Evitar
la podredumbre en la madera.
La
madera en la fabricación de cascos y palos es un material con
grandes virtudes, pero que obliga a un mantenimiento muy
riguroso. En caso
contrario podremos encontrarnos con podredumbre y problemas
estructurales muy serios.
Lo
importante es descubrir la causa del problema ya que ninguna
reparación será efectiva si el problema puede volver a surgir.
Se debe eliminar toda la madera podrida para que deje de afectar
a la madera sana. Una madera podrida es reconocida por su
decoloración o las ondulaciones que aparecen bajo las
superficies pintadas. También se detecta por el oscurecimiento
de la madera o la saturación de humedad. Al utilizar un punzón,
la madera podrida se disgrega con poco esfuerzo. Si los tablones
de una cubierta de madera están flojos o sueltos, puede ser un
indicativo de podredumbre o clavos en mal estado por los que
puede esta comenzar. También debe estar atento a zonas de la
madera que secan con más dificultad.
Cómo
evitarla
Detecte
las filtraciones y séllelas convenientemente. Lije todas las
zonas de madera estropeada antes de proceder al barnizado o el
pintado.
Si
la zona afectada fuera muy amplia es conveniente eliminar toda
la pintura vieja mediante decapantes químicos y rascando una
vez que esta esté reblandecida. El decapante debe ser eliminado
posteriormente mediante distintos lavados sobre la superficie.
La primera capa de la nueva pintura debe ser una
imprimación especial para maderas. Si pinta al aire libre no
elija días de viento o con demasiada humedad en el ambiente.
La madera
contrachapada
Se
trata de finas láminas de maderas pegadas entre sí mediante
colas muy resistentes. Es un excelente material que bien cuidado
puede ser eterno. Pero debe tener cuidados con problemas como
los hongos ya que se propagan con facilidad sin que sea sencillo
su detección.
Barnizar
la madera
Cada
cierto tiempo es conveniente dejar la madera con el brillo
inicial que tenía al salir del astillero.
Utilice decapantes para eliminar los barnices antiguos y
utilice una rasqueta para eliminarlos una vez reblandecidas las
antiguas capas. La primera capa de barniz debe darse muy diluida
en disolvente para que pueda penetrar en la madera y protegerla
mejor. Entre capa y capa, una vez seca, debe pasar una lija muy
fina para que se adhiera mejor la siguiente.
Al
barnizar una madera después de eliminar todo resto de antiguos
barnices, hasta llegar a la madera natural, debe dar unas 5 o 6 manos superpuestas.
El
barniz tiene menor cuerpo que las pinturas. Por esta razón debe
tener más cuidado con las motas de polvo, y evitar las burbujas
de aire que se forman en la brocha al cabo de un rato, apretándola
contra otra lata que no utilice. Preste atención a la
superficie a barnizar y a la brocha utilizada, que deben estar
perfectamente limpias.
A
veces el barniz tiene una ligera capa incluso en latas nuevas,
que al mezclarse y aplicarse darán un resultado parecido al que
dejan las motas de polvo. Lo mejor para ello es filtrar el
barniz con una doble capa de media de nylon de mujer.
Si
trabaja en un día frió de invierno, termine a la hora de comer
con los trabajos para dar tiempo a que comience a secar el
barniz antes de que bajen las temperaturas y produzcan
condensaciones sobre el barniz fresco. Al empañarse se quitaría
el brillo al acabado, obligando a un ligero lijado y aplicación
de otra capa nueva.
Para
barnizar dentro de la cabina el poliuretano es un tipo muy
apropiado. Si no desea un brillo excesivo puede frotar una vez
seco con un poco de lana de acero o utilizar un barniz de
acabado mate.
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