Revisar
algunos elementos del motor puede asegurarnos su buen funcionamiento
y sobre todo evitar posibles y costosas averías. Invertir algunas
pocas horas al comienzo de la temporada es una
excelente idea para disfrutar del veraneo sin sustos.
Observar posibles goteos tanto de aceite como de agua o de líquido
refrigerante. Localizar la fuente del goteo y detenerlo es muy
importante ya que estos siempre conducen a problemas mayores.
Si la pérdida
es del agua marina de refrigeración debe solucionar el asunto con
urgencia ya que el agua de mar caliente es especialmente corrosiva y oxidará todo lo que encuentre en su camino.
Busque si
existen salpicaduras, charquitos de agua salada, manchas de aceite o
de anticongelante. Si mantiene limpia la sentina y la bancada del
motor, podrá detectar con una simple inspección cualquier pérdida.
El aceite
suele perderse en la rosca del filtro de aceite, la tapa de culatas
y en general en donde exista cualquier tipo de juntas. Observe
atentamente las uniones de tubos con el motor pues pueden
estropearse con el tiempo en la unión en donde aprieta la
abrazadera.
Nuestro
siguiente punto de inspección hace referencia a los manguitos. Estos
se pueden agrietar con el tiempo, haciendo necesaria su sustitución.
Apriételos con los dedos suavemente para ver si están cuarteados, en cuyo caso las
pérdidas están aseguradas. Verifique sus conexiones con otras partes
del motor. Los sitios más típicos en los que se producen pérdidas es
en la bomba de agua salada del circuito de refrigeración, la bomba
del líquido anticongelante, los tubos que conectan al calentador de
agua sanitaria, o en la toma de agua del prensaestopas del árbol de
la hélice.
Si alguna
parte está oxidada, arranque la costra de oxido y lije la zona
oxidada para
prepararla, antes de pintar con esmalte anticalórico del color más
parecido a la pintura original del motor. Si la pieza está muy
oxidada deberá desmontarla y mandarla a un taller para que la
limpien
con chorro de arena a presión y dejarla como nueva. Un exceso de
oxido hace sospechar del ánodo de zinc de protección. Verifique su
estado y sustitúyalo si fuera necesario.
El mejor
aliado de un motor es un aceite siempre limpio, de modo que saque la
varilla medidora, compruebe el nivel y observe el aspecto del
lubricante. A veces el nivel está más alto de lo normal y esto se puede
deber a que algo de refrigerante del circuito interior del
intercambiador pasa al carter. Lo detectará en un aspecto algo
‘lechoso’ del aceite. ¡Ojo con ello, ya que es un mal síntoma que
requiere asistencia profesional inmediata!
Antes de
empezar la temporada cambie el aceite de motor. El filtro solo será
necesario si han pasado el número de horas estipuladas por el
fabricante. Muchas veces no se le presta el cuidado necesario a la
transmisión que debemos cuidar también sustituyendo el aceite pero
sobre todo comprobando el nivel con la varilla.
El líquido
refrigerante debe ser sustituido cada 2 años, pero como ya
comentamos antes, lo más importante es que el nivel sea el correcto,
por lo que debe revisarlo de vez en cuando. No deje que sea muy
bajo, ya que entonces entrarían burbujas de aire en el circuito de
refrigeración y la oxidación se aceleraría mucho debido al oxigeno
del aire. Si el nivel baja regularmente cada cierto tiempo o cada
cierto número de horas de funcionamiento del motor, debe buscar la
causa, y localizar la pérdida.
Los filtros
del diesel son de primera importancia para que le motor no tosa o
simplemente no arranque. Después de un hibernaje es importante
desmontar el decantador para ver si existe presencia de agua.
Límpielos o sustitúyalos si fuera necesario. A veces son útiles
algunos aditivos que dispersan el agua y por tanto evitan
condensaciones y acumulaciones en la partes bajas del depósito. El
filtro de aire debe ser limpiado una vez al año y si estuviera muy
sucio sustitúyalo directamente sin ni siquiera intentar limpiarlo.
Durante el hibernaje puede que la empresa de servicios o en el
puerto hayan tapado el escape para evitar la entrada de bichos.
Compruébelo.
Las correas
tienden a aflojarse con el tiempo y también a cuartearse o
vitrificarse, en cuyos casos las deberemos sustituir. Una correa
demasiado floja no permitirá que cargue el alternador. Con el motor
parado, y al apretarla con el dedo en el punto medio, esta no debe
ceder más de un par de centímetros.
Si a bajas
revoluciones escucha un sonido agudo que desaparece al acelerar es
signo de una correa demasiado suelta. Pero no la tense demasiado ya
que podrían desgastar prematuramente los cojinetes de las poleas de
esta correa, los del alternador, o de la bomba de agua.
Antes de arrancar verifique que suena la alarma de presión de aceite
y que las agujas de los indicadores funcionan. Haga una rápida
inspección buscando las conexiones eléctricas del alternador y demás
cables del motor. Si un cable estuviera oxidado crecerá su
resistencia eléctrica lo que hará que se caliente y pueda ser una
potencial causa de incendio.
Antes de arrancar el motor compruebe si la palanca de gas se mueve
correctamente o por el contrario estuviera algo frenada. En este
caso casi siempre el problema proviene de los cables de mando que
necesitarán algo de lubricación.
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