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2016

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Inspeccionar el barco para la compra

 

 

Comprar de ocasión tiene sus riesgos, pero puede ser muy interesante al permitir conseguir barcos muy por debajo del valor de nuevo.

 

Si sabemos separar el grano de la paja, lograremos hacer una buena operación para disfrutar del barco durante muchos años.

 

Damos por supuesto que ya hemos meditado largo y tendido, sobre el tipo de barco adecuado a nuestras necesidades gustos y presupuesto. Por tanto ya conoce el rango de esloras a localizar, la

motorización, si el barco es para uso familiar o para dedicarlo al chárter, qué tipo de navegación queremos realizar… Cuando vamos a adquirir un barco de cierta eslora, la revisión que debemos efectuar debe ser sistemática y muy completa, especialmente si se trata de un yate importante en donde abundan los sistemas, equipamientos eléctricos, electrónicos, hidráulicos y mecánicos de cierta complejidad. Así mismo debemos saber reconocer y valorar el estado actual de los elementos estructurales tanto del casco como en la cubierta, superestructuras, y quillas o bulbos en el caso de los veleros.

En un gran yate de recreo, debemos realizar un recorrido ordenado para no dejar de revisar nada. Debemos evaluar todos los rincones y elementos de la embarcación, desde el Fly hasta la sentina. Enumerar todo lo que debamos cambiar o reparar es muy importante para poder saber, aunque sea de forma aproximada, el coste total para dejar el barco en optimas condiciones. Esta información será básica para conocer el coste total real del barco, y nos servirá de mucha ayuda para negociar y pactar un justo precio de adquisición del bien.

 

Buenas oportunidades

 

A pesar de la lenta recuperación económica, aún es buen momento para lograr localizar barcos interesantes entre los 10 y 20 años de edad, que si han sido bien cuidados por el anterior armador, pueden estar en muy buenas condiciones.

 

No sólo es cuestión de fijarnos en el más barato. En muchas ocasiones es más interesante comprar algo más caro pero en mejor estado. Si el barco está muy castigado, debemos sumar al precio de compra el presupuesto de reparaciones correspondiente. Los barcos de fibra de vidrio tiene muy buena vejez y por tanto son menos conflictivos que los de acero, especialmente si no somos expertos en este tipo de cascos.

 

 

Si los interiores están cuidados, el barco puede estar completamente nuevo, pues estos no se deterioran como ocurre con la cubierta y el casco expuestos a la intemperie. Con un repaso a la cubierta puede conseguir que el barco logre una segunda juventud.

 

La mejor oferta suele ser la de un barco de único propietario que lo haya utilizado moderadamente y no haya hecho chárter. Si el armador es un conocido suyo y además cuidadoso, es posible que se encuentre ante su ocasión perfecta.

 

Si no tiene referencias del vendedor, este puede desaparecer en cuanto se haya efectuado la compraventa y no dar solución a posibles problemas que pudieran aparecer tras la compra. En estos casos, es imperativo realizar un análisis del barco con gran detalle y ofrecer una cifra a la baja para tener margen con el que afrontar posibles imprevistos.

 

 

La primera inspección

 

La primera impresión nos llega con las fotos de la ficha del anuncio clasificado o del bróker. Pero la primera inspección a bordo es la más importante. Tras 10 minutos sabremos si lo podemos descartar o podemos profundizar en el análisis. ¿Tiene desconchones, muchos rayajos, está limpio, la cubierta se encuentra bien mantenida, el casco ha sido pulido y brilla casi como nuevo, hay signos de impacto en el contra-molde, el panel de mandos eléctrico tiene buena pinta?...?

 

Debemos dar una vuelta por la cubierta examinando el estado del gelcoat, posibles reparaciones efectuadas. Mire a contraluz del sol para descubrir zonas en donde se aprecien cambios de brillo o fallos en las curvaturas que pudieran indicar reparaciones mayores por golpes en el casco. Fíjese en el cintón que puede mostrar mordiscos o golpes en la regala que indicarán impactos mayores, o candeleros doblados, fisuras en la unión casco con la cubierta.

 

En las pequeñas motoras aplique un poco de fuerza a los parabrisas para comprobar que están bien fijados y no tienen holguras. Pruebe el molinete del ancla y los winches de maniobra.

 

 

 

 

Examen interior

 

Tras una extensa inspección exterior le toca el turno al interior que debemos esperar limpio, sin olores y sin humedad, la cual podría indicar problemas con las maderas de mamparos y estructuras así como con los tapizados.

 

Pruebe todas las puertas y ventanas para verificar si cierran y sellan correctamente. Observe los tapizados para descubrir posibles rasgados o manchas negras y puntitos oscuros indicadores de hongos. Siéntese para comprobar si son confortables o el relleno se ha reblandecido y estropeado por posibles humedades.

 

 

 

Entradas de agua y filtraciones

Es difícil conseguir localizar las posibles filtraciones mientras realiza una inspección, salvo que esté lloviendo a mares justo el día de la revisión. A pesar de ello se identifican porque dejan manchas y trazas en maderas, embellecedores y cromados. Debemos tener presente que a veces son muy “puñeteras” y difíciles de solucionar, pues el agua puede entrar por algún sitio alejado del punto en el que da la cara, al haber recorrido una distancia quizás bajo un contra-molde.

Gomas de tambuchos ya algo pasadas, cierres y ojos de buey que no sellan correctamente, cajas doradas mal instaladas, o siliconas y poliuretanos estropeados en el sellado de alguna ventana de metacrilado suelen ser los culpables típicos. Inspeccione detalladamente el barco en busca de estas pistas y pregunte al vendedor por estas posibles filtraciones. Si la sentina está totalmente seca es buena señal pero no se deje engañar pues la pueden haber secado el día anterior.

 

Inspeccionar la sentina

La inspección de la sentina es muy importante, por ser el lugar al que van a parar todas las entradas de agua en el barco. Debe estar limpia sin mostrar aceites procedentes de goteos del motor. Si los pernos de quilla están muy oxidados, es signo inequívoco de entrada de agua posiblemente salada.

En yates a motor, aunque no haya pernos de quilla, comprobaremos si la sentina está totalmente seca o ha sido recientemente vaciada y secada para su inspección. Si hay agua, podemos mojar el dedo y con la punta de la lengua saber si se trata de agua dulce o salada. Si es agua salada malo y debemos preguntarnos si provine del prensaestopas en el eje de propulsión o del tintero del timón, o quizás de alguna llave de fondo que sella mal. Con agua dulce el problema no es tan acuciante pero si molesto, pues el agua dulce en sentina puede indicar problemas de filtraciones desde cubierta o fallos de estanqueidad en el circuito de agua presurizada de los baños o de la cocina.

Tenga presente que el agua dulce en la sentina también puede provenir del desagüe de la parte inferior de la nevera, lo cual a pesar de estar mal hecho es relativamente común en bastantes barcos, o de la condensación en el compresor del aire acondicionado instalado posiblemente en el interior del salón.

 

Inspeccionar el suelo

Las planchas del plan del suelo del salón y camarotes también nos cuentan su propia historia. Si estas no encajan bien o al intentar retirarlas están muy encajadas significa que el barco tiene humedad o la ha tenido. En otras ocasiones, el suelo puede ser irregular y obligarnos a una cara reparación. Conviene andar por todas partes especialmente por las esquinas para determinar si no calzan bien. Si la madera está podrida, ésta se delatará por su falta de rigidez. Algunos contrachapados sintéticos no tienen estos problemas, lo cual no significa que el barco esté libre de posibles humedades.

También habremos de fijarnos en el estado general del suelo y lo rayado que está. Un fuerte deterioro indica en muchos casos que el barco ha trabajado mucho en chárter, y que posiblemente no sean sólo las maderas las que esté castigadas.

Al retirar las planchas del suelo en ocasiones se rozan las esquinas con paredes de madera y por tanto no está de más mirar el estado de los barnices en las zonas inferiores y cercanas a los paneles del suelo.

 

 

 Motor y sala de maquinas

 

¿Tiene buen aspecto general? ¿Esta limpio? ¿Faltan piezas? ¿Las correas tienen la tensión oportuna y presentan buen aspecto? ¿El aceite está en nivel adecuado y tiene el color correcto? Si su aspecto es algo lechoso probablemente esté emulsionado con agua, lo cual es extremadamente problemático. Examine los colectores de escape y busque posibles fracturas.

 

¿Existe oxido en la zona de los inyectores? Examine las conexiones eléctricas por si estuviesen corroídas. El óxido es clara indicación de haber existido agua de mar por todas partes.

 

 

En barcos de esloras importantes la inspección de la sala de máquinas debe ir mucho más allá de una valoración del estado de los motores. En la sala de máquinas encontramos, además del motor, la reductora y la transmisión, la instalación del parque de baterías, los sistemas electrohidráulicos de la pasarela, el control hidráulico del timón, el generador con todo lo que debemos revisar al tratarse de otro motor de combustión interna, las diferentes bombas de sentina, de presurización, de vacío, si el baño es de tipo “vacum-fluch”, los sistemas contra-incendios, etc…

 

 

No debemos escatimar tiempo y esfuerzo en la inspección de todos estos sistemas ya que con ello podemos identificar fallos actuales o desgastes que a la larga vayan a dar problemas. Todo ello permite obtener la mejor argumentación a la hora de ponerse a negociar el precio final por el barco.

 

 

 

 

Suspensión para inspeccionar la obra viva

 

Busque posibles zonas raspadas o crack dejados tras un impacto. ¿Se ven problemas de osmosis en el casco? Intente mover el timón y observe si los casquillos y cojinetes tienen holgura. ¿Se ve alguna raja que muestre problemas en la unión quilla-casco? Póngase justo detrás en el eje de crujía y observe si el arbotante está justo en su correcta vertical. ¿Se aprecia algún impacto en la hélice o muestra signos de corrosión con cavidades en el metal?

 

 

 

Estado estructural

Dependiendo del tipo de material de construcción del barco habremos de fijarnos en diferentes aspectos específicos al tipo de material. Si el barco es de fibra de vidrio, cuál es el estado exterior, qué tipo de acabado tiene, fíjese en el estado de la obra viva, y cómo está la teka de la cubierta.

Si el casco es de acero, es importante reconocer el tipo de protección anticorrosiva utilizada, si lleva alguna imprimación epoxi y el tipo de pintura que se usó. Un acabado en poliuretano de alta calidad confiere al barco un brillo duradero y un color estable a lo largo de numerosos años, a pesar del desgaste debido a los rayos ultravioletas solares. En barcos de aluminio debemos tener presente que las protecciones anódicas son especialmente importantes, así como el tipo de antifouling a utilizar, específico para cascos de aluminio, o los metales que pueden ser atornillados tanto en cubierta con en el interior del barco. En cascos en acero es importante ante la duda llevar un medidor de espesores ultrasónico y efectuar una serie de catas para comprobar espesores de los forros.

En las superestructuras a veces se realizan paneles estructurales en fibra de vidrio y resina laminadas con madera de balsa, espumas de alta densidad ligeros. Hay que inspeccionar su estado, pues en algunos caso y con mucha húmeda, su estado puede dejar mucho que desear, y podría ser necesario cambiar parte de estos elementos estructurales cuya sustitución puede ser costosa.

 

 

Pagar el precio adecuado

 

La pregunta del millón… ¿cuál debe ser el precio pactado? Está claro que deseará pagar lo mínimo, y de la misma forma el vendedor querrá cobrar lo máximo.

 

Sabemos que los precios que aparecen publicados en revistas y anuncios clasificados de segunda mano son bastante diferentes de la cifra media por la que al final se cierran las operaciones. Entre un 20 y 30% a la baja del valor medio publicado, aunque con muchos peros…. Y por si las cosas no fueran suficientemente complicadas no existe una guía de precios de ocasión como ocurre con los coches por años y kilometrajes, pues las diferencias entre dos barcos a igualdad de edad y millas navegadas puede ser abismal dependiendo del diferente equipamiento, del trato que ha sufrido, y de donde ha navegado...

 

Hay bastante volatilidad y dispersión de precios para un mismo tipo de barco, de mismo modelo y año de construcción. El precio puede varias 3 veces desde el más barato al más caro!!!

 

No siempre la oferta más barata es la mejor, pues puede ser un barco en muy mal estado o que esconda un problema de motor difícil de diagnosticar. Ocurre con frecuencia; El motor parece estar bien pero… al poco tiempo se descubre que se recalienta y el cárter está totalmente corroído en su interior por falta de mantenimiento o haber permanecido tiempo sin ánodos de sacrificio... Al veces un neofito compra un velero que estaba notablemente más barato que el de la competencia y con el tiempo descubre que el barco recibió un impacto que deterioró estructuralmente la unión casco con contramolde, siendo muy cara la reparación.

 

 

 

 

La prueba de mar

 

Si las primeras inspecciones han sido positivas, llega el momento de preparar una prueba de mar. Si se trata de un barco de eslora importante es sabido que gastan mucho combustible, y por ello es del todo normal que este combustible deba pagarlo por ser el interesado. Pero este gasto puede ser la mejor inversión que haga en la compra del barco.

 

La prueba de mar debe llevarse a cabo cuando ya tenga claro que el barco es un fuerte candidato y que si la prueba de mar marcha bien está dispuesto a cerrar el trato. Si el vendedor se niega a hacer una prueba de mar en toda regla, debemos sospechar inmediatamente. Le pueden contar que hace mala mar y que con dar una vueltecita basta… Pues elija otro día de mejor climatología, pero la prueba de mar completa es ineludible.

 

 

Si con la motorización existe una avería encubierta, es difícil que el problema no dé la cara tras una prueba de mar exhaustiva. Por el contrario, si la prueba de mar consiste en dar una vuelta por el puerto o salir de la bocana y tras 2 minutos regresar al amarre, el vendedor puede esconder un problema serio y difícil de identificar a priori. Por el contrario, si existe un problema importante en el motor, ésta dará la cara tras una prueba de mar en condiciones.  Exija navegar a régimen de crucero durante 2 horas, el tiempo necesario para que todos los sistemas alcancen la temperatura media de trabajo y esté muy atento a los medidores de temperatura de aceite, circuito de refrigeración y escapes.

 

Debemos fijarnos si el motor arranca fácilmente, cómo son los gases de escape nada más arrancar, cómo son tras 10 minutos a ralentí, que tipo de ruido hace el motor, si se acumulan gases en la bañera, cómo sube de vueltas el motor en vacío, y cómo alcanza el régimen de crucero.

 

Si el barco no es de mucha eslora es interesante ir con varios amigos, pues el comportamiento del barco puede ser muy distinto con dos que con ocho personas. Y de paso podrá enseñar el barco a su familia para estar seguro que les gusta y se involucran e ilusionan tanto como usted.

 

 

 

Sonido y vibraciones 

Los buenos mecánicos de coches obtienen mucha información del sonido del motor. De la misma manera, en un barco podemos deducir muchas cosas a partir de los ruidos que hacen los diferentes elementos instalados. Tras la primera inspección, habremos de poner en marcha el motor y "escuchar" como suena. Comprobaremos como se transmite el sonido y vibraciones al resto del barco.

No sólo se trata de localizar posibles averías y fallos. Se trata de saber si su futuro barco está bien aislado y está bien resuelto el tema de las vibraciones para que sea cómodo y confortable. De poco valdrá el aislamiento acústico de los mamparos de la sala de máquinas si los silent-blocks están deteriorados y conducen todo el ruido a la estructura del barco.

Si se aprecian muchas vibraciones es síntoma de un mal alineamiento del eje o de que éste está un poco doblado, o quizás la hélice tiene un fuerte golpe y está desequilibrada. La norma ISO-6954 habla justamente del nivel de ruidos y presión acústica que deben tener los barcos de recreo, pero para ello necesitamos aparatos de medida. A pesar de no ir provisto de decibelímetro a la inspección, es fácil reconocer cuando las vibraciones son volcánicas indicando que existen problemas relacionados con centrados y equilibrados incorrectos.

Si la primera inspección prospera, cuando haga la prueba de mar baje al salón e intente identificar posibles ruidos o crujidos en zonas estructurales como son mamparos o también en puertas y en el plan del suelo.

 

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