Dada la
facilidad que ofrecen los enrolladores de génova, parece una cómoda
opción en caso de mal tiempo y fuertes vientos, el dejar sólo una
puntita de génova para equilibrar el barco, en vez de utilizar una
tormentín.
Se trata de
una mala decisión ya que los tormentines están fabricados con un
tejido mas duro y capaces de soportar las fuertes rachas de un
temporal, pero lo más importante es que su utilizamos sólo la última
puntita del génova, esta se encontrará bastante alta, y por tanto el
centro de empuje de la vela quedará bastante más arriba que si
usásemos un tormentín, provocando más escora.
Por si fuera
poco, un génova muy enrollado y con fuertes vientos ofrece una forma
de vela con demasiada bolsa lo cual no es nada adecuado para las
condiciones de navegación más duras.
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