Parte
eléctrica; Sustituir la resistencia
Si al conectar
el termo del barco salta el automático del pantalán, sin duda hay
una fuga de corriente en la resistencia del termo o en el termostato
del mismo. También puede ocurrir que al conectar el termo, no salte
el automático, pero el agua no se caliente. En este caso la
resistencia está rota, o el cable que alimenta el terno está
estropeado. En alguna ocasión el fallo de derivación de corriente
puede provenir del mismo cable eléctrico que alimenta el termo, de
modo que tendremos que hacer alguna prueba con otro cable para ver
si esta derivación viene de la alimentación de corriente. Pero muy
probablemente la causa esté en la misma resistencia.
Para comprobar
si tiene una derivación debemos hacernos con un polímetro y medir la
resistencia eléctrica entre un terminal de la resistencia y su base
metálica. La escala debe estar en megaohmios, y su valor resistivo
debe ser muy alto o casi infinito. Si midiera un valor de varios kilohmnios,
no hay duda, la resistencia tiene una derivación y debe ser
sustituida. También la cambiaremos si estuviera fundida y no calentara el agua del
termo.
Cuando al encender el
circuito de 220 voltios del barco salta el diferencial en la
torreta, lo más probable es que exista una derivación en algún
equipo del barco, y de todos ellos, el primer sospechoso es el
calentador de agua del termo.
Si hay que
cambiar la resistencia aconsejamos buscar la marca del fabricante de
la resistencia, cuya rosca de importante diámetro suele conducirnos
al primer problema. Con una llave de fontanería de gran brazo de
palanca conseguiremos desenroscarla, habiendo previamente extraído
el termostato de varilla que simplemente queda sujeto por
presión contra los terminales eléctricos tipo faston. Basta con tirar hacia
fuera para retirar el termostáto.
Esta resistencia de marca Italana Thermowatt es todo un clásico en
los termos en los barcos. Si la resistencia está rota o con una
derivación, bastará desenroscarla y poner otra nueva (Izquierda). El
termostato de varilla (centro) entra por el tubo hueco de la
resistencia y queda enganchado por simple presión con los terminales faston (como los utilizados en los coches). El conjunto montado
(derecha) desde ser desensamblado para poder desenroscar la
resistencia.
Como nos sobra
un poco de tiempo, y queremos trabajar un poco “finos”, se nos ocurre la idea de fabricar un extractor que nos
facilite el trabajo de sustitución de la resistencia calentadora.
Para ello utilizamos una pletina de acero de 6 milímetros y soldador, pero
insistimos que con la llave de fontanero, el problema también pudo
ser resuelto sin entrar en follones de soldadura.
El extractor
consiste en una “especie” de llave de tubo de potente diámetro que
se adapta perfectamente a la gran llave inglesa del taller. Con
pletina de 6mm, una tuerca grande y un soldador, no tardaremos
más de un par de horas en fabricarnos esta herramienta a coste
despreciable.
No dude en
buscar la resistencia en un almacén de repuestos de calefacción.
Basta con indagar un poco de Google para conseguir un proveedor que
nos la venda sin tener que recurrir a la tienda de efectos navales.
En nuestro caso una resistencia “Thermowatt” de 700 watios de
fabricación italiana que en la tienda de náutica costaba casi 100€ y
que conseguimos por 20€…. Rigurosamente la misma, claro está.
Los cables eléctricos van fijados al termostato. Para acceder a él
basta con sacar los 3 tornillos que sujetan la carcasa de plástico
protectora. Si saltara el diferencial en la torreta del puerto, podemos sacar el
termostato tirando de él. Pruebe de nuevo para ver si se ha arreglado el
asunto, en cuyo caso el problema está en la resistencia. En la foto derecha vemos
la toma de "tierra".
La rueda amarilla
permite ajustar la temperatura a la que se calentará el agua del
termo, entre 40ºC y 80ºC. Lo suyo es dejarla en 65 o 70 grados
centígrados.
¿Cómo funciona un termo en el
barco?
Un termo no es más que un depósito
hueco en
acero inoxidable que contiene agua con una entrada en su parte
inferior y una salida de agua caliente en su parte superior. En
medio está alojada una resistencia eléctrica que calienta este agua
que al pasar a tener una densidad ligeramente menor a la del agua
fría, tenderá a subir en vez de mezclarse con el agua fría que entra
por la parte baja del depósito.
En la entrada de agua fría (abajo) se observa una válvula llamada de
sobrepresión. Por seguridad si en el circuito de agua se produce una
presión superior a los 3 o 4 bares,
aliviará agua por su salida lateral que irá a parar a la sentina.
Aunque podría estar montada también en la salida, lo más lógico es
ponerla en la entrada ya que en caso de escapar una gotas por sobrepresión lo que saldrá es frió en vez de caliente.
Los termos utilizados en los barcos
tienen además de la resistencia eléctrica un tubo de dos o tres
espiras por el que circula el líquido anticongelante del circuito de
refrigeración del motor. Así el líquido anticongelante utilizado
como refrigerante que sale del motor muy caliente pasa por este
circuito cediendo el calor al agua del termo, antes de
regresar al circuito refrigerante del motor. Es decir el termo
actuará como un intercambiador de calor que enfría el refrigerante
del motor al calentar el agua del termo.
En la entrada de agua fría está
instalada una válvula de seguridad que no es otra cosa, que una
llave que saltará para aliviar un poco de agua en caso de que el
depósito o el circuito adquiera demasiada presión, como consecuencia de
la expansión del agua al ser esta calentada. Normalmente esta
válvula de sobrepresión nunca debería saltar pues para eso el
circuito tienen un calderín de presión en la bomba que presuriza el
circuito, y que absorberá el aumento de volumen del agua al ser esta
calentada. En cualquier caso no está de mas tenerla montada y en la
fontanería una nueva solo cuesta 4 o 5 euros.
En la salida del agua caliente es
posible encontrar una válvula mezcladora de tres vía que tiene una
rueda para ajustar la temperatura a la que esta se pone a mezclar.
Esta válvula mezclará en su salida el agua caliente que sale del
termo con agua fría, para asegurar así que el agua no
sale escaldando. En la práctica, y aunque es
necesaria por reglamentación en el código técnico de instalaciones
sanitarias, no es muy necesaria. De hecho en el barco esta válvula
llevaba sin funcionar años sin que nos hubiéramos enterado de ello.
Cuando uno abre el agua caliente pues la prueba y si sale demasiado
caliente en el baño abriremos un poco la fría... de toda la vida....
Aunque es muy
sencillo, en el esquema hemos preferido simplificar un poco el croquis, quitando el segundo tanque de
agua de proa y las válvulas que los unen y permiten su comunicación.
En
alguna zona del barco el buen criterio exige agrupar la mayor parte
de los elementos de la distribución del agua. En este ejemplo se
trata de un velero de 40'' de Beneteau y el "lío" está ordenadamente
organizado bajo el sofá principal del salón.
La plancha de
madera contrachapada atornillada al contramolde del casco sirve para
fijar los diferentes elementos que forman parte de la distribución
de agua. En (1) se encuentra un filtro "Jabsco" para el agua de la
sentina que al ser aspirada por la bomba de membranas (2) sale con
fuerza por el tubo blanco hacia el exterior del barco.
En (8) vemos dos tubos negros con sus
dos llaves de corte que traen agua de los dos depósitos de agua
dulce situados en popa y proa del barco. Una vez pasadas las llaves que
permiten aislar de forma independiente dichos depósitos, vemos cómo
a la izquierda de este distribuidor de bronce, sale un tubo de color
azul hacia el filtro de entrada de agua dulce (6).
Una vez filtrada el agua en (6), esta
es presurizada por la bomba Jabsco (4), y para que el circuito no
esté todo el tiempo intermitentemente en marcha el circuito toma la
presión de un calderín (3) en cuya parte
superior vemos perfectamente una válvula de aire como la de las
bicicletas con la que poder inyectar presión si fuera necesario. En
9 años nunca lo hemos tenido que hacer.
La salida del agua presurizada por el
grupo de presión, sale por el tubo azul de
la derecha de la imagen y alimenta un distribuidor en bronce (5) del
que sale un tubo negro que llega a (10) en donde se atornilla un
racord flexible que alimenta la entrada de agua fría del termo. La
siguiente salida en (5) tiene una llave de paso y manda agua a
presión hacia la ducha de bañera. La tercera salida a la derecha es
la que distribuye el agua fría a los baños y la cocina del barco. En
(9) vemos la salida de agua caliente del termo que es distribuida
también a la cocina y los baños.
Reparar una fuga en el termo
Una vez
reparada la parte eléctrica nos enfrentamos al reto de localizar la
fuga del tanque. Aunque lo cierto es que antes de reparar la
electricidad, intentamos localizar la fuga pues sabíamos que si esta
reparación fallaba tendríamos que comprar todo un termo nuevo. Es de
rigor aclarar que el termo falló tras 9 años de vida, lo cuál no es
poco tiempo.
Pregunte donde
quiera y le asegurarán que si existe fuga de agua, NO es posible su
reparación pues no está pensado para ser desmontado (¿obsolescencia
programada?). Y aunque es
verdad, lo único cierto es que SI que se puede reparar con un poco
de esfuerzo... como descubrirá a continuación.
En este Bénéteau
Oceanis, el termo se esconde debajo del banco del salón. Basta
con sacar 6 tornillos para acceder a él completamente. De primeras dadas
parece un poco lioso, pero es realmente sencillo. Lo único
complicado es sacar los tubos de recirculación del líquido
refrigerante del motor, que con el tiempo están bastante duros, y
nos obliga a apalancar con alguna llave. Detrás de la tapa central
de color gris (imagen derecha) que se puede retirar al quitar 3 tornillos, se esconde
la resistencia eléctrica. Para su sustitución no es necesario
desmontar nada.
Tenemos que sacar
el termo del barco y llevarlo al taller. Para ello hay que quiitar 4
tornillos que lo fijan al plan, desenchufarlo, sacar los dos racores
de entrada y salida del agua y que unimos entre sí para seguir
teniendo agua (aunque no caliente) en el barco mientras hacemos el
arreglo, y sacar los dos tubos del circuito de refrigeración del
motos con que se calienta el termo al tener el motor en marcha.
Estos dos tubos llevan anticongelante y debemos tener a mano un par
de pequeños espiches para taponarlos y no perder más que un pelín de
líquido anticongelante que luego habremos de reponer en el motor.
A los espiches de madera podemos darles un par de vueltas con cinta
aislante antes de introducirlos, para que taponen bien sellando los tubos al hacer presión con
las abrazaderas.
Con el termo
en el taller, el primer
asunto consiste en desenroscar todas las tomas y acoples y valvulería asociada. Encontramos que la válvula mezcladora está
totalmente bloqueada debido a la cal acumulada de casi un decenio.
Es una pieza cara que puede costar en una tienda de fontanería unos
40 o 50 euros, de modo que intentamos repararla con un baño de salfumán
(ácido clorhídrico) cuya botella cuesta 70 céntimos en la droguería.
Logramos un resultado magnífico y en solo 10 minutos la válvula está
aclarada y funcionando estupendamente. Los racores y la válvula de
sobrepresión están igualmente hechos una “pena” y decidimos
reemplazar por piezas nuevas pues un racord nuevo vale 1,5 € y la
válvula de seguridad de sobre presión no llega a los 5€.
Conviene
comentar que las pieza a desenroscar están bien bloqueadas debido al
juicioso empleo por parte del fabricante de un sellador para roscas
adhesivo que actúa como sustituto del teflón de fontanería y es muy
barato y también conocido como “teflón liquido”. Será el que
empleemos posteriormente en el montaje final, una vez finalizada la
reparación del termo.
Decimos que el
termo está pensado para “morir” en caso de fuga o goteo, porque el
envoltorio en chapa inox que cubre el aislante de poliuretano
expandido está soldado por puntos, como las chapas de la carrocería
de los coches.
Poca gente
decidiría intentar la reparación, pero en solo media hora hemos
perforado con una broca de acero rápido la decena de punto de
soldadura que ceden tras la perforación. Apalancando ligeramente con
un formón conseguimos desprender el envoltorio del tanque y dejar al
descubierto el aislante amarillo de poliuretano. Vamos por buen
camino.
Al retirar el
recubrimiento de inox descubrimos un tanque cilíndrico de inox
soldado a una pletina que hace las veces de soporte. El conjunto
está envuelto en espuma de poliuretano aislante térmico con forma
rectangular. Hemos retirado
un poco la espuma
alrededor de la zona donde
gotea, cortando
con un "cutter". Al meter aire a presión mientras lo sumergimos en una piscina, se
descubre la fuga en la soldadura de unión de fábrica.
Ya con el
tanque libre de “condimentos”, decidimos dejarlo impoluto en su
interior en el que se descubren incrustaciones y depósitos de cal,
frutos del agua “dura” de algunas de las marinas mediterráneas que
ofrecen una calidad de agua que deja bastante que desear.
La
solución de limpieza, consiste en taponar las entradas del tanque
con dos tapones de bronce de media pulgada y sus juntas de goma, e
introducir medio litro de salfuman por la abertura de la resistencia
que roscamos inmediatamente para su sellado. Desprovisto de chapas y
válvulas, el tanque pesa poco y podemos menearlo como una coctelera
convertida en improvisado tanque de reacciones.
Así pues, tras
5 ó 10 minutos de danzas y conjuros gimnásticos, desenroscamos poco a poco uno
de los tapones pensando en que quizás haya aumentado algo la presión
interior… ¡Y caray que si ha crecido…! Empieza salir hidrógeno con
mucha presión, fruto
de la reacción del cloro del ácido con los depósitos de cal, que han
formado sin lugar a dudas cloruro cálcico e hidrógeno en gran
abundancia. Mejor no hacer la prueba de cerilla pues el
escape de gas es largo prolongado. Pero tras el aclarado, el tanque
de inox ha quedado limpio como una patena.
Buscar el poro de
fuga
Este es el
desafío más “divertido” y para la que nos hemos enfrascado en este
ejercicio de ingenio. Tras evaluar diferentes posibilidades y hacer
algunas pruebas, compramos tapones de media pulgada con sus juntas
de goma que nos han costado 2 euros, y llenamos el tanque de 40
litros de agua que presurizamos con la manguera de riego del jardín.
Nos vamos a cenar y a la vuelta notamos que en una de las esquinas
del tanque se ha formado un charquito de agua indicando de forma
aproximada la zona de pérdida probablemente en una de las soldaduras
del propio tanque.
Hay que
identificar el punto de fuga exacto. De modo que con un “cutter”
cortamos y pelamos el aislante de poliuretado en una zona de 10 por 10
centímetros y volvemos a presurizar el tanque. Pero no hay manera de
descubrir el poro y solo notamos de forma imprecisa, que en el zona
hay un lento y finísimo derramamiento constante de agua.
Sin
desanimarnos más de la cuenta, optamos por cambiar totalmente de
estrategia. Vaciamos el agua, taponamos, inventamos un acoplamiento
para llevar aire desde un compresor de pintura al interior del
tanque. Cargamos agua jabonosa en un pulverizador y le damos al
compresor mientras vamos pulverizando el liquido jabonoso con la
intención de detectar la formación de una burbuja que nos indique el
punto de fuga…. 2 bares, 3, 4, 5 bares y un poco de miedo a un
posible reventón. 6, 7, 8 bares y no hay manera de localizar el poro
del demonio.
Como
acostumbro a no ceder ante la adversidad, pienso que la idea es casi
buena pero no perfecta. De modo que traslado todo el invento a la
piscina del jardín. Me pongo el bañador y arrancamos de nuevo el
invento pero esta vez con el tanque dentro del agua. ¡Y esta vez
bingo! En cuanto pasamos de los 3 bares, detectamos en un punto bien
definido la formación de una fina columna de
burbujitas que suben a la superficie, mientras me empeño en hacer
fuerza con todo el cuerpo para mantener la improvisada “boya” debajo
del agua.
Le toca el
turno al soldador y tras algunas pruebas con el TIG, lo mejor es un
cordoncido con soldadura MIG. Si no puede realizar en su casa la
soldadura por no disponer de soldador en atmósfera inerte, poco le
costará realizarla en un taller especializado de soldadura. Una vez
reparado, lo
probamos de nuevo en la piscina para asegurar que el poro ha sido
eliminado.
Foto izquierda: El termo ya reparado y
montado de nuevo en el barco. En la imagen de la izquierda, vemos
como la salida de líquido del circuito de refrigeración del motor
lleva una "T" con una pequeña salida libre que queda suelta
y sirve para drenar el circuito de
refrigeración por el que circula anticongelante del motor y conviene
dejar "bloqueada" con un alambre para que no se despiste nadie,
pues vaciaría la refrigeración del intercambiador del motor. Una vez
montado todo en su sitio, debemos abrirla un poco para sacar el aire
del circuito y que entre anticongelante desde el motor. Debemos
luego recargar un poco el circuito y bloquearla con un alambre de
seguridad.
Foto derecha: Vemos la válvula mezcladora que hemos podido recuperar en un
baño en salfuman que eliminó totalmente la cal, ahorrándonos 50 euros.
Ya solo falta
volver a cubrir el termo con su chapa protectora de inox, en la cual
las soldaduras de chapa han sido sustituidas por remaches normales.
Mientras cerramos el conjunto con la remachadora, inyectamos espuma de poliuretano
para restaurar el aislamiento térmico del tanque. El éxito de la
operación es completo y tras el montaje en el barco todo funciona
como si fuera nuevo a estrenar.
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