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| | Diciembre 2007 | | Un "respiro" para la ballena jorobada | | |  | | | Bien "jorobadas" andaban efectivamente estas ballenas famosas por su bellos cantos y saltos acrobáticos, y amenazadas de desaparición debido a la presión cazadora de los pescadores Japoneses. Pero Tokio acaba de anunciar su renuncia a continuar la caza depredadora, debido a la fuerte campaña de protestas internacionales dirigidas desde Australia.
Por fin una juiciosa decisión respecto a las ballenas, por parte del país del sol naciente, si bien queda la duda de si volverán a las andadas o seguirán actuando desde la clandestinidad. Lo cierto es que el gobierno de
Nobutaka Machimura afirmaba recientemente que "El Japón no va a cazar más ballenas jorobadas", y esperaba que tal decisión desembocara en una mejora en sus relaciones con el país Australiano.
Aún con todo, los Japoneses se han propuesto matar este año hasta 1.000 ballenas de otras especies especialmente las más pequeñas. La matanza continúa… Por tanto parece que la buena noticia solo lo es a
medias, y por ello organizaciones como Greenpeace se ha comprometido a mantener la presión internacional sobre Japón dando a conocer que prevén asesinar por ejemplo a 50 rorcuales, el segundo animal más grande del planeta tras la ballena azul, y por muchos especialistas considerado en peligro de extinción.
Según Steve Shahhorn representante Australiano de Greenpeace, parece que el gobierno Japonés no va a detener a sus flotas de balleneros y que lejos de hacerlo sigue con el proyecto de construir un nuevo y enorme
barco factoría mata-ballenas. El gobierno de Japón sigue saltándose la moratoria internacional sobre la caza de ballenas entrada en vigor en 1986, excusándose en mezquinos y falsos pretextos de caza científica.
La presión internacional debe continuar. Si el gobierno Japonés no entiende ni respeta la vida marina ni la biodiversidad de las especies, en favor de vulgares intereses económicos, deberán recibir todas la reprimendas
internaciones e incluso soportar acciones contra su economía.
El que las ballenas puedan ser asesinadas en aguas internacionales no significa que los pescadores tengan la libertad de atentar contra las formas de vida que son patrimonio universal de nuestro planeta. Las ballenas como todas las formas de vida no pueden seguir siendo consideradas como un mero "recurso" económico. Disparate corriente en boca de los insensibles responsables políticos. Gobernantes de una sociedad global que solo valora el "tener", sin entender las consecuencias de sus acciones, faltos de la sensibilidad necesaria que obliga al respeto por la vida.
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