Ventajas del
Aluminio
Existen muchos materiales de
construcción apropiados para la creación de cascos y
embarcaciones. Desde la madera, el fibro-cemento, acero, fibra
de vidrio, Aluminio, y toda una serie de nuevas aleaciones metálicas,
acero-inox, incluso titanio, o el increíblemente ventajoso pero
muy caro Monel (aleación al 65 de Niquel y cobre) sobre el que
es incluso innecesario utilizar antifouling!
Pero de entre todos ellos, y si
tenemos en cuenta además de las prestaciones mecánicas
conseguidas, las importantes cuestiones del coste y la facilidad
de trabajo (otra vez los costes), y además tenemos en cuenta
cuestiones como factores de envejecimiento, mantenimiento, y
perdidas de valoración por el paso del tiempo, el aluminio se
perfila como uno de los materiales de construcción naval más
ventajosos. Veamos el porqué:
- Mayor
resistencia: Es
evidente que el aluminio tiene mayor resistencia que la fibra.
Esto se traduce en menos averías (no tiene problemas de ósmosis,
ni fisuración), y por tanto en menor gasto de
mantenimiento. Un choque contra unos bajos de roca o un roce en
unos arrecifes, en fibra supondrían una avería posiblemente
importante y de reparación muy costosa. El aluminio, gracias a
su elevada ductilidad, es uno de los metales que menos se
fracturan, y no da problemas de fisuración.
- Mayor
rigidez: Los cascos
fabricados en aluminio y también en acero, al realizarse mediante
soldadura de todas sus pieza estructurales y estas a su vez con
las chapas de recubrimiento adopta una estructura totalmente
compacta que produce una gran rigidez estructural, traduciéndose
en menores fatigas del material y por tanto en una mayor
seguridad y posibilidad de soportar estados de la mar más
duros. No en vano cada vez se utilizan más los cascos de acero
y aluminio para las embarcaciones destinadas a soportar
condiciones duras de la mar. Muchos navegantes transoceánicos
aconsejan embarcaciones de cascos metálicos por sus múltiples
ventajas.
- Mejor
estanqueidad: El
aluminio como el acero es ciertamente tan impermeable como la
fibra, pero... Los cascos metálicos en acero o aluminio
permiten soldar los distintos elementos de la cubierta o del
interior directamente a su estructura. De esta manera no es
necesario perforar las cubiertas o elementos estructurales para
por ejemplo fijar mediante tornillos pasantes un carril de
escotas o cualquier elemento o soporte para una
jarcia, incluso una mesa interior o cualquier otra
mecanismo, componente o dispositivo. Al eliminar una parte importante de perforaciones disminuye
proporcionalmente las posibilidades de perder estanqueidad.
- Menos
consumo: El aluminio es más ligero
que la fibra, siendo las diferencias mayores a medida que
aumenta el tamaño de la embarcación. Esto supone mejor
maniobrabilidad, mayores prestaciones y lo que es mas
importante, menor consumo de
combustible.
- Mayor
seguridad: el
aluminio no se quema con el fuego. Un incendio en una lancha de
fibra puede dar con la embarcación en el fondo del mar, ya que
ésta se consume. En caso de un choque contra un fondo rocoso,
la fibra se rompe y eso supone un vía de agua en la embarcación,
impidiendo la navegación al llenarse el casco de agua. Por el
contrario, el aluminio gracias a su elevada ductilidad y baja
fragilidad, se deforma y no se fisura, por lo que no hay vía de
agua. Para romper el aluminio el golpe tiene que ser
especialmente violento.
- Menor
mantenimiento:
El aluminio no necesita ser pintado pues es prácticamente
inmune a la corrosión. Por ello es normal ver cascos totalmente
desnudos y brillantes como acabado final para tales
embarcaciones, aunque por cuestión de gustos si se quiere
pintar, puede también hacerse, siempre y cuando utilicemos las
bases y procesos necesarios. La obra viva necesitará
necesariamente la aplicación de antifouling, y además su rendimiento es mayor al de un casco de fibra, pues
el poder de incrustación de organismos vivos es menor en este
material. Y que nadie se lleve a engaño, pues alguien podría
avisarle de posibles inconvenientes de corrosión electrolítica.
Actualmente estas antiguas complicaciones ya han sido totalmente
solucionadas mediante la correcta utilización de ánodos de
sacrificio de mayor electronegatividad que el aluminio como son
los de Zinc o los de Magnesio.
- Menor
coste de reparación: la
reparación en aluminio es muy sencilla, al igual que en las
chapas de los coches. Un bollo en el casco se puede reparar en
tan sólo unas horas, cortando la chapa y soldando una nueva,
devolviendo la embarcación a su estado original con total
garantía de resistencia del casco. Sin embargo en fibra, un
golpe produce el fenómeno complejo conocido como fisuración, y
obliga a reparaciones parciales y muy costosas que no garantizan
la resistencia original, ya que la fibra, como su propio nombre
indica, no está compuesta por piezas enteras donde la tensión
superficial es la misma en todos los puntos.
- Mayor
valor residual: el
aluminio no se deteriora por la exposición permanente a los
rayos solares. Tampoco sufre los efectos de la ósmosis, y
resiste mucho mejor la incrustación de algas y lapas cuando la
embarcación lleva mucho tiempo inactiva. El transporte en
remolque acaba fisurando la fibra, no así el aluminio. Esto
supone que después de los años, las embarcaciones de aluminio
mantienen sus condiciones iniciales, o lo que es lo mismo, están
más nuevas que las de fibra. Y por ello, el valor de segunda
mano es mayor, y la depreciación, menor.
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