Náutica
en
España; ¿Batalla perdida?
La
debacle continúa en España, mientras en el extranjero reparten una
de cal y otra de arena. En el norte de Europa crece el
volumen de ventas mientras que, por ejemplo en Estados
Unidos, marcas tan emblemáticas como Luhrs, Hunter o
Legend
dan el cerrojazo. |
Hace un par de meses, astilleros de la
talla de Luhrs, con Silverston como segunda
marca, o los conocidos veleros Hunter y Legend solicitaban la bancarrota,
aunque hemos conocido que Hunter volverá a producir tras
recapitalizar deudas mediante una financiación de “Banc of America”. |
Mientras tanto, en España las cosas van
a peor.
Con inminente nueva subida del IVA los barcos van a pagar 33% de impuestos.
Una cifra redonda; sencillamente 1/3 del valor del barco será para
el "socio invisible" que oprime a todos los españoles. Alguien comentó que quizás hayamos tocado fondo, pero la cuestión
radica en saber cuánto tiempo habremos de arrastrarnos por él.
A los astilleros que oficialmente han
quebrado, como
por ejemplo Menorquín Yachts, se le suman otros muchos
de sobra conocidos, que económicamente no son viables con número de
ventas en cero o casi nulas, pero que oficialmente no han cerrado y
se mantienen agazapados e hibernados, con plantillas de trabajadores
despedidas casi en su totalidad, y reducciones en las estructuras de
gastos hasta límites draconianos.
Las caídas en publicidad y marketing
son tan estrepitosas, que revistas con tanta solera como Náutica,
Navegar, Grandes esloras o Yate, se han visto forzadas a desaparecer. Barcos y más
barcos a la venta y precios escandalosamente bajos para los
amarres en los puertos deportivos. Un panorama desolador.
Y el que parecía que se libraba un
poco, como era el sector del chárter de recreo, se encuentra
también temblando de miedo antes las bajísimas cifras de negocio
de esta temporada y la
bajada de precios debido a la fuerte competencia. Sólo
el mercado extranjero, especialmente en
Baleares, parece salir mejor parado de la
situación, gracias a los incondicionales turistas que visitan Ibiza
y Mallorca.
La realidad de la náutica
Algunos profesionales prefieren
mirar para otro lado y hablar de racionalización del sector...
Podemos hacer la vista gorda y echar tierra sobre la crisis para
escondernos de la realidad, como dicen que hacen las
avestruces. Pero lo cierto es que lo más sensato es enfrentarse a
la situación y agarrar al toro por los cuernos.
Las crisis son siempre el terreno
propicio para nuevos modelos de negocio, en donde aparecen nuevas
marcas con conceptos innovadores mientras los gigantes de antaño
caen y se desmoronan. Es quizás el momento para nuevas marcas,
nuevos modelos económicos con márgenes más reducidos y nuevos
conceptos de barcos más racionales con menores potencias, más
fáciles de mantener y más económicos. Necesitamos que las
administraciones también entren en razón y racionalicen las
normativas, las exigencias y las leyes que sin duda han
contribuido a acogotar el sector.
Son momentos muy duros para el
nacimientos de nuevas ideas y nuevos proyectos. Las
necesidades económicas de los armadores obligan a estos a poner
muchos barcos a la venta a lo cual se suma la baja demanda
de los aficionados que quieren comprar, que esperan a ver cómo evoluciona
la crisis. Todo ello conduce a una saturación del mercado con
alucinantes ofertas de ocasión que hacen palidecer a los
vendedores de barcos nuevos, pues no tienen posibilidad de
competir contra ellas.
Este problema se da con parecida
virulencia en otros mercados europeos como el italiano,
en donde la crisis también afecta con fuerza a la náutica de
recreo. Una gran mayoría de armadores
italianos compraron hace pocos años sus yates mediante
financiación náutica para aprovechar las ventajas de los
tipos de IVA reducidos, lo cual está dando como resultado,
numerosos embargos por impago que hace aumentar el stock bancario de barcos
embargados con contundencia.
Se trata de una espiral muy
peligrosa que conduce a la destrucción del mercado. Los posibles
nuevos armadores demandan un 20 ó 25% de
descuento a los astilleros que reducen sus márgenes a cero o
incluso venden con pérdidas para poder conseguir liquidez en sus
maltrechas contabilidades. Los
precios de los barcos semi-nuevos de sólo
uno o dos años se can en consecuencia en la misma proporción y los
bancos se ven obligados a vender por debajo de los valores de
embargo. El panorama es devastador.
La ley de la injusticia
Llegan los informes de ventas y
matriculaciones con datos negativos que podrían ser asumibles si no
fuera porque acumulan otros datos negativos del año pasado que a su vez
provienen de otros
datos negativos del año anterior. La bajada consolidada da pánico. Como no
podría ser de otro modo, el segmento menos tocado corresponde al
de los barcos de menos de 8 metros, que se libra del injusto
impuesto español adicional del 12% de matricula, único en Europa, y que con
el 21% de IVA exigido por Europa para España, suma un total de un tercio del valor
del barco en
impuestos directos para embarcaciones de más de 8 metros.
La subida del tipo
impositivo del IVA español, sumado al nefasto 12% de matriculación dejarán en coma profundo al sector de la náutica
de recreo ya enfermo de muerte. ¿Hasta cuando? Esta próxima
temporada no pinta nada mejor...
Ya toca aplicar nuevas leyes.
Es el momento perfecto para políticos valientes. Si tan difícil es
quitar el 12% de matriculación, que se comience por aumentar el
límite de eslora a partir del cuál se aplica. Que se exonere a los
barcos de vela al ser de carácter eminentemente ecológicos. En
estos momentos, como no hay ventas no se producen recaudaciones
tributarias. Si los políticos dieran muestras de su innegable
inteligencia, deberían actuar en esta línea, que sin duda dará
como resultado una clara mejora de las ventas, de la
productividad, de la activación económica y sin duda de la
recaudación tanto directa como indirecta hacia el estado.
La recuperación del
mercado
Europa es más que Grecia, España,
Italia y Portugal en donde las ventas están simplemente muertas.
El resto mal que bien, consigue avanzar tímidamente con cifras
positivas lo cual debería con el tiempo arrastrar también a
nuestro mercado Español.
Las últimas cifras de
negocio del grupo Bénéteau, en Francia, hablan de un descenso neto global de
sólo el -20% e incluso un crecimiento neto positivo al tener en
cuenta su división de casas prefabricadas de fibra de vidrio, o de
crecimientos tímidos en ventas de barcos a motor en otros mercados
como el americano y el asiático.
Por otro lado se está dando un
efecto curioso frente al miedo a una cada
vez más hipotética vuelta a monedas locales como se
lleva vaticinando desde hace meses para Grecia. Ante estas posibilidades, si realmente quiere
un barco, ahora es un excelente momento para comprar uno semi-nuevo a un precio
ni soñado. Si el precio es de chollo la inversión está asegurada. ¡Anímese!
Si de verdad ama el mar y la navegación, cómprese un barco antes
de que se aplique el nuevo IVA. Mañana será tarde...
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