El invierno, época en la que las embarcaciones se encuentran
amarradas en puerto, es el periodo idóneo para su mantenimiento.
El cuidado periódico y la puesta a punto son imprescindibles en
cuanto a nuestra seguridad y al disfrute cuando llegue el verano y
los días de sol.
Aproximadamente el disfrute de una
embarcación supone un gasto anual del 10% del coste de
adquisición. Parte de este presupuesto anual hemos de invertirlo
en el mantenimiento preventivo de la embarcación así como en
corregir las averías y desperfectos ocasionados en la anterior
temporada.
Todos los años hemos de poner en seco la embarcación para limpiar
y pintar fondos lo que se traducirá en un menor consumo de
combustible y en mayor velocidad. Durante la estadía en seco,
comprobaremos la ausencia de signos de osmosis en el casco y
revisaremos todos los grifos de fondo, bocina del eje del motor y
limera. Luego habrá que proceder a los retoques de pintura
necesarios en el casco y en cubierta.
Además de la varada, hemos de seguir las recomendaciones del
fabricante del motor y realizar los cambios de aceite, filtros,
impulsor de la bomba de refrigeración, correa de alternador y
bombas y demás comprobaciones que procedan tanto del motor como de
inversor.
Si se trata de un velero, es bueno enviar las velas al velero para
repasarlas, comprobar la jarcia firme procediendo a su tensado o
al reemplazo de cualquier elemento que presente indicios de
desgaste y chicotear y reemplazar los elementos de la jarcia de
labor que sean necesarios: escotas, drizas, etc.
Dentro del plan anual hay que incluir también la revisión de las
baterías, de la cadena del ancla, cubierta y fijación de los
candeleros, de las frisas de escotillas y portillos, así como
realizar los trabajos de carpintería que sean necesarios. Todo
ello a bordo ya que también es imprescindible reemplazar la
pirotecnia caducada y enviar a una estación autorizada la balsa
salvavidas para su revisión.
Por último, la limpieza de la sentina y el orear colchonetas,
chalecos salvavidas y pertrechos evitarán futuros malos olores.
Mientras realizan estos trabajos, aprovechando la parte más cruda
del invierno, el patrón puede poner al día la colección de cartas
náuticas, programar las próximas travesías y actualizar sus
conocimientos mediante cursos de navegación electrónica o
ampliándolos con cursos de un nivel superior: La navegación de
estima con el curso de Patrón de Yate y las técnicas de navegación
electrónica en el curso de Capitán de Yate.