¿Se imagina
navegar de noche e impactar con uno flotando entre dos aguas?
Parece casi el argumento de una película de miedo!
En cualquier
momento existen unos 6 millones de contenedores viajando por los
mares del mundo. Para maximizar el rendimiento del transporte, los
mercantes portacontenedores llevan las tres cuartas partes de los
contenedores encima del puente, ordenados en 6 ó 7 filas una encima
de otra, agarrados para evitar sus movimientos en caso de mal
tiempo.
Los informes de
pérdidas de contenedores no son públicos, a no ser que esos datos
sean ofrecidos por las compañías de transporte marítimo, pero se
estima que se pierden unos 3.000 contenedores todos los años, caídos
por la borda. Representa una pérdida muy pequeña si la comparamos
con el número de ellos transportado (0,005%) pero cualquiera de
ellos representa un verdadero peligro para la navegación.
Incluso cargados
al máximo autorizado, pueden flotar durante varios meses
al ser muy herméticos.
Tienen un volumen
que va desde 38 a 77 metros cúbicos con pesos máximos autorizados de
24 a 30 toneladas respectivamente. Su reserva de flotabilidad está
asegurada. El agua que va entrando poco a poco (del orden de 200 o
300 litros al día) los va hundiendo lentamente pero a este ritmo
tardan varios meses en irse a pique. Algunos de ellos tienen
revestimientos isotérmicos para transportar mercancías frías que los
hace flotantes de por vida! Otros llevan materiales manufacturados
protegidos en corcho blanco (EPS) que también hace del conjunto una
pieza flotante para siempre.
Es difícil
estimar el peligro que supone el encuentro con un cajón de acero de
esta magnitud, pero lo que es seguro es que el riesgo de colisión es
mucho mayor con los troncos de árboles flotando. Cuando se
transportan los troncos de las talas, flotando río abajo un buen
número de ellos se pierde en los deltas. En otras ocasiones las
crecidas los arrastran hasta el mar. Los troncos flotan unos 10 años
antes de hundirse…
Algunos estudios realizados en el pacífico
indican que existe una media de unos 40 troncos en cada retícula de
10 x 10 millas! Ellen MacArthur durante la Vendée Globe tuvo que
vérselas con ellos, al igual que Josh may en el BOC Challenge, o
Steve Callahan en la Mini-Transat. ¿Se imaginan a un VOR-70
navegando a 30 nudos e impactando frontalmente con uno de ellos?
¡Naufragio seguro!
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