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| Abril 2008 | Club Marítimo de Mahón puede acudir a los tribunales | | | | La Asamblea autoriza al Club Marítimo de Mahón a acudir a los tribunales para desbloquear el concurso
Una comisión especial determinará la estrategia a seguir para que la histórica entidad menorquina conserve la
concesión de sus amarres >> No se descartan movilizaciones públicas en defensa de la filosofía social y deportiva que representa el CMM >> El Consell de Menorca, el Ayuntamiento de Maó y el Govern balear se comprometen a intermediar ante la Autoridad Portuaria >> Un informe de ingeniería dará a conocer las deficiencias del muelle >> Luis Barca, presidente del CMM: "No podemos invertir más dinero en reformas y que luego no nos den la cocesión"
La Asamblea de Socios del Club Marítimo de Mahón (CMM) autorizó ayer a su Junta Directiva a emprender, si procede, acciones legales por la vía contenciosa-administrativa contra la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), con el fin de desbloquear el concurso público para la gestión del Muelle de Levante, que permanece sin resolver desde hace más de cuatro años.
Los cerca de 140 socios que acudieron masivamente a la convocatoria de la Asamblea Extraordinaria apoyaron de forma prácticamente unánime la gestión del presidente de la entidad, Luis Barca, y de su Junta Directiva, y aprobaron la creación de una comisión encargada de determinar la estrategia del club, tanto a nivel jurídico como mediático, de cara a solucionar el asunto del concurso.
La Junta Directiva consideró, con el soporte de la Asamblea, la posibilidad de organizar movilizaciones en defensa de la "náutica social", representada por el propio Club Marítimo, frente al modelo claramente mercantil de las marinas. No obstante, la Asamblea decidió demorar estas acciones hasta que se conozcan los resultados de la intermediación del Ayuntamiento de Maó, el Consell de Menorca y el Govern balear, que han anunciado su intención de "involucrarse" en la búsqueda de una solución satisfactoria para el CMM
Luis Barca aseguró que si el CMM pierde finalmente la concesión de sus 220 puestos de amarre en favor de una empresa privada, las actividades de vela y piragüismo "desaparecerán", ya que la explanada que actualmente ocupan las embarcaciones de estas secciones deportivas pasará a acoger las oficinas del futuro concesionario. También dejarán de celebrarse las grandes regatas que el club organiza anualmente, entre ellas la Copa del Rey de Barcos de Época y la tradicional Menorca-Sant Joan.
El presidente del CMM apeló a los casi 60 años de historia y al carácter social de la entidad para reclamar a la APB una rápida resolución del concurso e insistió en que las instalaciones, "muy deterioradas", requieren inversiones urgentes. "Hemos solicitado un informe de ingeniería para conocer exactamente la deficiencias de los atraques", reveló Luis Barca, que añadió: "No podemos gastar dinero en acometer estas reformas y que luego no nos den la concesión". Uno de los problemas más acuciantes en los servicios que ofrece el CMM es el de repostaje de combustible en una gasolinera de dos surtidores cuya ampliación no ha sido autorizada por la Autoridad Portuaria, a pesar de que el proyecto fue presentado "en ventanilla y por duplicado" hace ya un año.
Luis Barca señaló que la situación que vive el CMM es única "de momento", pues ha sido la primera entidad de gestión portuaria sin ánimo de lucro dependiente del Estado central que ha visto cómo caducaba su concesión, pero advirtió que el problema afecta a todos los clubes náuticos ubicados en puertos de interés general.
La Secretaría de Infraestructuras del Ministerio de Fomento ha demostrado, en los últimos años, que no cree en la capacidad de los clubes náuticos para gestionar los puertos públicos bajo competencia del Estado, una opinión que, según Luis Barca, comparten algunos responsables de la Autoridad Portuaria de Baleares y que está claramente refutada por los hechos: "El Club Marítimo lleva 60 años aquí, en los que hemos crecido y mejorado, y nadie puede decir ahora que no lo hayamos hecho bien". En este punto, el presidente recordó que los clubes náuticos situados en instalaciones transferidas a la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, que son la mayoría, están renovando sus contratos de explotación sin la necesidad de concursar y de forma casi automática, lo que pone de manifiesto la contradicción entre las leyes estatal y autonómica de puertos.
Varios socios se preguntaron qué pretente la APB quitándole la concesión al Club Marítimo de Mahón y qué hace con el dinero que ingresa por conceder la gestión portuaria a grandes grupos empresariales. Luis Barca no pudo responder a estas cuestiones, pero confirmó que, en efecto, las empresas que optan a los concursos de la APB tienen muchos más recursos económicos que los clubes náuticos. Tal es el caso de Trapsa Yates, adjudicataria directa o párticipe de algunas de las principales concesiones de Baleares, y que pretende hacerse con el control de los amarres del CMM. "Creo que debemos intentar motivar a los políticos para que en este tema defiendan el interés general", añadió el presidente del Club Marítimo, convencido de que la entidad, con sus casi 1.000 integrantes -entre socios de número y deportivos- y sus 60 años de historia merecen esta consideración. "Es nuestra forma de entender la vida, ligada al mar y la náutica, lo que está en juego", concluyó.
CRONOLOGIA RESUMIDA DE LOS HECHOS
1988. El Club Marítimo de Mahón firma su primer contrato formal con la Autoridad Portuaria para la gestión de
los amarres del puerto de Mahón que ha disfrutado desde su fundación, en 1945.
2001. Concluye el contrato de explotación.
2002. La APB anuncia que convocará un concurso y se compromete verbalmente a tener en cuenta las
peculiaridades del Club Marítimo en cuanto a que es una entidad de marcado carácter social, sin ánimo de lucro y que promociona los deportes náuticos.
2003. La Autoridad Portuaria de Baleares (APB) convoca el concurso público para la gestión del Muelle de
Levante, entre Punta Cala Figuera y Punta del Rellotge, donde se encuentran ubicadas las instalaciones del Club Marítimo de Mahón
2003. El CMM presenta un proyecto con un presupuesto aproximado de 2,5 millones de euros, avalado por el
BBVA.
2004. Se plantea por primera vez la posibilidad de que los amarres sean concecidos a a una importante
empresa nacional con intereses en otros puertos de Baleares. El CMM recoge mas de 3.115 firmas de apoyo en 12 días. Las instituciones de la Isla abogan claramente por que conserve la concesión.
2005-2007. Las negociaciones por desbloquear la concesión no fructifican.
2008. La Autoridad Portuaria sigue sin revelar el ganador del concurso. La zona de amarres del Muelle de
Levante se encuentra en un estado muy precario por falta de inversión. La incertidumbre impide al Club Marítimo planificar la gestión portuaria y pone en peligro su calendario de regatas.
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