Observen atentamente
esta recopilación de sucesos reales, la mayoría de ellos debidos al
exceso de velocidad, despistes o imprudencias. Da que pensar...
Hay bastantes barcos Offshore capaces
de alcanzar velocidades espantosamente altas y peligrosas. Y claro,
en algunos casos el exceso de velocidad se paga caro. Recibimos hace pocos días la publicidad de una lancha
Norteamericana capaz de alcanzar las 170 millas/hora! Eso sí,
eran terrestres y no náuticas, aunque sigue siendo la
barbaridad de casi 280 kilómetros/hora!
En muchos otros casos el problema se debe
a pura y profunda incompetencia, en otros casos a despistes y en menos
ocasiones simplemente mala suerte. Muchas secuencias de imágenes
corresponden a hechos ocurridos hace ya tiempo y que hasta ahora no
habíamos tenido ocasión de mostrar. Veámoslas todas juntas en este
“especial” artículo.
¿Exceso de velocidad? |
Observen lo
peligroso que puede llegar a ser una afilada ChrisCrarf a
demasiada velocidad. Imaginen la cara del tranquilo armador
del yate clásico. |
A esta SeaRay la
han arrancado el morro literalmente de un "lechón". Lo
increíble es como consigue mantenerse a flote.
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El poder de
atracción paranormal de los postes. Mira que es grande el mar.
Pues no. A por el poste y... Bingo! |
O bajó mucho la
marea o se despistó a demasiada velocidad cerca de las rocas. |
Los Barcos Offshore se fabrican con
cascos muy livianos en composite y a veces con fibras de carbono,
para conseguir reducir el peso al máximo, ya que la velocidad máxima
que alcancen y la aceleración conseguida dependerá fundamentalmente
del peso total del "cohete" y del "caballaje" que lleven sus
intrabordas. No es raro encontrarse con barcos que equipan dos
motores de más de 1.000 CVs, y naturalmente a veces esta potencia se
demuestra indomable!
El
peligro del Offshore |
Insertado como
un pincho moruno en el tronco del árbol. Y es que a más de 80
nudos las cosas se pueden poner muy feas en cuestión de
segundos! |
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Cuando fallan las grúas puede pasar
cualquier cosa, como lo demuestran las siguientes secuencias de
imágenes. Pero no se obsesione demasiado si necesita utilizar un
Travel-Lift para su barco en un futuro inmediato. Estos casos aunque
de máxima espectacularidad sólo ocurren en contadas ocasiones.
¡Cuando falla la eslinga! |
La operación se
desarrolla con normalidad. El barco ya está sobre la
superficie del agua pero a varias decenas de metros de altura.
Y sin previo aviso ocurre el desastre. Algo falla en el
sistema de cinchas y cono no podía ser de otra manera se
realiza
una prueba de insumergibilidad improvisada. |
Imaginen la cara
del marinero agarrado como una lapa en la popa (parte superior
derecha de la imagen), mientras vive tan única experiencia.
La misma que se le debió quedar al armador al comprobar tan
insólito accidente con su yate nuevo de dos millones de Euros. |
Y así es como
queda un yate si se sobrepasa el límite de estabilidad debido
por ejemplo a una ola rompiente mal cogida (no hace falta que
falle la grúa). Patas arriba con la obra viva saludando al sol
y de forma perfectamente estable sin posibilidad de regresar a
su posición natural... ¡Que miedo!
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Y algo parecido le pasó a esta bella
Sunseaker Predator recién salida del astillero pero con peores
resultados al aterrizar contra el duro hormigón del muelle en vez de
amerizar en el agua como le ocurrió al yate de la secuencia
anterior.
El
salto mortal de una predator
(sin
comentarios) |
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Pero en los puertos los sucesos no
solo se producen con los barcos. No es raro que un coche se vaya al
agua de vez en cuando, y hasta aquí todo dentro de los límites de la
"normalidad", pero observen lo que viene después!
Aunque todavía es mejor la cara de la
señora posando con toda normalidad después del dejar el coche sin el
freno de mano. ¿Sería la mujer del armador?
Y con el coche y el barco llegaron los
remolques con los cuales se pueden dar situaciones muy comprometidas
y a veces peligrosas. Observe lo que puede ocurrir en un frenazo si
no se acuerda de retener adecuadamente la lancha sobre el remolque.
Simplemente acabará puesta de sombrero. En la siguiente foto, es el propio peso del barco el que ha sujetado y evitado
que el coche se precipitara al vacío con conductor incluido!
Preparar la moto de agua es a veces
más complicado y comprometido de lo que en un principio pudiera
parecer. Observen la secuencia.
1) Metemos el remolque y el coche
en la rampa. ¡De forma generosa!
2) Ojo al que da instrucciones
indicando con la mano el camino a seguir...
3) Si el coche desaparece, podemos
asegurar que la maniobra ha fallado.
4) No hay mal que por bien no
venga. El parking de los náuticos está imposible!
Y este es el resultado de un huracán
en un puerto deportivo del Caribe. Parece que los barcos se hayan
ido de fiesta toda la noche y amanecen de resaca durmiendo los unos
encima de los otros tras la bacanal. ¡Que desastre!
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