Crisis Náutica
A tenor de los políticos todo está bajo control,
pero la realidad náutica se muestra desconcertante. Las ferias
de Mónaco y Génova, a pesar de haber recibido un gran número de
visitas, han resultado “extrañas”. Los europeos se muestran
recelosos a la hora de comprar y el “ambiente” está enrarecido.
Las grandes marcas apuntan hacia mercados emergentes como el
asiático mientras todos los fabricantes esperan con atención la
aparición de un potencial comprador de rasgos eslavos.
¡Que
caray! ¡La cosa está que arde! Y no precisamente por el nivel de
ventas... Todo está globalizado y si la economía Bush se
resfría, aquí también estornudamos. Pero esto se parece más a
una grave pulmonía que a una simple gripe invernal. Hace poco
llegaba la noticia de la suspensión del salón del SIMO. Las
malas noticias vienen de dos en dos…..
Si hasta hace poco el mercado náutico se mostraba
más flojo en las esloras pequeñas, la situación se ha trasladado
también hacia los grandes yates. ¿La razón? Incertidumbre en los
mercados. El dinero es miedoso y ante la duda hiberna.
Hasta hace pocas semanas, el mensaje de los
dirigentes recordaba al comportamiento del avestruz escondiendo
la cabeza. Pero cuanto antes reconozcamos la realidad que se
cuece, antes podrán tomarse medidas correctivas que ayuden al
regreso de la normalidad. Esta es la genuina labor de lo
políticos, la de tomar medidas encaminadas a canalizar una
situación que se puede desmoronar.
Es sabido que los bancos tienen una acuciante
falta de liquidez, o lo que es lo mismo, dan créditos con
cuentagotas. El mercado de Megayates funciona en gran medida
gracias a herramientas financieras conocidas como renting,
leasing y demás operaciones hipotecarias, ahora muy difíciles de
conseguir. Nadie hace negocio,
todos perdemos.
El
Salón Náutico de Génova 2008
Hace
unos días concluyó el 47ª Salón Náutico de Génova,
impresionante como todos los años. 315.000 visitantes con
1.500 expositores que enseñaron las novedades de más de
2.300 barcos distribuidos a lo largo de 3 kilómetros y 27
pantalanes.
Esta
edición de Génova ha tenido un 5% menos de visitantes y
una ligera disminución en el número de ventas reales
efectuadas durante la feria. Dada la actual situación
financiera, estos resultados deben ser tenidos como bueno y
ojala resulte extrapolable al inminente Salón de
Barcelona.
En Génova los resultados no
han sido tan malos como se podría haber esperado. Las
diferentes empresas consultadas insistían en que sus
esfuerzos en estrategia de mercados y marketing
continuarán de forma normal a pesar de las caídas en sus
cifras de ventas.
Muchísimas novedades y grandes barcos. Marcas como
Pershing o Azimut ofrecieron sus gamas completas en un
ambiente propicio para la feria, pues el tiempo acompañó.
Todos los fabricantes italianos en bloque y la mayoría de
las primeras marcas europeas como Lagoon, Beneteau,
Jeanneau, Dehler,..., presentaron sus modelos ofreciendo
propuestas muy interesantes.
Yamaha
bajo el lema “…porque el 70% de la tierra es agua…”
presentó toda su gama de motores, como también lo hizo BRP en
cuyo stand destacaba su E-Tec 300cv al más puro estilo
USA.
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El injusto
impuesto de matriculación
¿Tomará cartas nuestro gobierno en tan importante
asunto? Con sinceridad,
mucho no debemos esperar… Nuestros ministros, lejos de actuar de
manera inteligente se dejan llevar por la situación, sin tener
un claro rumbo hacia la solución.
Según los últimos informes de ANEN, el mercado
refleja unas caídas importantes. La industria náutica mueve unos
5.000 millones de Euros, y representa un 0,3% del Producto Interior
Bruto. Si se
realiza un ranking en términos del PIB, el sector de la náutica
de recreo ocupa el puesto 56 de los 74 sectores productivos
Españoles. A poco que recibiera apoyos, podría crecer y tirar
mucho de la industria de servicios siendo fácil alcanzar en el
medio plazo un 1% del PIB.
¿Y cómo maltrata el gobierno al sector de la náutica de recreo?
Sencillo. Siendo el único país de la unión europea que paga un
fuerte impuesto de matriculación sobre los barcos además del
gravamen del IVA.
¿Y es que no lo quieren quitar… o no
lo pueden quitar?
A nadie se le escapa, que la eliminación de este injusto
impuesto, produciría más ventas contrarrestando el efecto de la
crisis. Y por tanto habría más producción y más recaudación
impositiva, y más riqueza y más puestos de trabajo.
Pero… ¿Cómo se va a quitar un impuesto de matriculación a los
barcos cuando los coches también lo pagan, siendo España de
nuevo, el único país europeo que lo cobra?
Algunos políticos se
rasgarían las vestiduras, achacando que los “ricos” no pagan un
impuesto que incluso los más humildes abonan al fisco al comprar
cualquier coche utilitario. Y no les faltaría razón...
Recordemos
que el desgraciado impuesto de matriculación procede del nefasto
impuesto de lujo sobre los vehículos. ¡Qué desfachatez! Hasta el
dueño de una furgoneta Kangoo está pagando un impuesto… ¿de
lujo?
Con buena voluntad se podría primero cambiar el nombre al
impuesto de matriculación en los barcos por otro apelativo y
luego sin dar lugar a posibles comparaciones, reducirlo hasta
hacerlo desaparecer. Que apliquen una política de tramos
progresiva, y por soñar…. ¡Que lo quiten de una vez!
El gobierno debe
impulsar la náutica de recreo
Ahora que el modelo económico basado en el ladrillo toca a su
fin, es necesario reactivar con potencia el sector industrial.
Hasta el año pasado, la economía española, se encontraba
liderada por la construcción y la inmobiliaria. La náutica de
recreo quedaba alejada de estos puestos de liderazgo y sin embargo
se observa como ocupa un lugar importante y equivalente al de
otras industrias, como por ejemplo, la de materiales
electrónicos.
Llevando el estudio a los sectores relacionados con el mar,
observamos como la producción efectiva de la náutica de recreo
en España es de 4.664 millones de euros situándose por encima de
la pesca y el transporte marítimo, cuyas cifras productivas
ascienden a 2.861 y 2.415 millones de euros respectivamente.
Hemos de apuntar que debido a los efectos indirectos de
proveedores e industrias que dependen directamente de la
náutica, este efecto multiplicador hace subir las cifras totales
del sector hasta cerca de los 16.000 millones de Euros. De la
misma forma, los 15.000 empleos directos ascienden hasta 113.000
empleos a través de efectos indirectos.
Ahora comparen las ayudas y prebendas que recibe el sector
pesquero por parte del gobierno en respuesta a sus
continuadas reivindicaciones. Y esto sin descontar los destrozos causados
por la sobre-explotación de los mares producto de la pesca
intensiva, y que con seguridad habremos todos de pagar en un
futuro. Terrible agravio comparativo, cuando además la náutica
de recreo no recibe más que varapalos y malos tratos por parte
de la administración. ¿Hasta
cuando?
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