Por
ello sugerimos en este artículo diferentes soluciones que van desde
las mosquiteras integradas en el marco de las escotillas o de los portillos
y que pueden adquirirse directamente a los fabricantes de acastillaje, hasta fabricar nuestras propias mosquiteras adaptadas a
nuestro barco, para lo cual también existen diferentes caminos y
aproximaciones al problema.
Debemos recordar que si estamos en puerto y tenemos 220
voltios, la posibilidad de enchufar ahuyentadores de moquitos con
depósito de perfume, como los que se adquirieren en los centros
comerciales, es una solución eficaz, cómoda y más saludable a la
de embadurnarse con lociones repelentes que dejan un desagradable
olor en nuestra piel. Sea como fuere cualquier cosa mejor que
dejarse picar, especialmente si usted tiene ese tipo de sangre que
tanto atrae a estos diminutos monstruos.
El
asunto toma mayor relevancia si nos encontramos en aguas extranjeras
de remotos países en donde la molestia de los mosquitos puede
convertirse en un importante asunto de salud, pues por ejemplo la
Malaria es transmitida por la picadura de un tipo de mosquito
concreto.
Defender el barco de los mosquitos
Hay
quienes además de proteger el interior del barco también desean
aislar la bañera de forma integral. ¿Y por qué no?, aunque como
puede comprobar en las fotos, este tipo de montaje llegue a resultar
un poco excéntrico al emplear metros y metros cuadrados de tejido de
mosquiteras, que
convierten medio barco en una verdadera carpa.
El
resultado es ciertamente antiestético y poco práctico para andar
entrando y saliendo a tomar algún baño por la popa. Algo más
"curiosas" quedan las mosquiteras de gran tamaño que se pueden
conseguir en los centros comerciales de deportes de montaje rápido,
pero tendremos que adaptarlos para cerrar todos los huecos, aunque
son una buena base de partida para proteger zonas exteriores del
barco.
Proteger las escotillas y portillos
La
mayoría de aficionados con proteger ventadas y portillos dan por
solucionado el asunto. Para ello podemos comprar marcos con
mosquitera adaptados perfectamente a cada marca de escotilla. Suele
ser una solución cara pero cómoda y también delicada pues acaban
fallando al estropearse el muelle de recogida o alguna parte del
mecanismo. A cambio también suelen ofrecer cierres de oscurecimiento
para proteger el interior del solazo del mediodía.
Por
ello muchos elegimos o bien mosquiteras que se adaptan por fuera o
fabricar algún "‘invento" especifico para nuestro barco.
Entre las distintas soluciones adaptables, existen unas mosquiteras
en cuyo centro existe un cabo que acaba en una ventosa que pegaremos
al metacrilato de la escotilla para que tense y selle la entrada.
Lógicamente la superficie de la mosquitera es un poco mayor a la de
la ventana y aún con todo, si no las apretamos bien, alguna que otra
"bestia" podría colarse hasta el interior para darnos la “lata”.
Más
seguras, pero molestas de instalar, son las que cierran toda la
escotilla desde fuera a modo de pequeña tienda de campaña que tapa
el hueco y la propia escotilla de forma integral. Pero no todas
cierran bien por la parte de abajo y por ello si hay algo de brisa
puede ocurrir que el borde inferior se desencaje y... nuestro gozo
en un pozo, pues los pequeños “monstruitos” acechan y aprovechan el
mínimo hueco para encontrar el camino y saciar su sed de sangre
contra nosotros.
Como mostramos en la foto, una variante a este tipo de escotilla es
la construcción de la mosquitera cuya parte superior está realizada
con loneta del mismo material y color a la empleada en el bimini y
lazy, es mucho más estética, además de proteger el interior del
solazo y proteger toda la escotilla. Los faldones de la parte
inferior ayudan a conseguir un buen cierre por el que lo tendrán muy
difícil los mosquitos para acceder al interior del barco.
Soluciones a medida
En
muchas ocasiones lo que nos fabriquemos nosotros mismos es bueno por
partida triple. En primer lugar porque suele ser por goleada la
solución más económica, aunque nos lleve algunas horas de trabajo.
Pero también conseguiremos resultados perfectos al poder adaptar la
solución a nuestro problema concreto. Por último nos ayudará a
desarrollar nuestro ingenio y a ser totalmente independientes, pues
podremos reparar o modificar a nuestro antojo.
Hemos visto barcos que cierran puertas enteras en la entrada del
barco con mosquiteras que se pegan con velcro o marcos que encajan
perfectamente. Para ello debemos contar con cinta adhesiva de velcro,
tela de mosquitera, lona, y quizás alguna madera o plástico con los
que poder enmarcar la tela de mosquitera.
Estas telas pueden adquirirse en mercerías o tiendas de tejidos (ver
también tienda Fondear.com) y
van desde redes muy tupidas a mascaras de finos filos de plástico
con retículas algo mayores y mayor sección, lo cual confiere a la
superficie una mayor rigidez estructural, perfecta para hacer
cierres de puertas en la entrada del barco.
Con
retículas de 1,5 milímetros conseguiremos evitar la entrada de la
mayoría de mosquitos, aunque si queremos evitar la entrada de
pequeñísimos invasores de menor tamaño habremos de utilizar
retículas menores y más tupidas de hasta 0,6 mm.
Fabricar nuestra propia mosquitera
La
cinta de velcro de dos caras se puede adquirir en color blanco o
negro y con ella podemos fabricar cierres de “quita-y-pon” sin
demasiados esfuerzos. Especialmente indicada para la zona de la
entrada en donde podemos hacer dos láminas mosquiteras en material
semirrígido que pueden unirse entre sí y despegarse fácilmente para
entrar o salir al salón interior. La malla semirrígida permite pegar
la cinta de velcro de forma directa y así con poco esfuerzo podremos
fabricar las mosquiteras de forma rápida y adaptadas a las formas de
las ventanas de nuestro barco.
En
lo que toca a nuestro barco y para lograr algo más "elegante", fácil
de montar, rápido y eficaz contra la entrada de mosquitos de todo
tipo, diseñamos unos marcos rígidos de madera de sapelli de color
muy parecido a las maderas interiores del salón. Para ello compramos
un listón de 20 x10 mm que cortamos en varias piezas y lijamos
previa fabricación de plantillas en cartón, hasta dar con la forma
exacta del marco interior de las "Lewmar" de nuestro salón.
Las
distintas piezas de cada marco están encoladas con epoxi, y para dar
más rigidez a las uniones perforamos con una broca de 2 mm e
introducido varilla de acero maciza pegada con epoxi en cada unión.
Esta modificación fue adoptada tras comprobar cómo, tras alguna
caída, el marco se fracturaba en la zona de pegado a pesar de la
fortaleza del epoxi. Tras la varilla nunca más y problema resuelto….
El
marco, una vez barnizado, lleva grapado y pegado la tela de
mosquitera de menor tamaño de retícula para evitar la entrada de
cualquier enemigo por pequeño que este sea. Además hemos montado dos
pequeños tiradores de madera para poderlas poner y retirar tirando
de ellas.
Aunque encajan muy justo y para evitar que caigan al estar
posicionadas en posición invertida y se mantengan en una "postura"
que trabaja contra la gravedad, la solución consistió en pegar en
toda su borde exterior una fina tira de espuma de neopreno de 1 mm
de espesor (puede conseguirse en tiendas de fontanería y aire
acondicionado). Como la moldura blanca de las escotillas en donde va
atornillada la Lewmar es ligeramente
"cónica" el marco puede apretarse hacia arriba, hasta que el neopreno
ligeramente apretado se “agarra” presionando por los 4 laterales
para mantenerse colgadas desde dentro y sin necesidad de salir al
exterior para instalarlas o retirarlas.
Preparar nuestra propia loción repelente
Y
para estar en la bañera cenando y evitar ser picoteados por los
infernales mosquitos, una buena idea es la de oler bien pero de
forma desagradable para los mosquitos.
La
solución se fabrica de forma muy rápida y casi gratis. Y es muy
efectiva y parecida al contenido de los frascos de citronela que
encontramos en los centros comerciales vendidos como repelentes.
Para ello basta cocer durante 10 minutos en el volumen de un vaso de
agua la cáscara de un limón (solo la cáscara cortada en cachitos), a
la que añadimos 3 ó 4 gotas de aceite esencial de cedro y otras 3 ó
4 gotas de aceite de lavanda cuyo olor es también aborrecido por los
mosquitos. El cocinado resultante es un liquido de color amarillo
limón que podemos aplicarnos directamente o con ayuda de un
pulverizador y que huele agradablemente a limón. ¡Funciona!
En
los países tropicales, la población local come muchas sopas y platos
cocinados con plantas de olor a limón; Melisa, Toronfil, Citronela,
Abejera, Apiastro, Cedrón, Lima, Lalangal, Cilantro y otras plantas
locales de este estilo. Una cocina exquisita dicho sea de paso, como
por ejemplo la riquísima sopa aromatizada "Tom Yam Kung” que
encontramos en Indonesia, Thailandia y otros países del
indo-pacífico. Tras dos o tres días de alimentación con comida
local, nuestra piel emana un agradable olor a limón a través de los
poros. El resultado es muy efectivo y aleja a los mosquitos de
nuestro cuerpo con gran efectividad. Totalmente cierto.
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