querer, al instalar un bulbo para
equipar un sonar militar, se dieron cuenta que aquellos barcos
consumían mucho menos combustible. Aquello demostró que siempre
existe lugar para la innovación y las mejoras.
Algo parecido
ocurría hace
pocos años en un
departamento de
ingeniería en
una empresa
naval de Estados
Unidos. Si las
hélices trabajan
según un
principio
parecido al de
las alas de los
aviones y éstas
han evolucionado
en los aviones
comerciales al
añadirse los "wind-Tips"
que reducen los
vórtices en sus
extremos, quizás
se podría
rediseñar las
hélices de los
barcos para
mejorar el flujo
del agua
impulsada e
incrementar por
tanto el
rendimiento.
La hélice Sharrow
Así pensaban en Filadelfia los
ingenieros de Sharrow Engineerings. Se hicieron muchos diseños
mediante impresoras 3D y pruebas en los canales hidrodinámicos de la
Universidad de Michigan, probablemente la universidad más importante
en ingeniería naval de EEUU, hasta que finalmente el ingeniero jefe
Greg Sharrow dio con una modelización que conseguía mejorar las
hélices típicas que hasta ahora conocemos de dos, tres o cuatro
palas. Y es que la clave de la mejoría no reside en el número de
palas, si no en el diseño de estas con una forma continua de lazo
que evita los bordes y discontinuidades, como ocurre con las hélices
conocidas hasta la fecha.
Antes de pasar al modelado 3D, se
hicieron diferentes estudios mediante programas de dinámica de
fluidos computerizada (CFD) y estudios de análisis de elementos
finitos (FEA) que dieron lugar a los primeros modelos y pruebas
reales.
El inventor Greg Sharrow además de
ingeniero, es director de producción de vídeos y recibió el encargo
de desarrollar una hélice silenciosa para crear drones ultra
silenciosos para la industria de filmación, en donde el nivel de
ruido es un factor importante, y para aplicaciones militares.
Greg se dio cuenta que el ruido es
generado por los vórtices creados en los extremos de las palas.
Había que suprimir los extremos y acabar con las discontinuidades,
pues son estos vórtices terminales los que generan ruido,
vibraciones, rozamientos y pérdidas de rendimiento. El nuevo modelo
de Greg reduce drásticamente la cavitación y por tanto propulsa por
el mismo consumo energético, más volumen de agua a mayor velocidad.
Los resultados conseguidos son tan
buenos, que Sharrow comenzará la venta y distribución durante el
próximo salón de Miami en Febrero de 2020.
Diseño nuevo, o re-evolución de
lo ya inventado
A tenor de la imagen rescatada de
1914, no parece que sea tan nueva la nueva hélice de lazo cerrado.
A principios de siglo se montaron dos hélices cuyos alabes habían sido
inclinados unos hacia proa y los posteriores hacia popa, para que el
diseñador inquieto ideara la conexión de cada pareja de alabes y
conseguir así esta hélice de lazos cerrados ahora re-inventada.
Hace 100 años, quizás la idea fuera
fruto del capricho de un ingeniero superdotado, o de la sensación de
una mayor solidez estructural del conjunto, o de necesidad de no
estropear los vértices de las palas en las aguas de los puertos más
someros.
Lo cierto es que hace 100 años nadie
sabía de la necesidad de montar "tips" en las alas de los aviones
para mejorar la mecánica de fluidos, y poco se sabía sobre el
estudio de vórtices y cavitaciones en las hélices navales. Sea como fuere, la existencia de
este diseño de nuestros tatarabuelos, quizás produzca "peleas" en
los juzgados y departamentos de patentes, pues la Sharrow parece que
mejora y por goleada todo lo existente hasta la fecha y sin embargo
la base conceptual no parece tan innovadora.
Las primeras pruebas de hélices
Sharrow: +15% de rendimiento
El incremento conseguido es importante
dependiendo del tamaño, paso, velocidad angular, y numero de palas.
Los ingenieros de Filadelfia estiman mejoras de rendimiento entre un
9º y un 15% respecto a los diseños estándar en la industria
conocidos como "Wageningen B-Series".
Los últimos 7 años de investigación y
desarrollo han conducido a 22 nuevas patentes y acuerdos con
fabricantes e importantes astilleros que comenzarán a utilizar en
breve, este tipo de hélices de lazo cerrado.
Cooperación con el
laboratorio hidrodinámico de la Universidad de Míchigan
El departamento de ingeniería naval de
la universidad de Míchigan cerró un acuerdo con Greg Sharrow para
desarrollar esta nueva hélice y así poder formalizar y comprobar las
ventajas del nuevo diseño por un organismo independiente. Se
fabricaron modelos a escala real optimizados para grandes mercantes
y petroleros y naturalmente barcos de recreo e incluso drones,
aunque estos sean un mercado residual. Por el contrario, el ahorro
de combustible en un gran mercante es muy importante, pues estos
enormes leviatanes consumen decenas de miles de euros al día, todos
los días del año.
En las fotos del canal de estudios
navales se puede apreciar cómo mientras una hélice convencional
produce un vórtice en sus extremos, la línea de flujo (naranja) que
atraviesa una hélice Sharrow atraviesa sus palas sin romperse en los
vértices.
Fabricar una hélice Sharrow
Tan importante es tener una buena
idea, como poder desarrollar un método de producción que mantenga el
precio del producto dentro de los márgenes normales. Se han
empleados tecnologías innovadoras de impresión tridimensional que
han permitido acelerar la producción de modelos a escala real para
probar y conseguir el desarrollo más optimizado a cada tipo de
embarcación.
Pero la producción a gran escala, se
realizará aún por sistemas de fundición más conocidos, pues el 3D
aún es caro en comparación con otros métodos, aunque si es posible,
pues ya existen impresoras 3D para aluminio, que depositan pixel a
pixel micro-partículas de aluminio fundido. Para las pruebas reales
el sistema elegido ha sido el fresado con máquinas de 5 ejes movidos
por ordenador.
Comparativas reales
En náutica de recreo se han realizado
tests reales, concretamente con una motora de 6,2 metros de eslora
equipada con el mismo fueraborda de 150 cv, en el cual se ha probado
con dos hélices estándar en Inox y la nueva Sharrow. Entre test y
test se volvió a llenar el depósito de gasolina para que las
comparativas fueran rigurosamente en las mismas condiciones. Se
instaló un caudalímetro de alta precisión para poder evaluar los
rendimientos y ahorros de combustible.
Con la primera hélice de 15 pulgadas,
el barco se puso en planeo a partir de las 3.600
rpms
y a 4.000 rms se alcanzaron los 27,7
nudos con un consumo de 4,5 millas por galón. Con la segunda hélice
de mismo paso y diámetro, muy conocida en el mercado por su eficacia
y bajo consumo, se obtuvieron valores muy parecidos pasando al
planeo a 3.400 rpms y obteniendo una lectura de consumo a 3.500
vueltas de 4,3 millas por galón. La Sharrow probada de mismo
diámetro, fue tallada a partir de un bloque de aluminio en una
fresadora de 5 ejes y mostró una completa falta de vibraciones en
comparación con las dos anteriores. Esta nueva hélice consigue una
elevada tracción debida a sus 3 palas y 3 adicionales de cierre del
lazo, haciendo que el barco parezca que va extraordinariamente
"‘agarrado" a la superficie del mar, lo cual permite hacer giros
cerrados con mayor confianza y sin derrapes. El barco en las mismas
condiciones se puso en planeo a 2.700 rpms.
Es bien sabido que las hélices con
mayor número de palas producen menos vibración y son más silenciosas
y la Sharrow, aún siendo de 3 palas como las dos comparadas, en
realidad es como si fuera de 6 palas lo cual explica su
impresionante suavidad.
En cuanto a velocidad, la Sharrow
también logró los mejores resultados desde el ralentí con una mejora
del 16% y mejora del consumo también del 16%. Es importante destacar
que, de media, el 40% del tiempo los barcos navegan a ralentí, lo
cual da una idea de la importancia en esta mejora a bajas
revoluciones.
A 1.000 rpms la comparativa entrega
mejoras de un 14% y 17 % frente a las otras dos hélices y mejores
consumos en un 4% y 8% respectivamente. A 3.000 rpms las mejoras son
escandalosas, pues como sólo la Sharrow ha alcanzado el planeo, el
consumo baja a la mitad frente a las dos otras hélices. A 4.000 rpms
la Sharrow conseguía una aplastante mejora de velocidad de 17% y
19%, respecto a las dos hélices convencionales.
Optimización para un tipo de
navegación
Ya lo saben los aficionados a navegar
a altas velocidades. Si queremos las más altas prestaciones en
velocidad para un mismo motor, tendremos que montar hélices de alta
velocidad, con las cuales perderemos en rendimiento a bajas y medias
revoluciones, mientras que si montamos una hélice que vaya bien para
cruceros normales, no lograremos alcanzar la más alta velocidad.
Este compromiso siempre molesto, queda
olvidado con las Sharrow pues se consiguen las mejores prestaciones
en los dos extremos de las revoluciones. Igual de sorprendente e
interesante es que la Sharrow mejora los consumos en todo el rango
de revoluciones y velocidades.
Quizás veamos en poco tiempo a toda la
industria cambiando sus hélices habituales por las Sharrow. No sería
la primera vez que toda una industria cambia de la noche a la mañana
debido a una innovadora mejora. Ya ocurrió con los Skies hace 20
años con la aparición de las perfiles "carving" que dejó simplemente
obsoleto a todo lo anterior, y en unas pocas temporadas todas las
tablas de ski fueron actualizadas.
Razones hay para ello pues el nuevo
diseño Sharrow consigue mejores consumos y mejores vibraciones
avanzando a ralentí o bajas revoluciones, logra planeos a muchas
menos revoluciones al conseguir una tracción mucho mayor debido al
incremento de superficie de pala de los cierres de bucles,
disminuyendo la resistencia hidrodinámica al desaparecer los
vórtices de discontinuidad. También mejoran las velocidades y
consumos a cualquier régimen e rpms, especialmente a las
revoluciones a las que otras hélices aún no han conseguido hacer
despegar el casco del agua.
En las pruebas reales, se mejoró el
consumo a velocidad crucero de 26 nudos en un 18% lo cual es una
cifra que por si sola debería ser recordada por toda la industria
náutica, pero además ha permitido lograr una velocidad punta más
alta, y todo ello con una navegación más cómoda y asentada en giros
cerrados a altas velocidades, menores vibraciones y percepción
sonora más baja, y mayor potencia y rendimiento al operar con la
hélice en contragiro durante las maniobras en marcha atrás.
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