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Inspección 3:
Revisar las válvulas de fondo
Hay que aprovechar que el barco esté
fuera del agua. Debemos mover todas las llaves de fondo y si están
muy duras, aplicarlas un poco de vaselina o aceite (o mejor aún un
poco de aceite y luego grasa o vaselina). Para evitar el bloqueo,
hay que moverlas de vez en cuando, lo cual no ocurre con muchas de
ellas en demasiados barcos. Sólo si la válvula está gripada y es
imposible hacerla girar, debemos pensar en sustituirla y este el
momento perfecto.
Inspección 4:
Tubos y latiguillos
Los tubos que salen de las válvulas de
fondo pueden ir a desagües del baño, salidas del fregadero de la
cocina, o los tubos de entrada y salida del circuito de
refrigeración del motor, o de otros sistemas de refrigeración, en
caso de llevar instalados un generador, aire acondicionado o
desaladora (entre otros sistemas). En cualquier caso, se trata de
inspeccionar el aspecto de todos los tubos del barco y en especial,
aquellos que tienen conexión con válvulas o pasa-cascos.
También debemos inspeccionar los tubos
que llevan el líquido anticongelante de refrigeración que pueden
fallar más rápidamente que los que llevan solo agua. Al moverlos
ligeramente observaremos si el material está próximo al fin de su
vida útil. En esta parte de la inspección no está de más prestar
atención a las bridas que aprietan y aseguran la estanqueidad. A
veces ceden y se estropean, y si fallan, pueden conducir a una vía de agua. Conviene observarlas.
Inspección 5: Un
vistazo al prensaestopas
Si este dejara pasar un poco de agua, y
cuando digo un poco quiero decir que solo entre agua con el eje del
motor girando y en una cantidad mínima de un pequeño vaso de agua
cada jornada de de navegación, la cosa es normal. Debemos fijarnos
en que las dos llaves que permiten el flujo de agua de la
refrigeración del prensaestopas están abiertas a tope, y que nadie
las haya cerrado durante la invernada.
Inspección 6:
Los soportes del motor
Una inspección sobre los silent blocks
nos delatará si se encuentran demasiado oxidados, con los pernos
corroídos o la goma deteriorada y fracturada. Si hubiera que
cambiarlos, hagámoslo de dos en dos para no perder el alineamiento
del motor.
En la mayoría de los astilleros con tal de ahorrar en
costes meten acero normal, y a veces sin tan siquiera zincar o
bicromatado, cuando lo suyo hubiera sido meter acero Inox en calidad
316. Pero ahora que le toca a usted reparar o poner a punto, en su
barco no lo dude… Siempre que pueda todo debe ser sustituido por
acero inox 316, pues este durará casi para siempre, mientras que el
resto acabará hecho un asco por mucha capa de bicromato que lleve.
La sal siempre gana…
Inspección 7:
Revisar las baterías
Si no son de tipo sellado, ha llegado
el momento de revisar el nivel del electrolito y rellenar un poco
con agua destilada si fuera necesario.
Para comprobar cómo están de bien o de
mal, debemos tener un medidor de tensión y mirar cómo cae al
enchufar luces y aparatos dentro del barco. Si no ha podido cargar
las baterías en invierno, lo suyo es enchufar un cargador durante
una noche para llevar la carga al máximo. Pero la cosa no acaba ahí.
Debemos ahora medir la tensión o mirar el nivel de carga, si el
barco lo lleva, y ponernos a consumir amperios durante un ratito. Si
la tensión desciende de forma inadecuadamente rápida, a pesar de
comenzar con ellas a plena tensión (carga), estas estarán esperando
ser jubiladas, pues la sulfatación las ha degradado de forma
irreversible.
Inspección 8:
Revisar las correas
Se trata de
echar un vistazo en sólo 15 segundos a su aspecto y a la tensión que
tienen. Si la goma está resquebrajada debemos pensar en cambiarlas,
pues probablemente hayamos perdido la cuenta del número de años que
llevan trabajando sin ser sustituidas. Pero lo que es más normal es
que estén un poco flojas, en cuyo caso debemos recuperar la
tensión para que arrastre bien el giro de la bomba y del generador.
Con un par de
llaves fijas o de corona resolveremos el problema en un cuarto de
hora. En algunos motores como los Yanmar hay que retirar previamente
una tapa de plástico que protege el conjunto, pero que se desmonta
en un santiamen.
Inspección 9:
Revisar la rueda de paleta o “Impeler”
En el interior
de la bomba de refrigeración del motor trabaja una rueda de paletas
de goma también llamada “impeler” que necesita al menos una
inspección. Si las paletas tienen el menor signo de fatiga en la
goma debemos cambiarla lo cual se hace con bastante facilidad.
Inspección 10:
Niveles de aceite
Obvio, aunque
hay muchos que ni siquiera se molesten en mirarlo. Lo cierto es que
los motores marinos son muy duros y agradecidos. He visto motores
con el nivel de aceite muy por debajo del mínimo y trabajando sin
rechistar con un aceite tan quemado y negro como el hollín. En
definitiva una salvajada que sólo puede reducir en gran medida la
vida del motor y que es tan fácil de solucionar con una medición de
la varilla y un cambio de aceite en caso de salir muy sucio. Si este
es el caso, no dude en sustituir de paso el filtro del aceite.
Inspección 11:
Revisar el sistema de ignición
¡Sólo
para los motores de gasolina claro! Pero suele ser un lugar común en
los problemas de arranque. Revise que los cables que salen de las
bobinas hacia las bujías están limpios y bien apretados en ellas
para asegurar un perfecto contacto. Si estuvieran sucios límpielos
con un disolvente de pinturas pues la suciedad solo puede conducir a
la derivación de la corriente que produce la chispa. Si presentaran
mal aspecto, no lo dude… cámbielos y de paso las bujías.
Y para los armadores de motoras de
gasolina... Por Dios, y especialmente tras no haber ido al barco por
un largo tiempo. Hay que VENTILAR el compartimiento del motor antes
de intentar arrancar. Si, ya se que lo sabemos, pero el año pasado a
un Socio de Fondear le explotó la motora en Baleares por no haber
ventilado y los tripulantes de salvaron de milagro de una mala
muerte!
Inspección 12:
Revisar el separador de agua en el combustible
Solo los motores un poco potentes lo
llevan. Olvídese de ello en los fuera-bordas o pequeños diesel de
menos de 50 caballos de potencia. Pero si su barco lleva uno
instalado es porque le viene bien y debemos inspeccionarlo.
Miremos si se ha acumulado agua en el
separador que deba ser eliminada, y de paso observaremos el color
que presenta el combustible. Son algunos cuantos los casos que
conozco, en los que durante el invierno y con la condensación de
agua en el depósito de gasoil, los hongos negros han crecido y
dejado el gasoil listo para atascar los inyectores. El separador y
filtro es una barrera perfecta que nos permitirá observar si el
combustible tiene buena pinta con su dorado tono ambarino. Le
aseguro que cuando hay problemas con el combustible el aspecto de
este no deja lugar a dudas. En este caso debemos sustituirlo,
limpiar el tanque y cambiar los filtros de combustible, y en el peor
de los casos limpiar el sistema de inyección del motor.
Inspección 13:
Jarcia y velas
Hasta este punto todo lo dicho para
todos los barcos. Pero si su barco es un velero, no debemos dejar de
inspeccionar la jarcia, aunque sea solo por encima, pues una
inspección ocular será capaz de detectar al menos una parte de los
posibles problemas que pudieran producirse durante la navegación
estival.
Recuerde que los cables de acero en la inmensa mayoría de
los casos "cascan" en sus terminales con los tensores o enganches al
palo. Y antes de hacerlo suelen mostrar marcas de oxidación en el
interior del terminal cuando no algún hilo de acero deshilachado,
siendo esto signo inequívoco de la necesaria sustitución, aunque no
suficiente, pues hay cables que presentando buen aspecto pueden
llegar a fallar. Lo suyo es hacerse con un cepillo suave de hilos de
acero con el que frotar la unión de los terminales y ser bien
exigentes ante la presencia de manchas de oxidación.
La jarcia de labor, o sea, cabos,
drizar y escotas, puede dar un buen susto en caso de rotura. La
clave es la edad del cabo. Si llevan más de 10 años sin ser
cambiados, debemos prestar especial atención, pues cuando una driza
falla, esta no avisa y parte sin más, lo cual es bastante
desagradable al hacerlo siempre en el momento de más tensión y por
tanto en condiciones de viento fuerte y por tanto mala mar.
Peor aun si lo hace un cabo de
enrollador de Génova, en el momento de la maniobra de recogida, pues
si esta falla es muy probable que nos metamos en un lío. Si lo que
se rompe es una escota de vela de proa, esta lo hará cuando cargue la
racha o cuando la tensión sea importante, lo cual implica que
estaremos navegando con fuerte viento, y sin lugar a dudas el
violento gualdrapeo podrá llegar a ser peligroso, al intentar
agarrar el puño de escota para solventar tal marrón y molesta
situación.
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