Si te gusta
navegar durante semanas seguidas y recorrer "mundo" sin necesidad de
depender de nada, es importante mejorar la capacidad para mantener
fríos o congelados algunos alimentos.
Y lo cierto es
que se puede hacer por muy poco dinero si te lo montas tu mismo como
comprobamos en este artículo. |
Una de las mejoras importantes para
nuestro barco consiste en la instalación de un pequeño congelador,
para poder pasar varios meses navegando con comida siempre fresca y
en buen estado.
Normalmente los barcos ofrecen
|
frigorífico, pero pocos disponen de un congelador adicional. En
algunos barcos encontramos una fresquera aislada de apertura
superior pero sin sistema de enfriamiento y por tanto dependientes
de cargar bolsas de hielo.
En el ejemplo tratado en este artículo
transformamos una fresquera sin enfriamiento, en un perfecto
congelador capaz de mantener los alimentos congelados durante meses
y meses con temperaturas bien por debajo de cero grados.
Normalmente estas fresqueras se abren
por arriba para de esta forma perder menos frío cuando las abrimos
para meter o sacar algún alimento.
Ni que decir tiene que si el barco no
tiene fresquera se puede utilizar cualquier cofre o armario del
interior en el salón o la cocina, para ser transformarlo y crear un
congelador de la nada. La principal diferencia sería que habría que
montar una buena capa de aislamiento que mantenga el frío.
El “Kit”
frigorista
Para el montaje hemos utilizado un Kit
de frío que consta de un compresor Danfoss bd 35f para corriente
continua, placa de evaporación (usamos la VD-01) y un termostato. La
ventaja del kit es que viene completo con el peso del gas
refrigerante precargado, lo que permite que sea instalado sin
necesidad de un especialista frigorista.
Con este equipo esperábamos conseguir
temperatura mantenidas de – 10ºC con un gasto similar al de
cualquier nevera de barco. En algunos modelos de Beneteau Oceanis
393, encontramos fresquera con algo de aislamiento, pero para
conseguir bajas temperaturas y un bajo consumo energético lo
esencial es contar con un aislamiento que ofrezca grandes
rendimientos. Lo hemos logrado forrando el interior de la fresquera
con planchas de poliestireno extruido de 5 cms. de espesor. El
material es muy buen aislante térmico y sale muy barato y además es
fácil de conseguir en cualquier almacén de construcción.
La capacidad de generar frio de un
equipo formado por compresor y evaporador como el que describimos es
muy alta y por ello la nevera será realmente un congelador si así lo
necesitamos sin más que mover la rueda del termostato. Si queremos
montarnos una nevera sin capacidad congelar, puede ser interesante
hacer el montaje con una placa de refrigeración de tipo 'Peltier'
que no requiere compresor ni placa evaporadora y por tanto
simplifica la instalación, aunque necesite un circuito de agua
salada para el intercambio de calor al exterior. En un futuro
artículo descubriremos este interesante tipo de nevera.
La construcción
Primeramente hicimos unos patrones con
cartón y siguiéndolos, cortamos el poliestireno con un cutter y sin
demasiado esfuerzo. Nuestra fresquera tiene formas curvas en las
esquinas, por lo que tuvimos que dar forma con el cutter y después
lijar para conseguir la forma adecuada.
Para forrar el interior de la nevera
con el poliestireno simplemente se colocaron tiras adhesivas de
doble cara. Aún no estábamos seguros del resultado, pero si tuviera
que volver a hacerlo, pegaría directamente el poliestireno a las
paredes de la fresquera con un pegamento especial que no lo degrade.
Es esencial que el encaje en las juntas esté muy ajustado para
evitar cualquier pérdida de frío. Una vez forrada toda la fresquera
y taponado el desagüe de fondo con espuma de poliuretano rematamos
bien todas las uniones con pequeñas cuñas de poliestireno y
finalmente con Total Tech que soporta hasta -40º.
El acabado
interior
Para darle a las paredes un acabado
similar al de cualquier congelador, utilizamos una placa de
poliestireno (PS) duro de color blanco brillante y de 1 mm de grosor
que se puede adquirir fácilmente.
Para cortar este plástico solo se
necesita un cutter y una vez cortadas las placas de plástico solo
queda pegarlas al poliestireno expandido con el mismo pegamento
descrito. De nuevo hay que ser cuidadoso y cortar de forma muy
ajustada las uniones para que el resultado sea bueno. Finalmente
solo queda sellar bien todas las uniones con Total Tech y rematar
los bordes con un junquillo de plástico blanco. Nosotros usamos una
esquinera de 5 milímetros. El resultado fue un volumen estanco,
impermeable y fácil de limpiar con el mismo color y brillo que el
interior de un congelador y con un aislamiento total de 12 cms de
espesor.
Montar el
compresor
El compresor del kit de frío se colocó
en el cofre de popa, justo al lado del mamparo al que está adosado
el congelador y atornillado al suelo del cofre. El Kit viene con
casi dos metros de tubo de aluminio con lo que se puede colocar más
lejos pero recomiendo hacerlo lo más cerca posible. El compresor se
fijó a una bandeja de plástico para recoger el agua que por
condensación pueda producir el tubo de refrigerante. Se perforó la
bandeja y la base de madera del cofre para dejar un desagüe directo
a la sentina.
Como queríamos continuar usando el
cofre para almacenar y guardar los pertrechos, que siempre estorban,
protegimos el compresor colocando sobre él una sencilla caja de
frutas atornillada también al suelo. Esto permite la correcta
ventilación y queda perfectamente protegido de cualquier golpe
accidental.
Para pasar el tubo de gas refrigerante
desde el cofre hasta el congelador fue necesario perforar el mamparo
usando un taladro con broca para madera de 30mm. Posteriormente se
rellenó el agujero con espuma de poliuretano.
El montaje y conexión eléctrica de los
tres elementos del kit de frío es muy sencilla y viene perfectamente
explicada en las instrucciones del producto. Es bueno utilizar un
cable de 6 mm de sección para evitar caídas de tensión y proteger la
alimentación con un fusible de 15 Amperios.
Una vez pasado el tubo del gas, la
placa de evaporación se fija al congelador mediante tornillos de
tipo tirafondos (de 6 cms. para que agarren en la pared de la
antigua fresquera) y colocamos el termostato sobre la pared interior
del mamparo. La conexión es muy fácil y viene perfectamente
explicada en el kit. El termostato tiene un cable con un sensor de
temperatura que también pasamos con un simple agüero de 3 mm a
través del mamparo. Finalmente, y este es el aspecto crucial para
tener un congelador y no un frigorífico, el sensor no se conecta a
la placa de evaporación, sino que lo dejaremos libre y lo situaremos
en la zona inferior del congelador. Su función será la de un sensor
dev temperatura ambiente lo que permitirá que la temperatura baje lo
suficiente en todo el volumen del congelador. Si quisiéramos tener
frigorífico en vez de congelador solo tendríamos que conectar el
sensor a la placa de evaporación.
Nosotros hemos colocado cestas de
rejilla y dos barras metálicas de aluminio para proteger la placa de
evaporación de los posibles golpes que puedan darle los alimentos
congelados durante la navegación.
El resultado, es un congelador de 59
litros de capacidad que baja la temperatura hasta los – 13º con el
termostato en la posición 5 (el máximo es 7) y que una vez
congelados (lo cual tarda unas buenas horas) los alimentos se
mantienen a esta temperatura, funcionando menos tiempo que el
frigorífico normal con lo que el gasto estimado es de unos 50 Amp/h
al día, lo que es más que razonable y está calculado para ser
alimentados junto con el resto del sistemas eléctricos del barco,
mediante dos placas foto voltaicas de 160 W.
Artículos relacionados:
-
Estibar la compra a bordo
-
La cocina del barco
-
Organizarse en un
barco
-
Aprovechar las estibas y los cofres
|