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| | Julio 2011 | | Fundació Mar reclama medidas urgentes | | |  | | | La Fundació Mar reclama medidas urgentes para frenar el deterioro y la contaminación del litoral en Catalunya y Baleares
El último informe de la entidad en el marco del proyecto SILMAR, con una veintena de puntos de control, denuncia la degradación de la costa debido a la construcción de infraestructuras y el exceso de usuarios.
Propone medidas como mejorar la protección de las áreas marinas costeras, poner en marchainiciativas de educación y sensibilización social y promover los valores del patrimonio natural del entorno marino. Alerta del exceso de usuarios en áreas sensibles en las Baleares y de la situación de puntos como el Delta de Llobregat y Cala Aiguafreda, en Begur, los dos únicos que suspenden en la nota emitida por el estudio.
El último informe que ha hecho público la Fundació Mar en elmarco del proyecto SILMAR, una red de seguimiento del estado del litoral marino formada por una veintena de estaciones de control en Catalunya y tres en Baleares, denuncia la degradación de determinados puntos de la costa y reclama urgentemente la necesidad de poner en marcha medidas correctoras. Ante la creciente degradación del medio marino, el informe propone “invertir en la conservación desde una visión supramunicipal y regional, recuperar los espacios marinos
degradados a nivel local, incrementar el nivel de protección de las áreas marinas litorales más frágiles y sensibilizar a la sociedad de los valores del patrimonio natural”. El documento atribuye el deterioro a factores como la pérdida de espacios naturales de calidad, la pesca y la navegación de recreo irresponsables y la contaminación, así como a la introducción de especies invasoras y la construcción de infraestructuras litorales. El informe constata una situación más favorable en el litoral de Girona respecto al de Tarragona y Barcelona, donde la degradación es más drástica.
El estudio indica que las causas de la degradación “dependen sobre todo del uso humano que se hace del litoral”, como explica Evelyn Segura, coordinadora de SILMAR. En Girona, “el fondeo masivo de las barcas en zonas ecológicamente sensibles así como la instalación de campos de boyas mal gestionados generan efectos colaterales como la sobrefrecuentación humana, la pesca masiva y la contaminación, motivos principales del deterioro de los ecosistemas marinos”. En Barcelona, la demarcación que más población concentra, los factores más perjudiciales son “las infraestructuras construidas en el litoral que han desfigurado el paisaje, la contaminación derivada del funcionamiento de una gran ciudad costera, pero también casos más específicos como la pesca profesional de la concha en Mataró o la invasión de algas foráneas en puntos de la costa sur de
Barcelona”, comenta Segura. En Tarragona, y en concreto en la Costa Dorada, el medio marino se ve perjudicado, según las conclusiones, por la construcción de viviendas de los años 60 y 70 que desfiguró el perfil litoral y la creación de infraestructuras que tienen todavía hoy día un funcionamiento deficitario en la canalización de las aguas residuales y del alcantarillado. También por “la contaminación de los residuo ya sean de la industria petroquímica o de las aguas para refrigerar de las nucleares, pero también de la navegación en general y que aportan estrés en esta costa”. Los pocos espacios naturales atractivos de la demarcación tarraconense son muy buscados y se dañan debido a la sobrefrecuentación de usuarios.
De entre las notas que otorga el estudio partiendo de una ponderación de los bioindicadores analizados, es especialmente grave el caso de las estaciones de control del Delta del Llobregat y de Cala Aiguafreda, en Begur, las únicas que suspenden “por la contaminación histórica que proviene de las aguas del río” en el primer caso y por “la gran cantidad de residuos náuticos y bloques de hormigón con cadenas que erosionan y desertizan los fondos” en el segundo. En cuanto a las Baleares, las tres estaciones de control (dos en Ibiza y una en Formentera) aprueban, pero el informe advierte del elevado riesgo de dos factores importantes sobre los ecosistemas marinos: la presencia masiva del alga invasora Caulerpa racemosa en la estación del Parque Natural de Es Vedrà y que determinará un cambio del paisaje submarino de este lugar -con el riesgo de expansión de esta especie en otros lugares de la costa balear-, y el exceso de usuarios en áreas ecológicamente sensibles y el fondeo irresponsable de embarcaciones de recreo sobre fondos de posidonia.
El proyecto SILMAR, que significa “Red de Seguimiento Ibérico del Litoral Marino”, se creó a mediados de 2009 impulsado por la Fundació Mar con la colaboración de la Fundación Biodiversidad con el objetivo de “diagnosticar de forma permanente el estado ambiental y ecológico del litoral catalán y balear y proponer medidas de conservación a corto y largo plazo”. En su segundo año de funcionamiento ha conseguido casi triplicar el número de estaciones de control, que ahora es de 16 en Catalunya y 3 en Baleares, y obtener unos análisis representativos y amplios de la evolución del medio marino. Los informes de cada punto se realizan gracias a la aportación del medio centenar de voluntarios que se dedican a hacer las tareas de control y aportar los datos en una temporada que va desde marzo hasta noviembre, periodo en el que se pueden realizar mejor las inmersiones.
El proyecto SILMAR también tiene la colaboración de algunos ayuntamientos con losque se han firmado convenios. Además, cuenta con el apoyo de las empresas Life Grup y Mares.
Tal como expresa el director de la Fundació Mar, el biólogo Miguel Ventura, “a medio y largo plazo el proyecto SILMAR tiene la voluntad de extenderse por todo el litoral español con la instauración de 80 estaciones de control que funcionen en red de manera permanente y bajo la visión estratégica de promover la conservación local”. “El proyecto se fundamenta en la implicación activa de la comunidad de la zona, una premisa imprescindible que ya planteaba la UNESCO en los años 80 y que la Unión Europea está impulsando para fomentar la gestión integrada de la costa”, explica.
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