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| | Junio 2013 | | Bombazos submarinos en Ibiza | | |  | | | La fauna marina se verá expuesta a finales de 2013 si nadie lo remedia y debido a los ensayos necesarios para prospecciones sísmicas en aguas de Ibiza, a explosiones submarinas con presiones sonaras de 249 decibelios, mucho más fuerte al ruido del estallido de la bomba atómica de Hiroshima.
La petrolera irlandesa Cain Energy provocará un número indeterminado de estallidos que conducirá a la muerte de cetáceos y tortugas marinas en el canal de Valencia. Es justamente a mitad del canal de Valencia a 35 millas
de la costa de Ibiza donde se prevén los ensayos y es allí donde año tras año comprobamos desde Fondear.com al navegar por esta zona, el lugar es transitada por numerosas manadas de delfines y grandes bancos de pesca.
Esta sucesión de explosiones dañará a los órganos de orientación de los cetáceos lo cual produce la muerte o las varadas masivas de cetáceos. La petrolera dispara a 249 decibelios cuando la comunidad científica ha
adoptado un máximo de 180 decibelios como intensidad acústica máxima a partir de la cual se producen daños irreversibles en cetáceos y tortugas marinas. Para hacernos una idea de lo bárbaro de este ruido, debemos compararlo con el ensordecedor ruido de un avión al despegar que alcanza los 130 decibelios y tener presente que la escala es logarítmica! El desastre del volcán Krakatoa generó un ruido de cómo máximo 180 decibelios.
Así queda afectado el sistema de orientación de los cetáceos, alterando su comportamiento, capacidad de
alimentación, orientación y rutas migratorias, por no hablar de los efectos devastadores para la pesca, que quedará literalmente arrasada.
Las emisiones sonoras deben ser brutales para poder penetrar en la roca del lecho marino y regresar a la embarcación que realiza la exploración. Las explosiones son generadas por detonaciones con aire comprimido,
y según los estudios de la Universidad Politécnica de Valencia, la aparición de cadáveres de cetáceos desorientados en las playas será una de las principales consecuencias de estas detonaciones.
El expresidente Zapatero, concedió en 2010 los permisos a la petrolera y ahora la Comisión Balear de Medio Ambiente no consigue del actual gobierno Rajoy que sea reconsiderado tal estudio sísmico por los
brutales impactos ambientales. Da igual. Haya o no haya petróleo, hay que salir de dudas a cualquier precio, aunque cause la muerte de cientos de cetáceos o daños generales sobre la fauna marina.
La Comisión piede al Gobierno que exija un estudio Ambiental que evalúe si existe algún otro tipo de tecnología más innovadora que se pudiera aplicar para realizar este trabajo pues es posible que existan nuevas
tecnologías menos impactantes.
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