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VAya por delante que se puede lograr, como a continuación
descubrimos...
Al igual que ya explicamos en otro
artículo anterior, dedicado al sistema de control electrónico de otro
inodoro, en ese caso se trataba de un Tecma, cuyo repuesto
también costaba del orden de 300€ y cuya reparación al final la
pudimos resolver por dos euros y medio, en el caso que nos ocupa
ocurre algo similar. Lo resolvimos por un euro y sin demasiado
esfuerzo, como ahora explicaremos…
Cómo funciona un inodoro
eléctrico
Los inodoros eléctricos utilizan dos
bombas. Una para llenar de agua la taza, que puede provenir del agua
de mar o del depósito de agua dulce. La segunda bomba conocida como
maceradora, tiene la función de vaciar el inodoro, triturando los
excrementos y lanzándolos con fuerza por el tubo de evacuación hacia
el depósito de aguas negras o directamente al exterior.
Esta es la bomba de
agua de llenado de la taza. En todos los inodoros es muy parecida y
puede alimentar agua dulce o agua salada.
Las de agua salada
deben ser más resistentes a la corrosión pues el agua de mar es
mucho peor para sus elementos interiores. La ventaja del agua de mar
es que no consumen agua dulce del depósito, pero a cambio debemos
tener claro el circuito por si llegara a fallar en nuestra ausencia,
no encontrarnos con una vía de agua muy peligrosa.
Ambas bombas pueden ser activadas
mediante un par de pulsadores, o de forma más sofisticada, mediante
un circuito electrónico que automatiza los tiempos de llenado y
vaciado, como ya hemos descrito en otro artículo. La placa de
control es muchas veces la causante de la avería y ya explicamos
como solucionarlo con poco esfuerzo y muy poco dinero.
La bomba de llenado de agua es más
sencilla, y si se estropea, el repuesto es económico pues nos pueden
valer muchas bombas de tipo estándar. Por 50 ó 80 euros podemos
conseguir la solución y posiblemente no merezca la pena intentar su reparación. Algunos inodoros (vetus por ejemplo), llevan además una
electroválvula de seguridad que abre el circuito de alimentación de agua, de modo
que el relay de llenado activa al mismo tiempo esta electroválvula y
la bomba de agua de llenado. Estas electroválvulas no suelen fallar,
pero si el problema está en el llenado de agua, estará bien
comprobar además de la bomba de llenado, el correcto funcionamiento
de esta válvula.
La bomba maceradora
Es harina de otro costal… Cada
fabricante de inodoros lleva una diferente y aunque podríamos
intentar montar una estándar, lo suyo es poner el original, pues la
geometría de cada inodoro es diferente.
De modo que como el problema es casi
siempre de la maceradora y el recambio cuesta más de 300 euros, decidimos
desmontarla e intentar la reparación de su motor, causante de la
avería.
Los alabes de este
disco de acero inoxidable actúan a modo de trituradora, y
además producen la impulsión hacia el exterior. Un problema típico
proviene de la perdida de agua por el reten central que conduce agua
salada al eje del motor y por tanto con alta probabilidad al
interior de este, generando una avería segura.
La maceradora está formado por un
motor que hace girar la bomba, formada por una turbina con un montón
de álabes afilados de acero inoxidable. De esta forma al girar,
además de generar impulsión y presión a la salida de la bomba, el
disco actúa como una trituradora, siempre y cuando lo que se vaya a
triturar sea relativamente “blando”. Al ver el interior de la
bomba, se comprende como diferentes objetos como "tampax",
preservativos, compresas, o incluso una contundente bola de papel
higiénico no podrían ser triturados por este dispositivo, generando
sin duda un atasco a reparar o cambiar la bomba objeto del
presente artículo.
La bomba está movida por un motor,
causante de la avería. Tras brujulear un poco en Internet, resulta
que este motor no es tan "propietario" del fabricante y por tanto podría ser
viable adaptar un nuevo motor de tipo estándar y de medidas muy
parecidas, por menos de 40 euros (aliexpress es el camino.
Concretamente este motor es MUY parecido al que utilizan los
patinetes y bicicletas eléctricas procedentes de China). Pero antes de intentar esta
adaptación, merece la pena ver qué pasa con el motor, pues es muchos
casos son reparables si demasiado esfuerzo.
Reparar el motor eléctrico
Separar el motor de la bomba es tarea
trivial, pero abrir el motor puede dar un poco “la lata” pues a
veces las cabezas de los tornillos, demasiado oxidados, no quieren
salir a la primera. Tuvimos que esmerarnos y utilizar una "dremel"
para hacer una muesca en la cabeza y hacerlos girar con un
destornillador plano de mayor tamaño. Un desafío sencillo si lo
comparamos con lo que nos esperaba dentro del motor…
La bomba ha ido dejando pasar
agua salada que ha ingresado al interior del motor por el eje
durante los años de uso. Al desmontar el motor casi tiramos la
toalla, pues el destrozo y la oxidación son contundentes. Pero a
pesar de ello y a modo de reto personal, decidimos ver si es posible reparar
un motor en este estado, sin perder la vida en el intento... Vaya por
delante que efectivamente es posible y el trabajo
me llevó dos o tres horas si sumamos los diferentes tiempos empleados.
Suavemente golpeamos las piezas del
motor para separar toda la sal cristalizada en el rotor algo oxidado
y en el colector y zona de escobillas totalmente estropeadas. El
cojinete no ha sufrido, pues es de acero inoxidable. Y a pesar del
estado que se puede apreciar en la fotografía, con un poco de
vibraciones, y papel de lija del 180 y 220 para lijar el colector y
un poco de paciencia, conseguimos dejarlos con un aspecto bastante
aparente. También pasamos un poco de lija sobre la superficie
exterior del rotor oxidado y reconstruimos con epoxi uno de los
imanes permanentes que se había partido con los "golpecitos"
necesarios para deshacernos de las cristalizaciones.
El ANTES y el
DESPUÉS. Parece mentira pero entre estas dos imágenes solo
distan un par de horas de trabajo. Vemos a la izquierda como el
doble par de escobillas está invadido por cristalizaciones de
sal procedentes de la evaporación de un aporte de agua salada
durante varios años de uso. Cepillo, vibraciones, golpecitos y
un poco de dedicación nos conducen a la siguiente imagen, en
donde los carbones están listos para seguir trabajando.
Las escobillas y porta-escobillas
pueden ser recuperados también con lija y algo de "cariño", pero
los muelles que empujan estos carbones han desaparecido por el
oxido, y por ello utilizamos unos muelles de tamaños parecidos. El
único truco digno de estacar es el montaje de las escobillas ya
reparadas en el colector, para lo cual utilizamos un hilo de costura
de poliamida, de tal forma que el hilo comprima las escobillas
dentro del porta-escobillas, mientras montamos el colector, tras lo
cual retiramos los hilos para que las escobillas puedan rozar de
nuevo el colector. Una lijada final al exterior y todo queda montado
de nuevo en su lugar, tras unas pocas horas de trabajo. Para nuestra
agradable sorpresa el motor funciona de forma perfecta. Coste de la
reparación… 4 muelles que teníamos en una cajita de repuestos de
muelles extraídos de todo tipo de artilugios antiguos.
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