¡El mejor seguro no tiene porqué ser el más caro! Aunque a más
coberturas más precio, a veces entre distintas compañías existen
significativas diferencias de precio debido a los márgenes
comerciales aplicados. Además lo lógico es conseguir una póliza
que se adecue bien a nuestras necesidades.
Por
ejemplo no tiene sentido pagar un seguro supercaro que cubra
hasta la alta competición si nosotros nunca regateamos. Si
sacamos muy poco el barco es muy lógico reducir sensiblemente la
cuantía de la póliza a cambio de marcar una pequeña franquicia.
Si por el contrario navegamos casi todas las semanas será más
adecuado pagar un poco más y evitar los costes de franquicia.
En
definitiva el mejor seguro es el resultado de:
·
Elegir una compañía de completa solvencia
·
Elegir un agente o correduría de gran seriedad y que marque
márgenes lógicos y justos
·
Elegir unas condiciones y coberturas que optimicen el costo de
la póliza en función de nuestros programas de navegación.
Con un
barco nuevo, lo más probable es que escojamos asegurarla con
todas las garantías incluidas las averías particulares, ya que el
valor de la embarcación que hemos declarado a la compañía de
seguros corresponderá con el que hemos pagado. Pero si el barco
es de ocasión es probable que prefiramos asegurarla con la
opción de pérdida total (no cubre averías particulares), ya que según la antigüedad del barco
algunas aseguradores aplicarán recargos o ni siquiera darán
opción a asegurarla.
Para
los barcos pequeños, a veces basta con asegurarlas a terceros.
Asegurar contra perdida total nos cubrirá por si el barco se
hunde o se destruye totalmente en un incendio o explosión, pero no nos cubrirá frente a daños parciales y
por tanto es más barato que el "todo riesgo" total. Si nos
alejamos de nuestro puerto base y solemos navegar en alta mar es
muy recomendable contratar la asistencia marítima.
Existen
numerosas posibilidades y opciones por lo que siempre
aconsejamos pedir consejo y dejarse asesorar por varios expertos
antes de cerrar ningún contrato. Estos le podrán estudiar los
detalles de las pólizas adecuados a las características de su
barco.
Cuidado con las pólizas “chollo” ya que probablemente a la hora
de responder podrían hacerse los “remolones” y acabar todos
con problemas. La figura del asesor de seguros es fundamental
para conseguir conocer exactamente lo que estamos contratando y
cómo se comportará la aseguradora cuando se produzca un
siniestro.
Las coberturas más
contratadas:
Responsabilidad civil obligatoria
También conocida como RC, se trata de garantizar los daños
que causemos tanto a las personas como a las cosas,
barcos, diques, amarres... por culpa de nuestro barco o
por los objetos o personas que esta remolque y con los
límites de 336.566€. Se trata del seguro mínimo que ha de
tener cualquier barco de recreo a motor, incluidas las
motos de agua, así como aquellos barcos que carezcan de
motor pero de más de a seis metros de eslora.
Responsabilidad civil voluntaria
Con
ella podremos aumentar los límites superiores al exigido
por la Ley, o asegurar embarcaciones no sujetas a la
contratación de un RC, pero que deseamos asegurar para
mayor tranquilidad nuestra. Los límites estarán entre los
150.000€ y los 600.000€.
Defensa penal
El
seguro obligatorio no garantiza nuestra defensa ni nuestra
representación en procesos judiciales si nosotros somos
los culpables de un siniestro y necesitamos defensa
jurídica. La importancia de no vernos solos en una
reclamación de este tipo hace muy interesante la cobertura
de esta garantía.
Reclamación de daños
Cuando un accidente nos produce daños materiales o
lesiones corporales a alguno de nuestros tripulantes, o
daños a sus pertenencias, la compañía reclamará al tercero
responsable o a su entidad aseguradora, de forma amistosa
o judicialmente y en nuestro nombre. Al contratar estas
garantías conseguiremos que nuestra aseguradora reclame
por nosotros los daños que nos han causado.
Pérdida total o abandono
Merece la pena su contratación ya que no siendo muy cara
nos permitirá reponer la pérdida de nuestro barco por el
valor que declaremos. Si tenemos un pequeño incidente o
desperfecto tendremos que asumir nosotros el coste de la
reparación, pero estaremos cubiertos frente a desastres
totales, como el hundimiento, el incendio o la explosión
de nuestro barco.
Averías particulares
Es
lo que normalmente se suele conocer como seguro a todo
riesgo, y para que sea verdaderamente efectivo, debemos
asegurar el barco por el valor real de la embarcación
teniendo en cuenta todos los accesorios que le hayamos
instalado. Si el barco es de ocasión pondremos el valor
medio y real de mercado para este barco.
En
la valoración debemos incluir el precio del casco, el del
motor, la embarcación auxiliar y su motor, los accesorios
como son las velas, la electrónica, la balsa salvavidas,
la radiobaliza, los toldos y biminis, trajes de
supervivencia, efectos personales, etc…
Las compañías engloban en esta garantía el riesgo de robo,
el riesgo de varada, choques con otros barcos, y
naturalmente los peores como el hundimiento o la
explosión.
En
caso de pérdida total, el precio reembolsado es el del
barco en mercado de ocasión, calculado mediante unas
tablas de depreciación que parten del valor del barco
nuevo al cual se le descuentan unos porcentajes
dependiendo del número de años que tuviera. Cuando la
reparación a efectuar es parcial, la aseguradora pagará el
arreglo sin tener en cuenta ninguna depreciación.
Accidentes de ocupantes
Con
esta garantía cubriremos los accidentes que pudieran
sufrir los ocupantes como invalidez, gastos
médico-farmacéuticos o muerte. Podemos elegir entre dos
capitales que nos ofrecen la mayoría de las
compañías, entre 6.010,12 y 12.024,24 euros. Será
necesario asegurar todas las plazas para las cuales está
autorizado el barco.
Asistencia marítima
Normalmente disponen de un número de teléfono gratuito al
que llamar para dar un parte de avería, y poder exigir un
remolque hasta el puerto mas cercano, pero no cubrirá más
que esto y no la avería.
Alguien podría pensar que para eso está Salvamento
Marítimo. Sin embargo salvamento marítimo está para casos
de extrema necesidad como por ejemplo una necesidad médica
urgente o si nos estamos hundiendo. Si por el contrario
resulta que nos hemos quedado tirados sin gasolina o que
no sabemos regresar por la razón que sea, salvamento
marítimo nos puede atender igualmente, pero no nos saldrá
gratis nuestra imprevisión. En estos casos Salvamento
marítimo nos reclamará una compensación económica según
sus tarifas.
Si
disponemos de asistencia privada contratada podremos
llamarles sin tener que recurrir a salvamento marítimo
salvo para casos de extrema prioridad. La cobertura para
Asistencia Marítima suele estar entre los 3.000 € y los
6.000 €.