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Mayo 2009

El Cram detecta la presencia de los primeros rorcuales
 
 
El CRAM detecta la presencia de los primeros rorcuales en la costa catalana en su migración hacia el noroeste del Mediterráneo. La Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM) ha realizado los primeros avistamientos de rorcuales comunes (Balaenoptera physalus) de la temporada a pocas millas de las costa catalana, inaugurando así las migraciones de esta especie de ballena hacia el mar de Liguria, al noroeste del Mediterráneo. El equipo del CRAM ha registrado el paso de estos grandes cetáceos frente a la costa de Tarragona y del Maresme, hecho habitual entre los meses de marzo y de junio.

El rorcual común es una ballena que mide entre 18 y 23 metros de longitud que, como todos los rorcuales, se caracteriza por un sistema de pliegues que le permite hinchar la papada y filtrar el plancton y el krill a través de sus barbas. Este cetáceo está considerado una especie amenazada según la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y, junto con el cachalote (Physeter macrocephalus), es el único gran mamífero marino que queda en el Mediterráneo.

El rorcual común es fácilmente distinguible del cachalote por su soplo completamente vertical y porqué no muestra su cola (aleta caudal), tan solo deja ver su lomo y su aleta dorsal. Su rastro es fácilmente identificable gracias a la llamada “huella de ballena”, un cambio de tonalidad en la superficie del mar provocado por el movimiento de su cola debajo del agua.

En caso de avistamiento la Fundación CRAM advierte del peligro de causar molestias a estos animales, ya que pueden estar alimentándose o en periodos de descanso, y cualquier interferencia puede distorsionar su migración. En España, el Real Decreto 1727 del 2007 marca una zona de exclusión de 60 metros alrededor del animal donde no está permitida la entrada o permanencia de embarcaciones. En el caso de encontrase dentro de esta área de forma imprevista, hace falta poner el motor en punto muerto y, si es necesario, se tendrá que parar. Por otro lado, está prohibido el uso de métodos acústicos como el sónar o la sonda dentro de esta zona.
La ley delimita también una zona de permanencia restringida de 300 metros alrededor del animal donde las aproximaciones se tienen que realizar en un ángulo de 30º (nunca por delante, por detrás o perpendiculares a la trayectoria del animal) y donde no puede haber más de dos embarcaciones. Además, está prohibido el paso si se detecta la presencia de crías.

El CRAM se encarga de la asistencia a las especies marinas amenazadas varadas en el litoral catalán por encargo del Departament de Medi Ambient de la Generalitat desde el año 1994, atendiendo las llamadas derivadas del número de emergencias (112). Además, el CRAM trabaja en conservación e investigación; y sensibiliza y educa sobre el medio marino.

 

 
 
 

 

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