petrolero. Con independencia de las sucesivas mareas negras, se
reabre en Internet el debate sobre las causas del siniestro.
…Hay noticias de que al menos tres navíos perdieron parte de su
carga en la zona. Uno llevaba contenedores,
otro troncos de madera y el tercero tuberías.
Un impacto contra ellos provocaría un boquete en los forros del
prestige…
Los errores
humanos que hundieron el Prestige
Las
consecuencias, en forma de sucesivas mareas negras contra las costas
del norte de España, y muy especialmente de Galicia, han dejado en
un segundo plano el análisis de las decisiones tomadas en los
primeros momentos de la catástrofe, cuando el Prestige se encontraba
en una difícil situación pero el vertido de combustible al mar era
despreciable.
Según algunos
expertos no vinculados a organismos oficiales, la tragedia se
pudo haber evitado de no tomarse algunas decisiones erróneas,
como la nivelación del buque (adrizamiento) tras la inundación
accidental de los tanques de lastre o la de alejarlo de la costa en
lugar de remolcarlo a puerto.
En distintos
foros de Internet se están cuestionando las decisiones tomadas por
el gobierno español e incluso la libertad de los técnicos
consultados (ingenieros navales de la empresa pública Izar,
capitanes de la Marina Mercante y profesores de la Escuela de
Ingeniería Naval de Ferrol y de la Escuela Superior de la Marina
Civil de la Universidad de La Coruña) para emitir una opinión libre,
dada su vinculación con la Administración.
…la tragedia se pudo haber evitado de no tomarse
algunas decisiones erróneas, como la nivelación del buque…
Los primeros
momentos
ABS (American
Bureau of Shipping)
www.eagle.org
es una de las principales empresas de clasificación naval del mundo.
Su función es determinar el buen estado estructural y mecánico de
los buques y otras estructuras marinas, de forma que puedan cumplir
con su función. Para ello, ABS establece y administra los
estándares, conocidos como Reglas (Rules) para el diseño, la
construcción y el mantenimiento operativo de barcos y estructuras.
ABS es una
compañía sin ánimo de lucro y no gubernamental que cuenta con sedes
en Houston (Estados Unidos), Londres (Gran Bretaña) y Singapur.
En el informe
preliminar de ABS sobre el caso del Prestige, además de incluirse
los datos principales referentes al buque, se establecen algunas
hechos fundamentales sobre el accidente.
-
El
barco, construido en 1976 por Hitachi Shipbuilding & Engineering,
partió el 5 de noviembre del puerto de Riga, en
Lituania, con los tanques de lastre vacíos (situación CBT,
Clean Ballast Tanks), en condiciones de estabilidad de acuerdo con
el manual de carga y con un momento flector en aguas tranquilas
del 43 por ciento.
-
La
carga estaba repartida en los diferentes tanques del buque,
reservándose dos tanques completos y dos secciones de otros dos
(de forma simétrica en ambas bandas del navío, ver imagen). El
hidrocarburo transportado era fuel oil pesado (M-100 según la
terminología rusa).
-
El
13 de noviembre el Prestige lanza un aviso de avería, manifestando
que sufre extensos daños en la banda de estribor y que está
inundándose.
-
La
tripulación informa de haber oído un sonido “explosivo” y una
sacudida a las 15:10 horas.
Como
consecuencia de los daños, el barco experimentó una rápida escora
(unos 25 grados en tan sólo 15 minutos) al inundarse los tanques de
lastre de estribor. Esta escora, de la que informó el capitán del
Prestige, se corresponde casi exactamente con los cálculos
realizados por la compañía en las condiciones descritas (la escora
teórica es de unos 26 grados).
En estas
condiciones, el momento flector en aguas tranquilas es de un 125 por
ciento del permitido. Es decir, el barco está sometido, por culpa
del aumento de peso originado por el agua embarcada en los tanques
de lastre, a unas tensiones de flexión superiores en un 25 por
ciento al máximo permitido por la estructura del buque.
Adicionalmente, el Prestige sufre los embates de olas de unos ocho
metros.
El capitán del
barco informa de que se están produciendo pérdidas de carga (fuel
oil) de las aberturas del butterworth (el sistema de limpieza de los
tanques) de los tanques 4 de estribor y 2 central. Así pues, las
pérdidas iniciales no se produjeron por la rotura de los tanques
sino por estar abiertas (por causas desconocidas) estas
pequeñas aberturas que, en condiciones normales cuentan con unas
tapas que impiden los vertidos.
Aparentemente,
todos los tanques de carga están estructuralmente intactos en este
momento y no hay más pérdidas de fuel que las que se producen a
través de los portillos de los butterworth.
Entre las
posibles causas del accidente, el informe preliminar cita varias
posibilidades. Hay noticias de que al menos tres navíos perdieron
parte de su carga en la zona. Uno llevaba contenedores, otro troncos
de madera y un tercero tuberías de 1,10 metros. Es posible que el
impacto con troncos o contenedores flotantes o con una ola rompiente
provocasen la ruptura del casco. También se alude a posibles
causas internas como una explosión (aunque no hay evidencia de
deformaciones provocadas por una deflagración en las estructuras
colindantes) o un fallo estructural que causase la inundación de los
tanques de lastre.
No se descarta
tampoco que la causa del accidente pudiera estar en la instalación
de una defensa a lo largo de la banda de estribor o de otras
reparaciones a las que el buque fue sometido
durante los dos años anteriores al inicio de esta travesía.
La causa del
hundimiento
Para evitar el
vertido de fuel y para recuperar la estabilidad del barco, el
capitán tomó la decisión de inundar los tanques de babor, operación
que finalizó a las 18:10 horas. El aumento del peso de la carga
provocó que las tensiones sobre la estructura llegaran a superar el
160 por ciento de lo permitido. Con la estabilización del barco, se
suprimieron los vertidos por los portillos.
Sin embargo,
el Prestige se vio sometido a un esfuerzo muy superior a que podía
soportar y, además, al estar en mar abierto y en unas condiciones de
mar bastante duras, tuvo que sufrir un fuerte oleaje. Todo ello
provocaría la ruptura del casco y el vertido de fuel almacenado en
los tanques.
Puertos de refugio
Otro detalle
importante, del que apenas se habló durante
la crisis del Prestige, es el de la
inexistencia de puertos de refugio a los que los barcos que sufran
averías o daños importantes en alta mar puedan dirigirse en caso de
necesidad.
La
International Maritime Organization (IMO), organismo de las Naciones
Unidas responsable de tomar las medidas necesarias para aumentar la
seguridad de la navegación internacional y prevenir la polución
marina causada por el tráfico naval, propuso, en diciembre de 2000,
la creación de una serie de puertos de refugio en todo el mundo para
navíos con problemas y la adopción de medidas para asegurar que los
estados costeros facilitasen a estos barcos la asistencia e
instalaciones necesarias para evitar desastres mayores.
El hecho que
hizo que la IMO se decidiese a tomar en consideración este asunto
fue el incidente del Castor, un petrolero de 31.000 toneladas que
sufrió una grieta de 24 metros en su cubierta y tuvo que vagar
durante 35 días por aguas del Mediterráneo hasta encontrar un puerto
que le permitiera reparar los daños.
El riesgo de
explosión y de ruptura del casco hizo que las autoridades
gibraltareñas y marroquíes le prohibieran la entrada en las aguas o
puertos bajo su jurisdicción. El Castor se dirigió a las costas
cercanas de España acompañado por el remolcador Nicolay Chiker que
había llegado a un acuerdo con el propietario del barco para un
trasvase del crudo en virtud de un contrato de salvamento. Las
autoridades marítimas españolas obligaron al barco a mantenerse a
distancia de las costas españolas, y procedieron a una investigación
que calificó la situación como extremadamente seria debido al riesgo
de explosión y recomendó la prohibición de entrada a puerto y el
alejamiento del buque de la costa para minimizar las consecuencias
de un posible desastre.
España envió
un helicóptero, dos barcos de salvamento, otro de rescate marítimo
de intervención rápida y una patrullera. Los 26 tripulantes del
barco fueron rescatados por los españoles y se prohibió al Castor
acercarse a menos de 30 millas de la costa española.
Finalmente,
después de ser rechazado también en Argelia, el petrolero pudo
fondear en un punto relativamente seguro de la costa de Túnez, donde
se descargó el crudo.
La delegación
española en la 45ª sesión del sub-comité para la protección frente
al fuego de la IMO puso de manifiesto la ineludible obligación de
defender la seguridad de la población, las propiedades y el entorno
a lo largo de la línea costera que no deben arriesgarse por
operaciones comerciales de salvamento y recuperación de la carga.
Además, refrendó la decisión de impulsar el establecimiento de aguas
protegidas en términos aceptables para los estados costeros,
haciendo hincapié en la necesidad de que la IMO aprobara y
facilitara medidas preventivas como la mejora de las inspecciones
portuarias, la exigencia de responsabilidades a las sociedades de
clasificación y la retirada de servicio de los petroleros monocasco.
La sin razón para
el hundimiento
El hecho de
que el barco se hundiera a bastante profundidad hace que sea muy
difícil emitir conclusiones definitivas, ya que no hay pruebas
físicas. Sin embargo, en algún momento, durante las misiones de
control del fuel, se tomaron muestras del casco y estas demostraban
que el acero no estaba en malas condiciones.
Por otro lado,
parece muy claro según los especialistas, que dejar el buque en alta
mar con los problemas que tenía fue una muy mala idea. También se
habló de que los técnicos españoles, en su día, al principio de la
catástrofe, recomendaron al ministerio de Fomento que dejara
refugiarse al barco en algún puerto gallego.
El ministerio
se negó en redondo a esta posibilidad, entre otras cosas porque
nadie iba a dar su permiso para que un barco que tenía grandes
posibilidades de hundirse lo hiciera en puerto. El alcalde de La
Coruña (Paco Vázquez en aquella época) no quiso ni hablar de que un
petrolero se hundiese en la bocana del puerto coruñés. Hay que tener
en cuenta el riesgo de contaminación de sus aguas y costa que
corrían los puertos que pudieran dejar entrar al Prestige y que la
opinión pública en aquellos días no quería ni oír hablar de acercar
a la costa el barco, porque se pensaba, erróneamente, que el daño
ecológico sería mayor si este estaba cerca de tierra.
Foto: Enrique de la
Montaña
Había una gran
presión política y social para que el barco se fuera a tomar “por
saco”, mejor en aguas internacionales muy alejadas de la costa.
Portugal se negó a que el barco entrara en sus aguas o se refugiase
en sus puertos y nuestros políticos debieron pensar que si había
suerte, el barco se hundiría lo suficientemente lejos como para que
la marea negra no nos afectase o, en el mejor de los casos, que el
problema se convirtiese por arte de magia en un problema
internacional y no español.
Foto: Fernando Ortega
Por otro lado,
el Gobierno español trató de cargarle el mochuelo a la ABS, la
compañía internacional de clasificación, aparentemente con el
argumento de que no deberían haber dejado navegar al barco en unas
condiciones que España consideraba no aptas. La ABS se defendió
diciendo que le daba la sensación de que era un intento de nuestro
gobierno para desviar la atención de la propia negligencia española
en la forma en que se gestionó todo el incidente.
Pero... qué
ocurriría si volviera a presentarse frente a las costas de Galicia
otro caso "prestige"? Tienen las autoridades previstos puertos
refugio? Se han previsto barreras de sellado con las que cerrar a
cal y canto un puerto para evitar las mareas negras?... Está muy
bien gritar "nunca más" pero en definitiva; ¿Hemos aprendido la
lección?
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