cambiar hacia la doble
cabalgadura. Sin
embargo, otros
lo han tenido
claro y aún
disfrutando de
ello han
decidido
permanecer
fieles a los
monocascos.
La decisión dependerá mucho de en dónde
ponemos nuestras prioridades y sobre todo del tipo de navegación que
deseemos realizar. No es lo mismo irse de veraneo en velero, de cala en cala
por las Baleares, a pretender hacer la vuelta al mundo. Y si este fuera el caso, nada
tiene que ver ponerse a rumbos portantes con los alisios, a desear
hacer la costa Argentina para bajar a Ushuaia y atravesar Magallanes
para adentrarse en el Pacífico Sur, en cuyo caso, un cata como los
que ofrecen las empresas de charter no es la mejor elección...
Aunque la primera sensación al tomar
las riendas de un cata sea un poco intimidante debido a su generosa
manga y la aparente dificultad de manejar tal armatoste entre los
estrechos canales de los puertos, el desafío deja de serlo
rápidamente, si ya tenemos experiencia en llevar otros barcos.
La curva de adaptación es muy rápida.
Las maniobras con ciaboga
Al coger un cata por primera vez, es
importante practicar maniobras. Salir de
puerto y regresar a los pocos minutos, para
practicar amarradas en distintas condiciones; La amarrada será más complicada cuando
llegue a un puerto nuevo, pero si ha practicado la maniobra en su
puerto conocido, habrá
ganado en experiencia y tranquilidad.
Abandonar el amarre es siempre mucho
más fácil que meterlo en el hueco asignado por el marinero. Salir
de un amarre con los motores templados, no requiere más que meter
avante a ralentí en los dos motores para que el barco salga recto.
Antes debemos preparar la maniobra y pasar las amarras de popa con
vuelta al noray de forma que baste soltar el cabo para que estas
circulen alrededor del noray y quedemos libres. A los pocos segundos
y justo un poco antes de llegar a la "calle" ya habremos pasado a
punto muerto para esperar que la inercia termine de sacar el cata
del amarre.
Olvídese del timón. No toque para nada
la rueda del timón ya que todo la maniobra debe ser efectuada
haciendo ciaboga. Dependiendo del sentido de la rotación, habremos
de poner un motor en marcha avante y el otro en marcha atrás. Cuando
el cata esté a punto de finalizar la rotación pondremos los dos
motores en avante y entonces enfilaremos la bocana para salir del puerto…
En un cata, a diferencia de una motora
o velero incluso con dos motores, la respuesta de los motores en ciaboga es
magnífica debido a la gran manga de los catamaranes y por tanto al
potente brazo de palanca que ejercen los propulsores frente al centro de
deriva.
La cosa funciona de la misma manera a
la llegada mientras avanzamos por la calle para alcanzar el sitio en
el que vayamos a amarrar popa al muelle. Pero necesitamos ser más
finos para decidir donde debemos comenzar la rotación con ciaboga y
modular la cantidad de potencia que ponemos en cada motor, uno en
avante y otro en atrás. Es importante tomar referencias respecto a
los barcos vecinos de pantalán, pues el cata además de efectuar el
giro en redondo puede sumar una velocidad de traslación que debemos
anular dando más o menos potencia a los motores.
Podríamos hablar y hablar sobre ello,
indicando por ejemplo que el comienzo de la rotación debe efectuarse
cuando tengamos el cata pasada la perpendicular del hueco asignado,
pero esto dependerá de la velocidad que llevemos y sin lugar a
dudas, lo mejor es dedicar unas horas a practicar amarradas.
Lo mejor es antes de abandonar el
amarre explicar a un marinero nuestras intenciones y preguntarle si
podemos ir a unas plazas en donde existan varios huecos juntos.
Créame, es más fácil de lo que en un principio pudiera parecer.
Aunque requiera unas pocas horas cogerle el tranquillo y ganar en
tranquilidad, practicar las amarradas es lo primero que debemos
hacer para tomarle el pulso al cata.
La visibilidad desde la bañera
Es uno de los grandes cambios a los
que debemos adaptarnos y la cosa cambia mucho dependiendo del modelo
y de la zona desde la que vayamos a hacer las maniobras. La
superestructura de un cata tapa de forma decisiva la visión al
frente, y sin embargo desde un puesto de gobierno bien diseñado
sobre-elevado, tendremos buena perspectiva a nuestro alrededor. Muchos catamaranes son fabricados con Fly-Bridge
desde donde la visibilidad es excepcional. Por ello, y si el barco
es de este tipo y disponemos de tripulación para ayudarnos con las
amarras, muchos patrones estarán arriba cuando maniobren en puerto.
Otros catas tienen puesto de gobierno
en las dos bandas de la bañera y lógicamente debemos estar durante
la navegación a vela, en aquella que nos ofrezca la mejor
visibilidad. Para ajustar las velas hay que mirarlas, y los hard-tops
que vienen montados de serie a veces obstruyen seriamente la vista
al embolsamiento y forma de la vela impidiendo el correcto trimado.
De nuevo cada marca y modelo son diferentes y algunos ofrecen una
ventana transparente para poder observar el "trapo".
Otros no
ofrecen ninguna dificultar pues el puesto de mando y maniobras
está pensado para ser efectuado desde el fly en donde no nos faltará
información visual hasta varios kilómetros a la redonda, pero a
cambio perderemos de vista a los marineros y lo que hacen con las
amarras, al quedar estos tapados de nuestra vista por el suelo del
Fly.
A diferencia de un monocasco, la
visibilidad desde el salón y en el puesto de gobierno interior es
excelente. Es una gozada por ejemplo, ir cocinando o haciendo
cualquier cosa sentados cómodamente en la mesa del salón, mientras
miramos adelante hacia el horizonte protegidos del frío, y haciendo
alguna corrección de rumbo si fuera necesaria.
Uso del Springs
Si tenemos el barco abarloado a un
muelle, y si no tenemos hélice de proa como suele ser normal en casi
todos los catas al no ser necesario dado el uso de dos motores en
ciaboga, cuando vayamos a separarnos de un muelle para salir de una
marina, y como también hacemos con un monocasco, el uso del "Spring",
para pivotar el barco apoyándonos sobre una defensa es una maniobra
muy adecuada.
Para ello debemos amarrar un Spring en
una cornamusa de proa del cata y pasarlo por un noray en el muelle
en la zona donde esté la popa del barco, de tal forma que cuando la
popa se abra podamos dejar libre el cabo para que este corra sobre
sí mismo. Dependiendo de la orientación y la dirección del viento,
la maniobra puede ser efectuada con spring sujeto a popa y largando
desde proa para que esta se abra pivotando sobre una defensa de
popa. Cuando el barco esté abierto unos 50 grados, habrá llegado el
momento de dar avante a buscar la salida de la marina, debemos tener
presente que debido a la importante manga del barco cuando viremos,
la popa se irá al lado contrario al rumbo de proa, por lo que
es buena idea volver a tirar de ciaboga para pivotar algo sobre
nuestra posición y alejarnos más del muelle.
Tenga cuidado cuando prepare una
amarra que vaya a ser soltada dejando libre el chicote que nos
sujeta al noray. Si está retorcida aunque solo sean una o dos
vueltas sobre sí misma, la resistencia que ejercerá será importante
y puede bloquear la liberación y dar al traste con toda la maniobra.
Aseguremos que la amarra corre libre y puede dejar libre el barco en
cuanto la soltemos.
A tener bien en cuenta en un
Catamarán
Cuando hay viento fuerte y si este es
cruzado en la salida de un amarre o al llegar a una marina, debemos
estar más concentrados porque la influencia de la gran
superestructura de la obra muerta del cata es literalmente una
potente vela que se enfrentará a nuestros deseos de poner el cata en
su sitio. Ante la duda, espere al atardecer o programe la
navegación para llegar a esas horas, que es cuando las
condiciones de viento suelen descender de forma drástica.
Y todo lo dicho hasta ahora como
"aperitivo" o toma de contacto al tomar los mando de un cata por
primera vez.
Quedan muchos asuntos interesantes que
diferencian la forma de navegar y maniobrar con los catamaranes,
como por ejemplo las maniobras de fondeo con condiciones fuertes en
las que puede ser necesario montar una pata de gallo, o intentar
"cazar" una boya de fondeo, o conocer las mejores estrategias para
mejorar la navegación con vientos del primer y cuarto cuadrante en
la que es bien conocido que los catas "pinchan" frente a los
monocascos. Todo ello lo afrontaremos en una próxima segunda parte.
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