Las quillas permiten combatir la deriva gracias a la
fuerza que ejerce su superficie transversal pero sobre todo gracias
al efecto de empuje que se produce en su perfil de ala al
desplazarse en el agua. Para que se produzca este efecto físico de
empuje alar, es necesario que la quilla trabaje con un ligero ángulo
de ataque que se consigue fácilmente en cuanto el barco derive un
poco.
En definitiva un velero no navega recto, ya que al
avanzar también patina ligeramente de forma lateral empujado por el
viento. Esto origina una resistencia al avance ya que la carena no
ha sido concedida para desplazarse de este modo. Podríamos intentar
diseñar una quilla orientable que pudiera girar sobre un eje
vertical hasta conseguir que el barco se desplazara totalmente sobre
su eje de crujía.
Técnicamente es complicado y por ello se han
diseñado estos pequeños timones (trimmers) que al ser colocados al
final de la quilla pueden ser cambiados de orientación a cada lado
del bordo que naveguemos y que finalmente lo que hacen es crear un
perfil de ala mucho más eficaz que produce un empuje elevado incluso
con ángulos de ataque neutros.
Permiten, incluso con ángulos de deriva nulos, que
la derrota del barco coincida con el eje el casco reduciendo la
resistencia al avance. Pero todo tiene su precio, ya que el trim
produce una resistencia al avance que a veces anula todas las
ganancias conseguidas! ...
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