Un
cargador que esté dando carga de forma continuada a
una batería ya totalmente cargada resulta perjudicial pues “cuece” el electrolito.
Para evitarlo existen unos cargadores llamados de pulsos que tienen en cuenta
el nivel de carga de la batería para mantenerla a tope de carga
sin por ello estropearla.
Distintos
laboratorios y empresas ratifican que el sistema de carga por
pulsos es más efectivo para cargar, pero sobre todo, para
mantener las prestaciones de una batería y alargar la vida útil.
Evitan o incluso eliminar parte de la sulfatación de las placas de
plomo o lo que es lo mismo, alargan su vida.
¿Por qué
falla una batería?
Las
baterías están formadas por un conjunto de placas de plomo
sumergidas en un baño de ácido sulfúrico que actúa como líquido
electrolito. Cuando una batería de ácido plomo se descarga
al ser utilizada y
entregar electricidad, se va
formando un compuesto en las placas de plomo conocido como
sulfato de plomo. Es el resultado lógico y natural de la reacción química
por la cual se liberan electrones en forma de corriente
eléctrica aprovechable para encender las luces del barco, mover
el motor de la bomba de achique, etc….
Por el
contrario, cuando se carga la batería, el sulfato de las placas
se descompone "creando" de nuevo plomo metálico sobre la placa e
iones (SO4) que "regresan" al electrolito.
Por tanto
cuando una batería está muy descargada es que tiene mucho
sulfato de plomo sobre las placas.
Si durante tan solo 60 horas, este sulfato
de plomo, que al principio tiene un aspecto esponjoso no se
reconvierte otra vez en plomo, (cargando la batería), se
empezará a endurecer y cristalizar formando cristalitos de
sulfato de plomo y creando por ello
una barrera física para la desulfatación natural durante el
proceso de carga. El resultado es que se ha reducido la superficie útil de
plomo expuesta al electrolito, o lo que es lo mismo, ha
disminuido la capacidad de carga de la batería.
A medida
que la barrera de sulfato de plomo cristaliza y se hace más
gruesa, la batería pierde su habilidad para aceptar carga y por
tanto para entregarla después. Cuando este efecto llega a un
nivel demasiado profundo, decimos que la batería está muerta y
debe ser sustituida.
Los
cargadores de mala calidad entregan un único voltaje de carga
prefijado en 13,8 voltios lo cual es insuficiente para obtener
una carga profunda y total del parque de baterías y también es
demasiado elevada como tensión de mantenimiento de carga. Esto
hace que las baterías sufran y reduzcan su vida.
El voltaje de carga de una batería de ácido plomo debe ser de
14,4 voltios, mientras que las de gel deben ser cargadas a 14,1
voltios. Una vez cargadas, la tensión de flotante para mantener
el nivel de carga debe bajar a los 13,2 voltios.
La carga por
pulsos
Se trata
de enviar corriente a la batería durante periodos muy
cortos de varios milisegundos en vez de estar permanentemente con tensión de carga. La
duración del pulso es la que determina el nivel final de
corriente de carga suministrada. La corriente pulsante actúa
como si de un “latigo” se tratara para las agregaciones
cristalizadas sobre las placas de plomo, eliminando los
depósitos de sulfato duro de las placas, lo cual regenera las
prestaciones de la batería. La utilización de un cargador de
baterías por pulsos consigue mantener la juventud de la batería
y hacerla vivir mucho más tiempo.
Al
conseguir extender la vida útil de la batería se ayuda en la
misma proporción a la ecología, pues la fabricación de baterías así como
su descontaminación es muy cara y perjudicial para la naturaleza.
Muchas baterías viejas se van directamente a la basura sin
llegar a los centros de descontaminación lo cual es nefasto para
el medioambiente.
Cuando no se dispone de un cargador por pulsos,
se puede hacer un par de veces al año un ciclo de carga a una
tensión algo más elevada de hasta 15 voltios. Este procedimiento
de sobre-carga conocido como “ecualización” permite mezclar el
electrolito y reducir un poco el sulfatado de las placas. Como
la tensión de ecualización es más elevada, debe desconectar
todos los circuitos del barco y tener presente que se generará
algo de hidrógeno en el compartimento de las baterías, el cual
es irritante y explosivo. Por estas razones no se considera a la
ecualización como un proceso de mantenimiento “estándar”.
Distintos fabricantes de cargadores pulsantes
utilizan formas de pulsos diferentes. Cada fabricante ofrece
distintos productos con diferentes corrientes de carga,
diferentes tensiones, diferentes formas de pulsos y diferentes
algoritmos de testeo, carga y mantenimiento de capacidad de
carga.
Pulse Tech Xtreme Marine
Se
trata de un cargador de baterías que entrega corriente por
pulsos que controla en todo momento el nivel de carga de
la batería para darla más o menos longitud de pulso es
decir diferente intensidad de carga. Cuando la batería
está a tope de carga, los pulsos son muy cortos y valen
para mantener el nivel al máximo sin hacerla sufrir por un
exceso de tensión.
Xtreme efectúa un test previo del estado de la batería que
podemos conocer al ver el estado de los LEDs en el
cargador. También ofrece información de lo que está
haciendo el cargador en cualquier momento a través de los
procesos de carga que realiza. Gracias a ello este
cargador consigue des-sulfatar las placas de las baterías
en mal estado alargándolas la vida. No es raro que este
cargador considere una batería como completamente muerta
en su testeo inicial y que tras algunas sesiones de carga
con pulsos esta comience a “sobrevivir”.
Xtreme está indicado para baterías de 12 voltios y de
entre 10 y 150 Ah de capacidad. Puede funcionar
indistintamente desde 90 a 250 voltios en alterna como
tensión de alimentación y con una corriente de carga de
2,5 Amperios (5 Amperios efectiva).
|
En la primera imagen vemos una fotografía de microscopio
electrónico en la que se aprecian los cristales de Sulfato
de plomo endurecido. La segunda imagen muestra también sulfato
de plomo esponjoso sin cristalizar y por tanto con la capacidad
reversible de volver a reducirse en plomo sólido en las placas.
Determinar el
nivel de carga
La carga
actual de cualquier batería puede ser medida a partir de la
tensión que entregue o midiendo la densidad del líquido lo cual
resulta muy “inconveniente”. Los voltímetros digitales pueden
hacer perfectamente este trabajo pues miden con mucha exactitud
la tensión real de la batería hasta con una precisión de una
centésima de voltio. Pero para conocer el estado de capacidad de
la batería a través de su tensión , esta debe ser
medida cuando no esté conectado el cargador y no haya equipos
chupando amperios de ella. Cuando la tensión de la batería está
por debajo de los 11,9 voltios podemos considerar que
está prácticamente descargada.
100% 12,70 voltios
90%
12,58 voltios
80%
12,46 voltios
70%
12,36 voltios
60%
12,28 voltios
50%
12,20 voltios
40% 12,12
voltios
30% 12,04
voltios
20% 11,98
voltios
10% 11,94
voltios
0% 11,90
voltios
Cualquier
batería debe permanecer por encima del nivel de carga del 50%
para no correr riesgos de cristalización del sulfato en sus
placas. Si en algún momento hubiera que añadir algo de
electrolito, debemos simplemente añadir agua destilada y nunca
más ácido sulfúrico. Para corregir el nivel de agua de la
batería lo mejor es hacerlo cuando la batería esté totalmente
cargada.
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