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| | Febrero 2007 | | La travesía del Atlántico a remo y en solitario se aproxima a un exitoso final | | |  | | | El pasado día 2 de diciembre, Andreu Mateu zarpó desde el puerto de San Sebastián de la Gomera hacia una aventura que le iba a llevar cruzar el océano Atlántico remando y en solitario. Casi tres meses después, el enorme reto se acerca a un exitoso final, previsto entre los próximos días 8 y 10 de marzo, en la isla caribeña de
Santa Lucía o en la de Martinica.
Superados los 51º de longitud oeste, apenas quedan unos 16 días para que Andreu Mateu alcance el continente americano después de haber remado más de 5.000 kilómetros en solitario. Una gesta que ha llevado al catalán a pasar los últimos tres meses en medio del océano Atlántico afrontando todo tipo de circunstancias, desde la rotura del timón, que finalmente ha podido arreglar no sin problemas; a la incansable búsqueda de las
corrientes más propicias para alcanzar su objetivo
Mil y un problemas
Ballenas, tiburones, el intenso oleaje, rachas desfavorables de viento, y el progresivo castigo físico fruto del esfuerzo no han mermado el ánimo de Andreu, que si bien ha estado tentado en algún momento (sobre todo al principio) de abandonar, no ha cejado en su empeño de convertirse en el primer español que cruza un océano a remo y en solitario. De lo incierto de la empresa da buena cuenta el hecho de que, en un principio, la llegada estaba prevista en la isla de Antigua. Finalmente, y si estos últimos días de aventura no deparan ninguna novedad, Andreu Mateu tocará tierra por primera vez en tres meses en la isla de Santa Lucía o en la de
Martinica.
Entre las circunstancias adversas con las que ha tenido que lidiar Andreu destaca, por su gran trascendencia de cara al éxito del viaje, la rotura del timón de la embarcación, pieza esencial para poder gobernarla y tomar el rumbo adecuado. Dicha pieza se rompió dos veces, la primera el pasado 1 de enero, apenas un mes después de la salida. A base de tesón e ideas creativas, que Andreu ha ido recibiendo de otros navegantes y amigos, ha sido posible arreglarlo en las dos ocasiones de tal manera que ha podido seguir operativo. Éste sin duda ha sido el inconveniente más grave de la travesía, aunque no el único. Hay que recordar que nada más salir de la Gomera, Andreu se percató de que no llevaba bombillas de repuesto para la luz exterior del barco, esencial para ser detectado de noche por otras embarcaciones. Después tuvo que afrontar una racha de viento sorprendentemente negativa, una semana entera con viento del sur que hacía baldío cualquier esfuerzo por avanzar y que le desplazó varios días de su itinerario inicial. Por fin pudo dirigir su rumbo hacia el sur y enfilar
después al oeste contando con la inestimable ayuda de las corrientes.
Por lo demás, salvo momentos de angustia, como la inquietante visita de un tiburón de unos 4 metros o fases en las que la soledad se hacía más palpable (cabe recordar que Andreu ha pasado en ruta fechas tan señaladas como la Navidad o su 45 cumpleaños), la travesía se está desarrollando a la perfección, en gran parte gracias al contacto, vía radio, con otros navegantes del Atlántico, algunos de los cuales han variado sus rutas para acercarse a saludar a Andreu y animarle a lograr su reto. Además, en todo este tiempo, Andreu Mateu ha podido comprobar el gran interés que su aventura ha provocado y el enorme cariño que ha despertado entre muchas personas, conocidas o no, que han podido transmitirle sus ánimos y seguir su viaje a través de la
página web
¿Quién es Andreu Mateu?
Natural de Reus (Tarragona), Andreu no es un novato en esto de afrontar retos deportivos. Ya en 1992 inició un ambicioso proyecto de expedición alrededor del mundo. Un sueño al que llamó "Transcovery Project" y que se basaba en tres objetivos: pasar por el máximo número de países, utilizar todas las formas de transporte posibles y ponerse a prueba a sí mismo y explorar sus propios límites. El 11 de agosto de 1992 se calzó un par de patines e inició una peripecia que durante tres años y dos meses le llevó a recorrer 120 países utilizando 130 medios de transporte diferentes; atravesar el estrecho de Gibraltar a nado, el Atlántico en solitario a bordo de un pequeño velero de nueve metros, cruzar Europa en bicicleta y dar la vuelta a África en moto, son sólo algunos ejemplos de los retos a los que se ha enfrentado.
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