A veces casi
imprescindible para no interrumpir la maniobra del ancla y poder
así montar asimétricos, genakers, o spis.
El Botalón
puede realizarse en diferentes materiales, fijos o desmontables,
comprados a un fabricante o fabricados por nosotros mismos como
es el caso. |
La mayoría de los botalones que se
montan en barcos que no lo llevan incorporado en su diseño, son
tubulares y van fijados en la cubierta de proa dificultando la
apertura del pozo de anclas, |
la maniobra de fondo o la de
amarre, etc.
Queríamos montar un genaker con
almacenador en nuestro Oceanis 393, y para ello ideamos un botalón que además de servir de arraigo al giratorio
inferior del almacenador (puño de amura), cumpliera con los
siguientes criterios:
- Que el botalón quedara fijo, pero
que pudiera desmontarse.
- Que consiguiera separar lo
suficiente el genaker del Génova para que las maniobras fueran
cómodas. Este aspecto se puede variar a voluntad simplemente
prolongando el botalón aunque, en nuestro caso, la que utilizamos
nos pareció más que suficiente para la vela de crucero.
- Que el genaker librara el balcón de
proa.
- Que el botalón permitiera abrir el
pozo de anclas sin dificultar la maniobra de fondeo y amarre.
El reto consistió en instalar, lo más
fácilmente posible, un botalón fijo pero desmontable en caso
necesario y que librara el pozo de anclas para que su acceso y por
tanto la maniobra de fondeo siguiera siendo como hasta ahora. En
segundo lugar pretendíamos mantener despejada la cubierta en proa
sin que hubiera ninguna estructura que molestase ni al paso ni a las
maniobras de amarre y fondeo.
Para ello diseñamos un botalón plano,
consistente en una chapa de acero inoxidable de 8 mm. de grosor que
se ajustara a la forma del lateral de la roldana del ancla
proyectándose hacia adelante y algo hacia arriba con objeto de que
el ancla quedara perfectamente encajada en su posición natural.
El nuevo botalón va fijado mediante
cuatro tornillos de 8 mm de grosor a la chapa lateral de acero de la
roldana (por tanto desmontable si que quiere), dándole la forma
necesaria para que librara el ancla y la maniobra de fondeo.
Esta ubicación planteaba algunos
problemas, fundamentalmente que la fijación de la roldana a la proa,
al menos en nuestro barco, está pensada para que se ejerza sobre
ella una tensión hacia abajo (fondeo) y no hacia arriba y
lateralmente que es la dirección de las fuerzas que suele ejercer un
asimétrico, cuestión que podría generar problemas de debilidad
lateral y vertical en la fijación de la roldana a la proa.
Además deberíamos evitar la
posibilidad de que la chapa de acero del nuevo botalón se doblara
lateralmente, aunque sería difícil dados los 8 mm. de grosor de la
chapa. Este inconveniente del diseño lo solucionamos soldando a todo
lo largo del botalón un “nervio” de 5 cms. de ancho y 8 mm de grosor
dotándole así de la rigidez lateral necesaria y evitando la
necesidad de usar tubo de acero que no permitiría una fijación
sólida a la roldana.
En cuanto a la estabilidad vertical y
lateral de la fijación de la roldana en la proa se solucionó
mediante tres tirantes, uno inferior que fija el botalón a la zona
inferior y media de la quilla y dos laterales que van fijados a los
laterales de la proa.
El resultado es un botalón plano,
difícilmente deformable por las tensiones laterales y verticales que
genera un asimétrico tanto navegando de través como con rumbos más
abiertos. Es pues un botalón fijo, que no interrumpe ni el fondeo ni
el amarre y mantiene completamente despejada la cubierta en proa con
una estética correcta.
Fabricación de las chapas
Una vez pensado y aprobado el diseño
deseado, lo suyo es mandar la plantilla o simplemente el fichero de
CAD, a una empresa especializada en corte de acero mediante plasma o
láser, y por poco dinero nos entregarán las piezas necesarias,
ahorrándonos un montón de esfuerzo en esta labor.
El arraigo instalado en el vértice de
la proa puede ser soldado a la fijación de la roldana o en otros
barcos podremos instalar una argolla de acero en la que fijar el
tirante inferior del botalón. En algún barco este tirante queda
sustituido con una contra en textil manejada con unas poleas desde
el piano de la bañero. Una solución engorrosa y poco práctica pues
la flexibilidad del los cabos hace complicado el ajuste de la
tensión a esta contra. Mejor es montar directamente un tirante en
barra de acero inox, que si se quiere puede hacerse desmontable
también mediante un sistema de argollas y pasadores.
A cada barco una solución
Los hay en tubo de carbono, con fundas
retráctiles, o tubulares de acero inox que puede fijarse también a
la roldana con diferentes sistemas de sujeción.
Lo importante es diseñar una pieza
rígida y fuerte que pueda soportar el esfuerzo de varios cientos de
kilos de fuerza es que lo que tirará el arraigo del enrollador que
vayamos a montar.
En el barco del ejemplo siguiente el
botalón se ha realizado también en chapa inox al cual se ha soldado
una sujeción en la que se fija el tirante rígido en barra de inox
contra la proa inferior del casco. Las tablas de teka permiten dar
un acabado precioso a la pieza acabada.
En otros barcos, el tubo
es la solución más elegida para diseñar y dar forma a estos útiles
apéndices que permiten instalar nuevas drizas o enrolladores, además
de valer como soportes para otras poleas, o simplemente ampliar el
pulpito de proa.
Artículos relacionados:
-
Genaker o Spi; usted decide
-
La eficacia de la vela de proa
-
La eficacia del
spinakker