Ajuste manual de los flaps
Pero antes de conocer las fantásticas ventajas de estos nuevos
equipos debemos aprender a manejarlos con eficacia.
Pequeños
ajustes:
Este es uno de los trucos para conseguir buenos resultados. Hay que
manejarlos con pequeños saltos y esperar mientras comprobamos la
reacción del barco antes de volver a actuar brevemente sobre ellos.
El tiempo que transcurre desde que aplicamos la corrección al flap
hasta que notamos su influencia, dependerá del tamaño del flap y de
la velocidad a la que estemos navegando.
Evitar sobre-actuar sobre los flaps:
Meter demasiado trim para las condiciones del mar y de velocidad que
llevemos, forzará un asiento demasiado aproado creando una marcada y
profunda estela. Corrija quitando flaps hasta notar que la proa
parezca ligera sin tampoco elevarse en exceso. Llevar la proa muy
clavada es peligroso especialmente a altas velocidades pues
incrementa el peligro con algo de oleaje de pasarse por ojo al
pinchar con la proa una ola demasiado grande.
Pilotar en el fly-bridge:
Desde arriba es más complicado apreciar el comportamiento de la
embarcación y por ello, un sistema eficaz para ver como llevamos el
asiento del casco consiste en observar las salpicaduras y rociones
que la proa produce al avanzar a toda velocidad y la forma y
anchura de la estela que dejamos por detrás.
Si nos falta trimado, observaremos más “sprays” en popa que por
proa, así como una marcada y ancha estela. Al meter flaps las
salpicaduras pasan hacia delante, y disminuyen a popa a medida que
las vemos aparecer por la proa. Además, observaremos como la estela
se hace más fina y se forma bien alejada del barco. Por último,
comprobaremos como el régimen de giro del motor se incrementa sin
tocar la palanca de gases, lo cual es una indicación muy clara de que
hemos aumentado el rendimiento al disminuir el rozamiento total del
barco.
Corregir la escora: Con viento lateral, mucha gente a una
banda, pesos incorrectamente distribuidos…. Hay muchas razones que
producen a una navegación escorada y por tanto incómoda y poco
eficaz. El efecto es muy notable en las lanchas con cascos con una V
marcada. En estos casos debemos actuar sobre uno de los dos flaps
para corregir la inclinación del barco. Si el barco está tumbado, por
ejemplo a estribor, debemos actuar sobre el flap de estribor para
aumentar la sustentación necesaria para equilibrar el casco.
Durante la arrancada: Los flaps consiguen disminuir de forma
muy significativa el tiempo de planeo al conseguir alcanzar una
velocidad de planeo por debajo de la normal. De esta manera aumenta
la aceleración del barco pues una vez alcanzado el planeo a
velocidad más lenta, podremos ir quitando flaps sin perder el planeo
mientras seguimos adquiriendo más velocidad.
Sin flaps, la
arrancada clavará la popa en el agua
Gracias a los flaps, esta etapa de aceleración se produce con un
asiento más horizontal y por tanto sin necesidad de hacer un uso
exagerado del Power-Trim de la cola, o del motor fueraborda.
Recordemos que al conseguir en el barco un asiento casi plano, el
eje de la hélice produce todo el empuje sobre el plano horizontal y
sobre nuestro vector de avance, y por tanto más energía del motor es
invertida en ganar velocidad y energía cinética, en vez de aumentar
la estela blanca tras la popa.
Con el flap plano y sin meter en el agua comenzamos a acelerar
mientras observamos como la popa del barco tiende a hundirse
mientras la proa se levanta. Debemos ir corrigiendo esta actitud del
barco, mientras el barco va ganando velocidad. Iremos metiendo trim
a medida que aceleramos. Pero.… en cuanto el barco comienza a planear
debemos ir recogiendo el trim a cortos golpecitos.
Trucos para navegar con flaps
Como ya comentamos, navegar con flaps en mala mar permite controlar
la proa hacia abajo, para que la “V” de la parte anterior de la carena
haga su trabajo, nos evite rociones y tengamos una navegación menos
movida. De la misma forma, al navegar en mares más planos y a altas
velocidades de planeo, de vez en cuando la proa tiende a salta al
cielo hasta caer lentamente por la fuerza de la gravedad. En esta
situación un poco de flaps mantendrá la proa más pegada a la
horizontal brindándonos una navegación más cómoda y posiblemente con
algún nudo más de velocidad.
Cuando estemos
en las desembocaduras de ríos, en aguas portuarias o en general en
donde se manifiesten corrientes, debemos retirar todo el flap para
evitar ser influidos por estas corrientes. Y lo mismo debemos hacer
cuando demos marcha atrás. Todo el flap debe estar arriba pues
producen mucha resistencia y lo hacen de forma muy incontrolable. Si
un flap hubiera quedado más abajo que otro, al dar marcha atrás el
barco tendrá una marcada tendencia a pivotar sobre el flap más bajo
y a descontrolar la maniobra.
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