contraídas.
En ese deplorable estado, con las colas y motores destrozados por falta de
mantenimiento, con el casco horriblemente envejecido, y muchos
sistemas estropeados, el valor del barco es muy inferior a lo que se
le debe a la Marina deportiva o al club náutico. Además en este estado el
barco es virtualmente invendible dada la actual situación del
sector, la oferta del mercado y de la crisis económica.
Pero el barco
sigue registrado a su nombre y aunque con deudas cada vez mayores,
seguirá siendo legalmente suyo “persecula seculorum”. El puerto
deportivo no puede disponer de un bien que no es suyo por muchas
deudas que tenga este armador, siendo necesario pleitear en los
tribunales para que finalmente pasados los años se procediera a un
embargo en la mayoría de los casos,
inabordable por los costes judiciales y las enormes demoras que todo
ello genera en el
tiempo.
Mientras tanto
el barco se sigue destruyendo inexorablemente y lo que es peor….
Ocupando una plaza de amarre que,
en algunos casos, llega a ser muy costosa
para el puerto deportivo o para aquellas
marinas que tienen demanda de plazas durante los meses
estivales como ocurre por ejemplo en las Islas Baleares.
Respuesta de ANEN y FEADPT
Son muchos los que reclaman a la
administración soluciones que permitan agilizar estas situaciones.
Con los coches abandonados en las grandes ciudades ya se solucionó
el problema desde hace años. El ayuntamiento pone una pegatina de
colores fosforitos en el parabrisas, y si pasados un par de meses no
la retira el dueño y este sigue sin moverse…. Llega la
grúa que se lo lleva al desguace. El propietario pierde
automáticamente todos sus
derechos sobre el vehículo. Una solución lógica, eficaz,
correctamente legislada y muy ágil…
Resolver el creciente problema que
acarrea el abandono de embarcaciones de recreo en puertos y otras
instalaciones náutico-deportivas es una de las necesidades urgentes
para el sector náutico. Las medidas han de venir tanto por la vía
estratégica, con soluciones técnicas, como por la vía legislativa,
con la actualización del marco normativo que regule esta práctica y
a la vez impulse la renovación de la flota nacional de embarcaciones
de recreo.
¿Por qué no se hace algo parecido con los
barcos abandonados?
Los equipos técnicos y la gerencia de
los puertos se encuentran sin medios y sin respaldo administrativo y
legislativo para hacer frente a esta situación que, además de
ofrecer una deplorable imagen de cara a los
usuarios y al turista náutico, puede suponer un peligro para la
seguridad del puerto.
La realidad actual es que no existe un
marco legislativo que regule de forma eficiente y ágil la retirada y
reciclaje de las embarcaciones de recreo en desuso u obsoletas, pues
los procedimientos vigentes son tediosos y no
ofrecen soluciones eficaces.
En la mayoría de los casos el
propietario de la embarcación sin recursos para deshacerse de su
viejo barco, opta por el abandono. En este sentido, la Asociación
Nacional de Empresas Náuticas (ANEN) y la Federación Española de
Asociaciones de Puertos Deportivos y Turísticos (FEAPDT) han sumado
sus esfuerzos para solicitar a la Administración una actuación
urgente que solvente esta preocupante situación.
Por una parte, ambas entidades
reclamarán al Ministerio de Industria planes paralelos a los que se
han adoptado para el sector del automóvil, como el plan PIVE, cuyos
resultados en ventas y dinamización del
mercado ya se han dejado sentir con datos fehacientes.
Por otra, en lo que se refiere a la
regulación de las embarcaciones abandonadas, se ha propuesto tanto
al Ministerio de Justicia como a la DGMM un procedimiento
extrajudicial (de jurisdicción voluntaria)
que permita, con la sola intervención notarial, proceder a la subasta pública de las embarcaciones abandonadas o morosas
sin tener que acudir a nuestros tribunales de justicia. Esta
propuesta cuenta también con el respaldo del Consejo Notarial a
nivel estatal.
De esta forma, los depositarios de
embarcaciones abandonadas podrían recuperar directamente los gastos
y deudas originados a través de la venta en pública subasta de la embarcación, o bien proceder a su desguace y baja registral,
pudiendo repercutir estos costes al armador y agilizando el proceso.
Otra de las cuestiones en las que
trabajarán ambas patronales consistirá en la elaboración de un
control de la flota de embarcaciones de recreo actualmente en activo
en nuestras costas, e inscritas en el
Registro Marítimo Español. Para ello, se contará con la estrecha
colaboración de la DGMM.
Artículos
relacionados:
-
Reciclar los barcos
-
Deshacerse de los barcos obsoletos