Ya en la
época del vapor cada una de estas formas de propulsión tenía sus
seguidores y sus detractores. La controversia era importante, de
modo que el almirantazgo británico decidió salir de dudas enfrentando a dos buques idénticos y equipados con el mismo
motor de vapor, uno de ellos equipado con tracción por un eje
con hélice y el otro movido por ruedas de molino, como las de
los barcos del Missisipi. El Rattler con hélice ganaba
sistemáticamente en todas las pruebas frente al Alecto.
Para
asegurar los concluyentes resultado, se unieron mediante una
larga soga ambos barcos por sus popas y con motores a tope se
comprobó como el Rattler avanzaba a 3 nudos de velocidad
arrastrando al pobre Alecto que a pesar de llevar las calderas a
tope de presión y con viento favorable perdía la prueba de forma
evidente.
La
invención de la hélice se atribuye tanto al inglés Smith, que
la patentó en 1835, como al sueco Ericson o a los franceses
Sauvage y Normand.
En
una hélice, las dos caras de la pala trabajan, como lo hace el
ala de un avión. La cara anterior produce una sobrepresión que
empuja, mientras que en la cara posterior se produce una
depresión que ‘chupa’. Por el contrario en un sistema de
propulsión basado en las ruedas de paletas, sólo la cara
anterior trabaja por resistencia, como lo hace el remo de una
barca.
La
diferencia es equivalente a la que existe entre un foque cuyo
perfil trabaja como el ala de un avión, frente a una vela por
resistencia como un spinnaker en la que sólo la cara enfrentada
al viento produce potencia vélica.
Artículos relacionados:
-
Hélices Marinas
-
¿Por qué empujan las
hélices?
-
Vibraciones debidas a
las hélices
-
Girar sobre si mismo
con el empuje lateral de la hélice
-
Girar sobre si mismo
con el empuje lateral de la hélice
-
Motores marinos: el
Par Motor y la potencia
-
El rendimiento de un motor
|