La
popularidad de los cascos en fibra de vidrio se debe a las
grandes ventajas que posee este material frente a otros de peor
envejecimiento y mantenimientos más costosos. Pero a pesar de
ello debemos prestarle nuestra atención pues de ello dependerá
que pueda durarnos mucho más.
La
mayoría de los barcos de crucero reciben algún deterioro
durante la temporada debido al uso indebido de un ancla, cadenas
de amarre golpeando, roces con los muelles o abarloamientos
inapropiados con defensas mal colocadas. Las pinturas de dos
componentes de poliuretano son muy duras y de muy buenos
resultados a condición de asegurar un buen agarre con la capa
anterior.
El
casco puede presentar gritas si le hacemos soportar tensiones
para los que no ha sido calculado. Esto se puede deber a tener
elementos acoplados a la embarcación que transmitan demasiados
esfuerzos al casco. Estas grietas suelen tener forma de
estrella. Un mamparo con holgura puede producir golpes sobre el
casco y deteriorarlo. Unos pescantes mal atornillados podrían
producir torsiones sobre el material para el que no está diseñado.
Las
uniones del casco y la quilla son una de las zonas a vigilar
atentamente, ya que cualquier golpe que reciba esta se
transmitirá al casco pudiendo generar grietas justo en la zona
de unión. Si las
grietas son suficientemente importantes, estas podrían incluso
permitir el paso de agua al interior del casco.
Pero el problema más característico con los cascos de fibra es
conocido como osmosis. Se trata de pequeñas ampollas que
aparecen con el paso del tiempo que debilitan el casco y pueden
llegar a deslaminarlo. El fenómeno ocurre debido a la presión
osmótica existente entre el agua de mar y las posibles impurezas
que quedan en las primeras capas de material durante su
construcción. Esta presión hace que el agua de mar tienda a
penetrar en el casco y producir esas pequeñas ampollas.
Dependiendo
del grado de avance de la osmosis, se deberán aplicar distintos
tratamientos que van desde la aplicación de resinas epoxidas
sobre el casco totalmente seco, hasta el lijar la capa afectada,
para posteriormente hacer un nuevo recubrimiento a toda la
superficie.
Lo
mejor es guardar el barco en tierra firme durante los inviernos
y si esto no es posible, mantener el casco siempre libre de
algas y pintado con pintura antialgas para crear una barrera de
protección contra estas.
Para
reconocer si las ampollas que ve en su casco son de osmosis,
apriete una hasta reventarla. El olor avinagrado y el líquido
algo viscoso que se desprende es síntoma de una próxima y
necesaria reparación.
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