquier amenaza en el horizonte, ajusta un
cambio de rumbo y avisa mediante un mensaje sobre el hecho acaecido
para que podamos modificar o aceptar la decisión tomada. El
prototipo actual funciona de forma inalámbrica por bluetooth y
podemos controlar la operativa desde un smartphone. El sistema puede
guiar el barco desde un puerto de origen a otro de destino de forma
completamente desatendida dejando al "sistema experto" que decida la
ruta más adecuada.
Como ya ocurre en
los vehículos que circulan por carretera, seguramente llevará tiempo
refinar y comprobar el buen funcionamiento de estos sistemas de
navegación automática hasta que sean del todo fiables y seguros
pero, mientras tanto irán siendo introducidos en el mercado siendo
cada vez más fiables y seguros incluso en situaciones de lo más
variadas y complicadas.
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