de
casi 60 metros, con más acero en sus entrañas que la Torre Eiffel, y
capaz de trasladar 18.000 contenedores de 20 pies cúbicos.
Si los apiláramos en la calle podríamos montar un rascacielos tan
alto como los de Nueva York, o cargar el
contenido de 30 trenes de 2 kilómetros de longitud, o almacenar por
ejemplo unos 36.000 coches organizados en cajas. En cualquier caso
las medidas son descomunales así como el precio del
barco; casi 200 millones de Euros.
Sin
embargo el “Triple E” no es el mayor barco jamás construido, pues en
1970 el “ULCC” medía algo más. Sin embargo estos barcos de los años
70 fueron ya hace tiempo desguazados tras una década de servicios y
sustituidos por otros menores pero más seguros con doble casco.
En
la construcción de mercantes, sin embargo
existe, un límite que no físico para la
construcción. Se trata del tamaño máximo para poder transitar por el
canal de Suez, de Panamá o por el complicado estrecho de Malaca,
situado entre Malasia e Indonesia. Y también son necesarias
instalaciones portuarias inmensas capaces de cargar y descargar
estos monstruos de acero.
La
economía de escala obliga a las navieras a construir barcos cada vez
más grandes, y estas a su vez fuerzan a las autoridades portuarias a
construir grúas más altas y eficaces, so pena
de perder un suculento pastel del negocio. Las
navieras exigen grúas capaces de cagar o descargar el barco en 24
horas, lo que da un ratio de ¡un container
cada 5 segundos! Esto se consigue operando con muchas grúas de forma
simultánea que trabajen a mucha velocidad. Y además son necesarios
puertos con mucha superficie de almacenamiento, además de disponer
de viales de acceso por carretera o red ferroviaria muy bien
planificada.
Actualmente hay 163 mega-mercantes operando en los mares capaces de
trasladar más de 10.000 Tn, pero ya están en construcción otros 120
más, incluyendo el “Triple E”. El 2,7% de
todos los gases nocivos y contaminantes emitidos en
el planeta corresponden a estos leviatanes marítimos, y la
cosa va en aumento. A todo ello se suma el terrible efecto
acumulativo del envenenamiento de los mares por las pinturas
biocidas (anti-foulings). Estamos ante un problema de primera
magnitud pues el “modelo mundial” es insostenible a medio plazo.
Mercantes más ecológicos
No
queda más remedio que inventarlos. No es un asunto de política. Es
imperativo aportar nuevos motores y soluciones más ecológicas si
queremos mantener vivos nuestros mares y por tanto el planeta. La
naviera Maersk calcula que con motores de nueva generación y bajando
la velocidad crucero de 25 a 23 nudos, es posible reducir en un 50%
las emisiones nocivas.
Los
mercantes más grandes consiguen un ratio de contaminación por
container transportado más reducido, pero el problema debe
contemplar también el gran aumento del tráfico marítimo. Por ejemplo
el hecho de navegar a 15 nudos en vez de 25 nudos consigue ahorros
enormes de combustible, a cambio de alargar la duración de los
viajes y por tanto obligar a disponer de barcos mayores para
conseguir igualar el volumen de mercancías transportadas a lo largo
de un mismo período.
El
desafío es muy complicado y requiere la actuación coordinada de
todos los gobiernos del mundo. Debemos conseguir transportes más
eficientes y reducir la contaminación y la aniquilación de los
mares… o el futuro no será posible, al menos para nosotros,
la especie humana.
Artículos relacionados:
-
Los gigantes del mar
-
Cargo Xpress; el futuro del transporte
marítimo
-
Mercantes en el mundo
-
Cargo Xpress; el
portacontenedores español
-
Arrollados por un
mercante
-
El peligro de los contenedores