Las
interferencias
Todos los satélites de posicionamiento global en órbita circumpolar
se alimentan mediante corriente eléctrica que proviene de sus
paneles solares. Orbitan a unos 20.000 kilómetros de altura y a
pesar de ser una considerable distancia y de emitir solo unos 25 watios de potencia consiguen ser “oídos” por nuestros receptores GPS
gracias a la direccionalidad de la señal y sus antenas de alta
ganancia que dirigen el 100% de la señal hacia la superficie
terrestre en vez de "perderse" por el espacio interestelar.
Podemos entender que la señal recibida desde 20.000 kilómetros de un
emisor de sólo 25
watios es realmente modesta. Es por ello que
basta un pequeño y ruidoso “jammer” de poca potencia emitiendo en la
frecuencia correcta para invalidar la recepción de GPS, o peor aún, ¡emitiendo una señal deliberadamente
equivocada!
En 2011 el gobierno Iraní consiguió hacer aterrizar y engañar a un
avión no tripulado guiado por GPS, gracias a emitir señales falsas
de GPS. Corea del Norte tiene como pasatiempo
contaminar la señal GPS a sus vecinos de Corea
del Sur. Durante 2012, un catedrático de la universidad de Austin en
Texas consiguió engañar los sistemas de gobierno de un megayate para
que el piloto automático del yate quedara inutilizado y siguiera un
rumbo diferente al establecido por el capitán, para lo cual se pidió
el previo consentimiento al armador que estaba en conocimiento de
esta prueba.
No hace falta ser un ciber-delincuente para lograr un sabotaje de
este calibre. Un camionero de Nueva Jersey enchufó en la toma de mechero de
su camión un dispositivo de 20$, diseñado para conseguir privacidad en su
teléfono móvil y que su jefe no pudiera conocer sus movimientos,
consiguiendo con ello dejar inoperativos todos los sistemas de
control y seguimiento aéreo del cercano aeropuerto Newark, lo cual
le supuso un susto de sirenas policiales y un multón de 32.000$.
Las
interferencias solares
Pero el culpable más peligroso podría ser nuestro astro Sol. Con
mucha frecuencia suelta fuertes “llamaradas” que lanzan al espacio
ingentes masas de partículas cargadas que viajan en todas
direcciones y también hacia nuestro planeta. Al llegar a nuestra
atmósfera generan las espectaculares y bellas auroras boreales, pero
también pueden distorsionar las señales de radio de los GPS,
produciendo errores en la exactitud de la posición o la perdida
temporal de la señal GPS. Pero si la marea de partículas ionizadas
es muy grande, esta podría dejar inutilizado completamente al mismo
satélite.
Por esta razón la red de satélites GPS tiene varias unidades en
órbita de “repuesto”, y aunque ya muchos receptores son capaces de
sintonizar con Glonass y en breve con Galileo, estas nuevas redes
son susceptibles de fallar por las mismas razones.
Un Backup
Terrestre
Si la interferencia y la dependencia puede provenir del espacio con
señales de poca potencia pero muy direccionales, ¿por que no emitir desde la superficie terrestre con fuertes
potencia y antenas omnidireccionales?
Enhorabuena. Acabamos de reinventar el famoso Loran, del cual se
acaba, hace poco, de
desmantelar una de sus últimas antenas de triangulación de señales.
Sin embargo Corea del Sur está evaluando montar una nueva versión del Loran-C dado
la confrontación con su militar vecino Corea
del Norte.
La nueva red
de satélites GPS
Poner a pleno
rendimiento la red GPS ha llevado 20 años de trabajos y lanzamientos
desde Cabo Cañaveral. Una nueva versión de satélites GPS valorada en
5.500 millones de dólares están a punto de ser lanzados al espacio
para sustituir a los más vetustos lanzados en 1990 y aún operativos a pesar de haber sido diseñados para una vida
útil de sólo siete años y medio.
De la actual
constelación de 31 satélites GPS, solo 11 (en 2014) están
dentro de su vida útil para lo que han sido diseñados, aunque todos
ellos están plenamente operativos a pesar de llevar 20 años
trabajando fuera del tiempo para el que han sido diseñados.
En un despiste
de navegación aérea, el vuelo 007 de Korean Airlines se introdujo en
el espacio aérea Ruso, lo cual condujo a que los militares
derribaran el vuelo regular matando a todos sus ocupantes, lo que llevó, entre otras cosas,
a la administración USA a autorizar la utilización civil del GPS
en el ánimo de evitar estas terribles equivocaciones. Unos años más
tarde, el GPS aún no del todo operativo, tuvo
un uso intensivo y extremadamente exitoso en la guerra de Irak y las
Operaciones Tormenta del Desierto en la que los misiles impactaban
en los objetivos militares con escasos metros de error tras un vuelo
de cientos de kilómetros guiados por una red
de sólo 16 satélites GPS.
La primera
generación bautizada como Block 1 fue sustituida por los Block2,
Block2A, 2R, 2RM, y 2F, cada vez más exactos y fiables, hasta el
punto que un receptor actual de GPS de 80€ y de uso civil es más exacto que los
militares de hace solo 15 años.
Ahora ya ha sido mejorado los Block3 o simplemente GPS III, con aún
mayor precisión, tecnologías anti-jamming (evitar ser anulados por
interferencias malintencionadas), y capacidad para realizar
funciones de socorro y reenvío de mensajes de Distress emitidos por
Radiobalizas EPIRBs así como radiobalizas personales.
Glonass y Galileo; GNSS (Global Navigation Satellite System)
Con el GPS ocurre como con la Coca-Cola. La marca se ha quedado con
la denominación del sistema. Y de la misma forma que existe también
la Pepsi-cola, pues también existen el Glonass Ruso o el Galileo
Europeo.
El proyecto Glonass comenzó en 1972 en plena guerra fría, pero eran
muy poco fiables y de los 48 lanzados solo 12 quedaban operativos
cuando llegó la Perestroika. Años después,
en vez de dejar Glonass relegado al olvido como testigo mudo de la
guerra fría, el gobierno ruso renovó su
constelación hasta los 29 actuales de los cuales 28 están dentro de
su vida programada útil.
Lo mejor es la compatibilidad en la recepción de señales. No
necesitaremos comprar un “GPS” Glonass o Galileo para poder aprovechar las
ventajas de una segunda red de satélites de posicionamiento global,
y de hecho posiblemente el GPS de su teléfono móvil esté actualmente
recibiendo Glonass y Galileo sin que usted lo sepa.
Las señales y
sus modulaciones son tan similares, fruto del buen entendimiento -
en este aspecto- entre las diferentes potencias internacionales, que
los fabricantes lo tienen muy fácil para conseguir sintonizar con
las diferentes constelaciones. Realmente cuando nos posicionemos en
nuestro GPS lo más seguro es que estemos simultáneamente
“escuchando” las señales de diferentes satélites de diferentes
constelaciones.
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