En
teoría cuantas más palas tenga una hélice..., peor!... El
rendimiento de una hélice decae con el número de palas ya que a
mayor número de palas, menos laminar será el flujo de agua en el que
estas se mueven.
Por ello en los barcos en donde es necesario buscar un alto
rendimiento sin prestar demasiada atención a la máxima velocidad
obtenida se buscarán las hélices de sólo 2 palas.
Una hélice de una sola pala (por ejemplo un remo) podría funcionar
con un excelente rendimiento, pero tendría que girar muy lentamente
para no verse afectado por enormes problemas de equilibrado
imposibles de solucionar a mayores revoluciones.
De modo que no
cabe duda alguna. Las hélices de 2 palas son las que ofrecen el
mejor rendimiento, pero… con solo dos palas, si queremos obtener un
buen empuje utilizando un potente motor, necesitaríamos utilizar una
hélice de mucho diámetro. Para evitarlo, la solución consiste en
aumentar la superficie total de la hélice, y para ello podremos
aumentar la superficie de las dos palas, o bien utilizar 3 o más palas, o
incluso ambas cosas. Esta nueva hélice será capaz de absorber mucha
más potencia entregada por un potente motor, pero el rendimiento
caerá. En muchos casos no importa. Se desperdicia energía al bajar
el rendimiento, pero como metemos mucho motor, el resultado es que
conseguimos empujes muy fuertes. ¡Algo nada ecológico!
Podríamos
hacer un símil con una rueda de bicicleta de carreras cuyo
rendimiento es muy alto al no perderse energía en rozamientos contra
el asfalto por ser muy fina (hélice de dos palas), pero capaz
de transmitir solo la pequeña potencia que un ciclista es capaz de
pedalear, frente al neumático plano y ancho de un formula 1, que
posee mucha superficie de contacto con el suelo (hélice ancha de
muchas palas), que puede transmitir los 1.000cv del motor, de
los cuales una parte importante se desperdicia en calor por
rozamiento con el asfalto.
Obviamente,
aunque el rendimiento del neumático del Formula1 sea pequeño en
comparación con la rueda de bicicleta, logrará moverse a una
velocidad muchísimo más alta. La cuestión está en multiplicar la
potencia del motor por el rendimiento.
Pero no todo
es malo al aumentar el número de palas. Cuantas más palas tenga la hélice más alta será la
frecuencia a la pueda generarse una resonancia con el casco del
barco, y como estos suelen tener frecuencias de resonancias bajas,
al aumentar el número de palas, también disminuyen la posibilidades
de vibraciones molestas, y los fenómenos de interferencias (mecánica
ondulatoria). Al final una buena solución de compromiso son las
hélices de tres palas y por esta razón la gran mayoría de hélices
tanto en veleros como en motores fuera bordas son de tres palas.
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