¿Hacemos
singladuras por muchos países diferentes con distintos tipos de
recambios de gas o solo navegamos por la costa europea? ¿Su
instalación actual necesita ser renovada o el barco es muy
reciente? ¿Pensamos en actualizar el parque de baterías e
incluso cambiar a baterías de ion litio?
El gas ha ido y va
de maravilla, pero los tiempos cambian y los barcos también. La
mayoría de aficionados no prestamos atención al mantenimiento de la
instalación del gas, y es un enorme error, pues el gas, se mire por
donde se mire, es explosivo y por tanto peligroso. De ahí la
necesidad de los detectores de gas y otros inventos, como electro-válvulas de corte de gas. Mal gestionado, el gas puede originar
una verdadera tragedia. Hace poco tuve una mala experiencia con una
pérdida de butano en un velero de 40’’ y si no estamos atentos,
ardemos todos.
Si su plan de
navegación es cruzar el océano y navegar el Caribe o visitar muchas
islas diferentes, o ir incluso más lejos, hacia el pacífico, el gas
es un problema pues cuando toque recargar o sustituir la botella, es probable
que no encuentre la típica botella azul de Campingaz, lo cual obliga a
inventar múltiples adaptadores más o menos ingeniosos o peligrosos.
Eliminar el gas a
bordo mejora la seguridad y acaba con el tedio de tener que buscar
en distintos países, diferentes adaptadores y mano-reguladores, el
cual también se estropea y oxida al ir casi siempre en un pequeño
cofre exterior con poca protección frente al ambiente marino. Se
acabó el tener que pasar la inspección de la alarma de gas, cambiar
la manguera naranja pasada de fecha de caducidad, o revisar la
instalación de cobre, que con seguridad tras 20 años puede estar en
un estado que necesite atención urgente. Si eliminamos el gas,
también podremos retirar la ventilación necesaria para renovar el
aire del interior del barco, pues toda combustión se "come" el
oxigeno del ambiente. Además una mala combustión (llama amarillenta
o naranja) puede ser extremadamente peligrosa al generar monóxido de carbono que puede
ser mortal.
En el amarre o en navegación
El 80% de tiempo
en que cocinamos a bordo, solemos estar en el amarre
habitual o en puertos en tránsito, en donde casi siempre hay tomas
de luz de pantalán y por tanto cocinar en modo eléctrico es
perfectamente posible sin necesidad de consumir amperios de baterías, de las
cuales más adelante hablaremos. Por tanto, en estos casos, cambiar
la cocina de gas hacia una a vitrocerámica hará todo más
sencillo, seguro, limpio y ¿por que no? …con un aspecto y decoración
más moderno.
Estando amarrados
queda muy claro. Todo son ventajas, salvo a los puristas que gozan
de cocinar con gas y son los menos, pues hablando con los chefs más
exigentes, nos corroboran que la placa vitro inductiva está prácticamente al
mismo nivel que el gas en cuánto a prestaciones para cocinar y en
capacidad de regulación de potencia calorífica, lo cual no ocurría
con los anteriores modelos de vitrocerámicas de hace solo 15 ó 20 años.
Pero… ¿y si
estamos navegando? Si su barco es de suficiente eslora y tiene
instalado un generador, ya lo tiene claro; la cocina se utiliza por
un corto espacio de tiempo y el gasto de diesel del generador es
menor, además de con ello poder cargar un rato las baterías.
Si el
parque de baterías está bien dimensionado, lo mejor es montar un
inversor de unos 5 Kw con el que alimentar la vitro. Pero el
inversor debe ser de tipo de onda sinusoidal pura, pues las vitros
modernas son exigentes en cuanto a la calidad de la corriente
alterna que las alimenta. En este caso tenemos mucho ganado, pues el
inversor nos permitirá además, disponer 220 voltios en navegación, así
además de la vitro, podremos utilizar el horno microondas, o
cualquier otro consumo en el barco, como son herramientas o un
aspirador doméstico durante las limpiezas, cargadores de teléfonos y
otros gadgets electrónicos.
Muchos
aficionados, salvo que estemos muchos días seguidos de travesía por el Atlántico,
prefieren preparar comida antes de salir del puerto, pues cocinar en
navegación no solo es cuestión de gas o electricidad; también hay
que tener en cuenta la incomodidad de la escora o los peligros de
tener una sartén con aceite hirviendo moviéndose con las olas, los
cambios de amura o posibles pantocazos, que pueden acabar en
peligrosas quemaduras.
El viento y las llamas
No solo se trata
de encontrar un mechero para encender el fuego de gas en la cocina,
pues el botón de chispa en muchas cocinas o no funciona o no es
útil. Lo peor es que a veces un tambucho abierto tragando aire,
puede llegar a apagar la llama de la cocina, lo cual conduce a
situaciones peligrosas si el termopar de seguridad está anulado o no
funciona correctamente. Estos problemas simplemente no existen con
las cocinas eléctricas.
Además, la cocina
de gas genera mucha humedad, que es fácil sentir en los barcos
durante el cocinado en invierno, cuándo tenemos cerradas todas las
ventanas para que no entre el frío del exterior. Por cada kilo de
gas que se quema, se genera más de un kilo de vapor de agua en forma
de humedad, exclusivamente debida a la combustión del butano, y
no como muchos creen, de la evaporación del agua de los
alimentos cocinados.
Tipos de cocinas eléctricas
En este apartado
no existen dudas. La placas de inducción son la solución definitiva.
A diferencia de las anteriores vitrocerámicas con calentamiento
puramente resistivo o las halógenas, el calor de las vitros
de inducción logran una rapidez y alto rendimiento de la energía
eléctrica.
El calor se
"genera" directamente en la sartén o el cazo, (que tienen que ser
específicamente para cocinar con inducción, pero se encuentran en
cualquier centro comercial a precios muy económicos). A diferencia
de otros sistemas de calentamiento eléctrico o con el gas, que
además de calentar la sartén, también calientan de paso toda la
cocina o el salón del barco (lo cual no es nada agradable salvo en
invierno, claro).
Las vitros que
encontramos en las grandes superficies están pensadas para su
montaje enrasado
en encimeras y por tanto no van articuladas para compensar la
escora. Existe alguna solución náutica con basculante, pero es muy
cara y desde mi punto de vista no merece la pena. Además no es
complicado fabricar un sistema basculante si nos ponemos a ello,
mediante unos perfiles soldados en inox soportados en un par de
cojinetes.
Existen pequeñas ollas express que evitan los posibles
derrames y por tanto si nos toca cocinar con movimiento de mar, son
muy útiles y evitan peligrosos derrames de comida hirviendo.
Adaptar el parque de baterías
Los que decidan
cocinar mientras navegan o están en el fondeo y no dispongan de
generador, tendrán que tener un parque de baterías de cierta
potencia, que se puede calcular haciendo varias estimaciones.
Supongamos que la
vitro es de 2 o 3 fuegos, con zonas (’fuegos’) de 1500w, 2000w y
2.500w. Lo "normal" es cocinar con uno de ellos, y no todos a la
vez. Pero por suponer, vamos a pensar que tenemos al mismo tiempo el
de 1500w+2000w = 3.500w encendidos. Debemos indicar que las vitros
de inducción actuales "modulan" la potencia y estos valores son de
potencia a máximo calor. Las antiguas vitros cuando se ponía un fuego a
media potencia lo que hacían es estar unos segundos encendidas (a
máximo) y otros segundos apagadas. Las actuales solicitan un consumo
continuo pero de potencia ajustada al calor solicitado. Pongamos por
tanto que como máximo utilizamos una potencia de 3.500 vatios. Esto
implica una corriente máxima para el inversor de unos 300 amperios,
por lo que debemos pensar en unos cables de alimentación de sección
adecuada!
En cuanto a
consumos, supongamos que cocinamos 30 minutos al día a una potencia
media, de por ejemplo 2.000w de calor. Esto implica un consumo de energía
eléctrica de unos 80 Amperios-hora solo para la vitro, que no es
tanto, aunque en ácido plomo y con baterías usadas, deberíamos tener
un parque de baterías de una capacidad de unas tres o
cuatro veces mayor. Quizás sea momento de cambiar a ion-litio en 24
o 48 voltios, con un conversor DC-DC, solución que ya hemos descrito
en otros artículos.
Para hacerse un
pescado a la plancha, la vitro de inducción tarda 8 minutos y unos
huevos 5 minutos. El consumo se puede minimizar y hay aficionados
que con un parque de baterías de 220 Ah y un par de placas solares de 160 watios,
consiguen ser autosuficientes, aunque desde mi punto de vista,
doblar estas cifras es el mínimo que aconsejaría para cualquier
instalación.
Cocina de Diesel
Se trata de otra
muy buena opción si quiere prescindir del gas, por los motivos
ya explicados. La cocina de Diesel que mostramos en la imagen
se alimenta desde el mismo depósito de motor. Lleva un
quemador interno que transmite el calor a la placa cerámica
dando el aspecto de una cocina tipo vitro, aunque realmente
estamos ante una cocina diesel.
Un tema poco
atendido en demasiados barcos es el de la extracción de gases
y humos mediante una campana extractora que elimine los olores
y evite la concentración de calor en algún mueble instalado
sobre la cocina.
Por supuesto que
una campana extractora en todas sus diferentes modalidades que
podemos encontrar en el mercado son ladecuadas, pero existen
otros montajes más sencillos que también ayudan a solucionar
parte del problema. En este mismo barco y encima de la cocina
diesel, se ha montado una placa disipadora de acero inox
pulido en vez de campana de extracción. No retira humos pues
se trata de un catamarán y la ventana de la cocina está justo
al lado, pero el calor que sube de la cocina se disipa en la
placa evitando focos calientes que pudieran quemar la madera
de los muebles situados sobre la cocina.
Se trata de una
simple placa de acero pulido montada mediante unos separadores
que permiten la conveción del aire y la disipación del calor.
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Cocina
de Alcohol
Es otra posibilidad aunque no tenga demasiado
sentido deshacerse del gas para pasarse al
alcohol. Ciertamente es más fácil encontrar
alcohol de quemar en cualquier rincón del mundo
que un adaptador de gas adecuado a nuestro
sistema, pero continuaremos con el riesgo de
malas combustiones e incendios que casi
desaparecen con la electricidad (si esta esta
bien instalada).
Sin embargo, contar con un pequeño quemador de
alcohol, tenga gas o electricidad es una buena
opción de 'respaldo' pues la podrá poner en
marcha en casi cualquier circunstancia, o
incluso puede montar la vitro como opción
principal y una pequeña de alcohol como
complementaria.
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